José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia
El 10 de marzo de 1952 se produjo el golpe de Estado que llevo a la presidencia a Fulgencio Batista. La respuesta del pueblo no se hizo esperar, cientos de hombres y mujeres de diversas tendencias políticas se opusieron al zarpazo castrense. Imposible de darle una solución pacifica ante la terquedad y prepotencia del tirano se pasó a la solución militar. Se produjeron los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, la expedición del Granma, el ataque al Palacio Presidencial, el desarrollo de la lucha guerrillera y clandestina.
Carlos Prío Socarrás, el presidente derrocado, y los principales dirigentes de su partido crearon la Organización Autentica, que pretendía por medio de la lucha armada derrocar al tirano. El gobierno de Prío Socarrás se destacó por su nivel de corrupción y la organización que formó para enfrentar el tirano quedó marcada porque su máximo dirigente se mantenía en la seguridad del exilio. Pero no hay duda que un grupo de hombres honestos y deseosos de combatir al tirano sentaron filas en aquella organización. De esta estirpe era el grupo que el 28 de mayo de 1957 fueron masacrados en el territorio mayaricero.
Para entender lo que pasó aquel día es necesario remontarnos a noviembre de 1956. En ese mes mientras en México se preparaba la expedición del Granma, alrededor de 149 revolucionarios de diversas tendencias (1) formaron filas en el Partido Auténtico que les brindaba la esperanza de combatir al tirano. Debían de ser trasladados al exterior y prepararse en un estado del área del Caribe que le ofrecería entrenamiento. La mayoría pensó que sería en Costa Rica, gobierno que había tenido contradicciones con el tirano por las críticas del presidente de ese país, José Figueres, a Batista.
Para asombro de todos los hombres que se habían reunido en México y Miami abordaron aviones nicaragüenses. Inmediatamente surgió una pregunta ¿El sanguinario tirano Somoza apoyara sinceramente la lucha contra su homologo cubanos? La sorpresa fue mayor cuando el grupo fue conducido a Santo Domingo, capital de República Dominicana y trasladado a un campo de entrenamiento establecido por el ejército de ese Estado. En esos momentos dominicana estaba bajo el dominio de la dictadura de Trujillo “el vómito de América”, como lo llamaría el intelectual cubano Raúl Roa. ¿Por qué este asesino sin escrúpulos entrenaba a este grupo de hombres ilusionados con la libertad de su pueblo? Ambos tiranos habían entrado en contradicciones que el historiador William Gálvez definió en estos términos “…una pugna de intereses que enfrentaba, de manera ridícula, a las figuras ególatras de Batista y Trujillo.” (2)
Muy pronto Trujillo suspendió su apoyo a los futuros expedicionarios que fueron trasladados en abril de 1957 fuera de la sufrida República Dominicana. Ambos tiranos acabaron entendiéndose y Trujillo apoyo al tiranuelo cubano. La mayoría rompió con la organización autentica y decidieron sumarse a otro movimiento como el dirigido por Fidel que había demostrado su honestidad. Pero era difícil llegar a las montañas cubanas desde el exterior y existía la posibilidad de quedar vegetando en el exilio, rumiando el fracaso de enfrentar la tiranía con las armas. Un grupo de alrededor de 40 persistieron. De ellos se hizo una selección de 27 que quedaron incorporados al proyecto expedicionario encabezado por Prío.
El barco utilizado seria el yate Corynthia de unos 100 pies de eslora y 20 de ancho adquirido por Prío en nueve mil dólares. El propietario le informó que tenía desperfecto en el motor. Pero el expresidente quería lanzar hacia Cuba la expedición lo más rápido posible. Es posible que lo moviera el interés de querer crear un grupo guerrillero pues ya actuaba en la Sierra Maestra, el dirigido por Fidel Castro. Pero fuera por uno u otro motivo no sometió la embarcación a las reparaciones que necesitaba. Además se compraron botas de mala calidad y los alimentos acopiados no eran apropiados para el objetivo que perseguía el grupo de realizar una travesía relativamente larga y luego crear una guerrilla. Incluso a última hora el Capitán de la nave tuvo un accidente y no pudo ocupar su puesto El maquinista se encargaría de conducir la embarcación.
