La familia del casquito

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Por el Ms. C José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Entre 1957 y 1958 se llevó a cabo en Cuba una intensa lucha guerrillera contra la tiranía de Fulgencio Batista. La historiografía ha estudiado aquellos acontecimientos dedicándoles numerosos libros.

Pero hay un camino abandonado y es la participación de la mujer y la familia en general en la guerra. Se han realizados estudios sobre las féminas que combatieron en el lado rebelde pero las esposas, las madres, las hijas de los revolucionarios que no marcharon a las guerrillas o a las células clandestinas son menos conocidas. Tampoco las mujeres que no tuvieron una militancia política en uno u otro bando han tomado boleto en ese tren del olvido.

Las menos recordadas de todas fueron las que integraron las familias de los represores. Las esposas, amantes y novias de los militares tal parece que no existieron en aquellos años cruentos. El pueblo llamaba a estos soldados “casquitos”, en especial a los incorporados por medio del Servicio Militar Emergente para enfrentar el desarrollo de la lucha revolucionaria. No pocos militares llevaron con ellos a sus esposas a los poblados donde estaban dislocadas sus unidades. Estas, de pronto, se vieron inmersas en el universo bélico. ¿Fueron simples espectadoras, siguieron a sus hombres y aceptaron sumisamente la decisión del varón o realmente tenían un criterio político? Para tal pregunta no tenemos respuesta y a estas alturas, es difícil encontrarla.

Se dieron casos que las esposas de militares ante un ataque se refugiaron en los cuarteles. En el poblado de Alto Songo uno de los puntos elegidos por el ejército para la defensa fue el ayuntamiento. Las mujeres de algunos soldados, con sus hijos los acompañaron. En el combate los rebeldes incendiaron el edificio: “Una nota dramática se unía al suceso: en el edificio se encontraban varios familiares de los empecinados defensores incluidos mujeres y niños, situación que los rebeldes desconocían. La evacuación hubo que realizarla desde el tercer piso, utilizando unas sogas como improvisadas escaleras, ya que las llamas impedían la salida por la vía normal.” (1)

Otro ejemplo se dio en de Sagua de Tánamo cuando la guarnición fue sometida a un largo sitio por los rebeldes en diciembre de 1958. En los últimos días del combate un grupo de soldados lograron escapar hacia los campos cercanos. El objetivo era intentar llegar hasta Cayo Mambí controlado por el ejército, la esposa de uno de uno los militares los acompañó, la mujer y el grupo fueron capturados. (2) Mientras en Imías, en la zona de Baracoa la esposa de un militar se refugió en el cuartel durante el ataque rebelde. Fue herida y capturada por los guerrilleros, la atendieron como pudieron pero sin recursos la llevaron a la base naval y la dejaron en una de las puertas con una veintena de soldados heridos y solicitaron que fueran atendidos en uno de los hospitales de esa instalación militar. Tan solo la mujer y un herido muy grave fueron admitidos en un hospital de la base. Los otros fueron abandonados por las autoridades de la base bajo el sol hasta que en una fragata de la Marina de Guerra Cubana los trasportaron a Santiago de Cuba.

Pero hasta donde sabemos estos fueron casos excepcionales, lo más común era que las mujeres de los militares cuando los rebeldes sitiaban la guarnición donde estaban estos trataran de mediar para que sus esposo cesaran la resistencia. Quizás por su condición de madres, tenían más sentido común y se dejaron aturdir menos por consignas y senderos políticos que engatusaron a sus hombres. Mucho antes que sus belicosos maridos, ellas se dieron cuenta que la dictadura se desplomaba.

Durante el ataque a la guarnición de Cueto (3) entre el 8 y el 9 de noviembre de 1958 se dio una situación que se repetiría en otros lugares. Varios militares tenían familiares en el poblado, por lo que esposas y madres de algunos sitiados se brindaron para tratar de convencer a sus seres queridos para que cesaran en la resistencia. El jefe de las fuerzas rebeldes narró en estos términos aquellas negociaciones:

“En esas condiciones varias mujeres esposas y madres de soldados, se acercaron a nuestros combatientes para que les permitieran llegar al lugar donde estaban atrincherados y pedirles que se rindieran. Las autorizamos y hasta cierto punto aquello ablandó a los batistianos. A esa importante y humana labor se unió un comerciante que tenía su establecimiento al lado del edificio donde el enemigo estaba atrincherado” (4)

Los mediadores intentaron acercarse al cuartel pero los soldados dispararon sobre sus cabezas para dispersarlos, estos insistieron y varias madres y esposas hablaron por medio de un altoparlante pidiendo la rendición a sus parientes. Se organizó una nueva manifestación de familiares de los soldados. El jefe batistiano aceptó entrar en conversaciones para la rendición. La que se produjo horas después.

En el sitio de Sagua de Tánamo unas mujeres de militares pidieron permiso para llevarles comida a sus maridos. Un oficial rebelde “…le plantea a las mujeres que si están dispuestas a llevar un mensaje al jefe de las garitas. Una de ellas, esposa del sargento Carbonell se ofrece…” La mujer llevo la carta. Las buenas intenciones de esta mujer no se cumplieron. Los soldados que defendían esas posiciones llamadas garitas, aceptaron una tregua que aprovecharon para escapar asesinando a dos guerrilleros. (5) La mayoría fueron capturados poco después.