Lo peor de todo era que el servicio de inteligencia de la dictadura había logrado penetrar a la organización autentica, dos de los expedicionarios resultaron agentes de Batista. Lo que concluyó rompiendo la cohesión del grupo era que Carlos Prío, el líder del movimiento, se quedaba en Miami mientras sus hombres iban a la muerte. En Cuba existía una tradición que las figuras máximas de los movimientos revolucionarios siempre se encontraban en la primera fila a la hora de combatir. En un gesto tradicionalmente politiquero, Prío los despidió en el muelle y le entregó una bandera con su firma. Esto desconcertó a varios expedicionarios, la bandera no tiene propietarios pertenece al pueblo.
Otros hombres con menos convencimiento de luchar contra la dictadura tenían suficiente elementos para abandonar aquella empresa pero prevaleció el espíritu de ir a combatir a la isla y se impuso el deber en aquel grupo de jóvenes. El 19 de mayo salieron de Miami en el yate Corynthia. Al día siguiente recibieron las armas que consistían en Springfield, carabinas y subametralladoras. La travesía estuvo llena de dificultades. Mientras navegaban en la cercanía de las islas Andros uno de los motores fallo. Luego ante la presencia de una fragata cubana tuvieron que cambiar de rumbo hacia el Norte para aparecer como un yate de veraneantes que retornaban a un puerto estadounidense. Se acercaron peligrosamente a unos bajos en las Bahamas y se vieron en la obligación de suspender la marcha y pasar la noche allí ante la amenaza de naufragar. Un mal tiempo se agregó a los inconvenientes. Comenzó a entrar agua en la embarcación pues unos tapones cedieron ante el oleaje y fue necesario achicar con cubos. Pronto apareció la sed pues la navegación se había prolongado demasiado. Por fin desembarcan en Cayo Saetia, perteneciente al municipio de Mayarí. Lo que creo un problema pues aquello era un Cayo. Por suerte unos humildes pescadores que se encontraban en el lugar los ayudaron a trasladarse a la isla de Cuba. Se iniciaba una odisea para aquel grupo.
Hubo un error inicial. El jefe de la expedición Calixto Sánchez les dijo a los pescadores que una vez concluido el traslado podían denunciarlos a las autoridades para evitarles problemas y los acusaran de ayudar a los expedicionarios por obligarlos estos. En esta decisión seguramente influyo la solidaridad brindada por los pescadores desde el primer momento. Pero los revolucionarios necesitaban tiempo para internarse en los campos y alejarse de la costa. Evitar que el ejército se movilizara rápidamente contra ellos en momentos en que estaban agotados por la larga travesía y debían de acostumbrase a las interminables caminatas de la guerrilla.
El 24 de mayo el puesto naval de Antillas informaba que “…unos pescadores dijeron que un grupo de hombres armados que llegaron en una embarcación de recreo los obligaron a ayudarlos a desembarcar” (3) De inmediato comenzaba la movilización militar para tratar de liquidar a los expedicionarios. La lancha de la marina de guerra SV-5 informaba poco después por fonia “haber avistado yate embarrancado…” (4)
El jefe del regimiento de Holguín Coronel Cowley el 24 salió en un avión de enlace para la zona. Del escuadrón de la guardia rural de Mayarí, se trasladaron fuerzas a la zona. Mientras los expedicionarios se adentran tierra a dentro pero pronto comenzarían los problemas Dos de ellos se niegan a continuar, otros dos apenas pueden caminar por la fatiga del viaje. Se deja a un oficial expedicionario custodiándolo. Pero los dos que se niegan a caminar aprovechan que el oficial que los custodiaba se duerme y escapan. Según el historiador William Gálvez: “Realmente ambos individuos eran infiltrados de la tiranía en la Organización Autentica” (5)
Al atardecer del 25 los expedicionarios dejaban atrás el bohío de la campesina Evangelina Fonseca y continuaban su marcha tierra adentro. Mientras desde la Habana se enviaba vía aérea refuerzos al regimiento de Holguín. “Un gigantesco cerco comenzó a cerrarse en torno a los expedicionarios” (6) Mas de 700 militares participaba en la persecución de los expedicionarios y además la cifra se incrementaba con la llegada de refuerzo. Según el referido historiador Gálvez Rodríguez la correlación era 33 a 1 a favor del ejército.
En la mañana del 28 de mayo el grupo de expedicionarios fue localizado por las fuerzas armadas en un lugar conocido por Monte Santo. El jefe de las tropas batistianas dio órdenes de rodear a los revolucionarios. El número de revolucionarios había disminuido, muchos habían quedado rezagados. Según el estudioso al que hemos hecho referencia; “La sorpresiva acción hizo creer a los extenuados combatientes del Corynthia que estaban perdidos; no atinaron a establecer una adecuada defensa y entre ellos comenzaron a correr el desaliento y las voces de quienes creían necesario rendirse.” (7) Lo que realizaron bajo la promesa que les respetarían la vida.
La orden que tenían los oficiales que los capturaron eran el de ejecutarlos de inmediato. En total habían sido apresados 16 expedicionarios. Fueron trasladados hasta un pequeño naranjal a orillas del arroyo La Marea y asesinados ese mismo 28 de mayo de 1957. Uno de ellos, Humberto Vinat Agüero, quedo con vida pues fue cubierto por los cuerpos de sus compañeros. Cuando los esbirros se retiraron se levantó y camino por la orilla del arroyo la Marea hasta la casa de la familia campesina Duran Pajon donde le dieron ropa limpia y atención. Luego se trasladó al poblado de Mayarí desde donde envió un telegrama a su familia en La Habana solicitando dinero. Denunciado por un delator fue detenido y asesinado. Su cuerpo nunca apareció.
La carta de despedida del jefe de la expedición Calixto Sánchez White a su hijo en cierta forma es el testamento político de aquel grupo de héroes de sus aspiraciones a libertar la patria.
20 de mayo de 1957
Querido Calixtico:
Con apenas unas horas para escribirte hago estas líneas. Comprendo que eres muy pequeño para comprender ciertas cosas, pero algún día te darás cuenta lo que es luchar por ideales hasta punto de ofrendar la vida por una causa.
No te dejo nada que pueda tener valor material, pero como herencia te queda el recuerdo de tu padre que lucho y mantuvo una vida honesta. Quiero que cuando seas mayor sigas mi ejemplo: no podemos pasar por la vida sin haber contribuido a algo útil a la sociedad.
Estudia mucho que los conocimientos te harán falta para desenvolverte en la vida., se bueno y ante todo cubano. Creo tener buenos amigos, si algún día los necesitases acude a ellos sin vacilaciones.
Que Dios te guarde y me dé la oportunidad de verte de nuevo. Te quiere tu padre con toda el alma.
Calixto. (8)
Todos ellos ofrendaron sus vidas por una causa.
Expedicionarios asesinados el 28 de mayo de 1957
Calixto Sánchez White.
Joaquín Ferrer de Blanck.
Gustavo Ferrer de Blanck.
Hubert de Blanck Ortega.
Cleto Collado del Cueto.
Luis Vázquez López.
Ernesto Ceballos Baeza.
Pedro Pablo González Mir.
Roberto Martínez Riverón.
Juan Fornet Piña.
Sergio Sierra Cabrera.
Saúl Delgado Duarte.
Humberto Vinat Agüero.
Jorge Prieto Ibarra.
José Alberto Félix Suecun Gutiérrez
Jesús Iglesias Cornivell
Notas.
1 William Gálvez Rodríguez, Salida 19 Operación Comando, Ediciones Holguín, 2007, p. 181
2 Ibídem p. 183
3 Ibídem p. 177
4 Ibídem p. 177
5 Ibídem 192
6 Ibídem 194
7 Ibídem pp. 202 203
8 Ibídem pp. 204 205