El cuartel de Báguanos fue atacado en la noche del 31 de diciembre de 1958 por las tropas rebeldes. Sobre las ocho de la mañana del siguiente día enterados los atacantes de la fuga del tirano se lo comunicaron a los atacados. Los soldados no creían la noticia por lo que. “… se envió a una joven, esposa de uno de ellos, con un mensaje para su jefe, en el cual se explicaba la situación. La muchacha regreso informando que no creían en la noticia, por lo que se le volvió enviar, pero esta vez con un radio, para que ellos mismos la escucharan.” (6)

La guarnición continuó combatiendo hasta las 5 de la tarde en que se rindieron. Durante el desarrollo de la guerra si el marido fallecía en el combate estas mujeres quedaban en una gran indefensión. Casi siempre el salario del militar era la única entrada en el hogar. Residían en poblados reducidos, de escasas posibilidades laborales para una mujer. Aunque el ejército cuando se producía el fallecimiento de uno de sus integrantes en acción llevaba a cabo una indagatoria con los familiares más allegados del infortunado para saber sus necesidades. Desconocemos si cumplían las promesas que le realizaban a la viuda o la madre del desdichado militar. Sabemos de una mujer cuyo esposo fue capturado en un combate, hizo un desesperado esfuerzo para recibir ayuda del ejército. Le escribió al jefe de las fuerzas armadas:

Sra. Ramona Rodríguez
Esposa del Soldado Emiliano de Diego
CACOCUM, Prov de Oriente
Cacocum, Oriente, Junio 4 de 1958
Al Mayor General
Sr. Francisco Tabernilla y Dolz
Mayor General en Jefe del Estado Mayor Conjunto
Ciudad Militar
Respetable Mayor General:

Con vuestra benevolencia por Ud. tengo el honor de tomarme la facultades de escribirle a Ud. estas líneas porque la situación que atravieso tristemente me encuentro desesperada y desamparada.

Soy la esposa del Soldado Emiliano de Diego destacado en el Escuadrón 71 del Regimiento 7 CALIXTO GARCIA de Holguín y el estando destacado en el Puesto de la Guardia Rural de MIR, Oriente fue sorprendido dicho Puesto el 31 de Marzo por los Rebeldes.

Desde esa fecha no he tenido noticias ninguna y me he dirigido al Regimiento haber si es posible se me facilite parte del sueldo de mi esposo ya que no tengo recursos de ninguna clase pues mi esposo era el ÚNICO sostén que tengo para mí y mis dos pequeños niños y hasta esta fecha nada me ha resuelto el Regimiento, y como hasta mi han llegado rumores que se quiere juzgar a mi esposo por cobardía yo sabiendo como son las cosas me dirijo a Ud. para aclarar que nada de esto es cierto, pues testigos presenciales saben que fueron cogidos a traición y en estas condiciones no es posible defenderse y yo viendo tanta injusticia que tras de verse prisionero también según rumores o decires lo piensan juzgar por otra causa injusta.

No teniendo consuelo en estos momentos y sufriendo por todos lados ya que como repito el único que contaba era con lo que el ganaba y al no tenerlo a el considere la situación económica estoy pasando y espero se me atienda en esta suplica que es justicia que pido y las versiones o rumores espero sean falsas para tranquilidad mía y honor de mi esposo que ha sido siempre fiel y antiguo soldado del Ejército del cual vivía orgulloso y satisfecho.

Por todo lo expuesto a Ud. suplico muy encarecida y respetuosamente se me atienda a mi triste situación y en honor al prestigio de mi esposo como pundonoroso militar.

Sin mas y en espera de sus noticias, quedo de Ud muy respetuosamente su amiga y S.S:S.-
Sra. Ramona Rodríguez de Diego
CACOCUM, Oriente. (7)
El general Tabernilla solicitó el criterio del jefe del Regimiento 7 al que estaba subordinado el esposo de Ramona.
16 de Junio de 1958
General en Jefe
Francisco Tabernilla y Dolz, MMNP
Jefe del Estado Mayor Conjunto
Cuartel Cabo Parrado.
Ciudad Militar.

Mi Querido Jefe y amigo:

Acorde con la carta de fecha 4 del actual, que le ha dirigido la SRA RAMONA RODRIGUEZ, esposa del SOLDADO EMILIANO D DIEGO, del Escuadrón 71 de la Guardia Rural, que fue prisionero, por los forajidos que atacaron el Cuartel de Mir, tengo el honor de informarle lo siguiente:

En el informe emitido por el Teniente Cor. Julio Diez y Díaz, MMP,(8) en relación con el caso que nos ocupa, dicho Oficial Superior participa, que el soldado Emiliano D Diego, junto con el Jefe del Puesto, son los mayores responsables de la destrucción de dicho Cuartel por el primero o sea el Soldado Diego, que cubriendo su turno de imaginaria (9)y teniendo en su poder la mejor armas del Puesto, en lugar de repeler la agresión, como era su deber, a los primeros disparos de los atacantes, hubo de gritar, “NO ME TIREN QUE SOY BUENA GENTE, palabras estas, que fueron oídas por un Soldado de apellido Rosales, y sin hacer un solo disparo, caminó desde la puerta hacia donde estaban los forajidos, entregándose a los mismos, habiendo cometido con esto un delito de cobardía, toda vez que de repeler la agresión, hubiera dado tiempo a que sus compañeros se prepararan para la defensa, pudiendo quizás, si hasta evitar la destrucción del Cuartel, y aun mas rechazar el ataque.

Como Ud, podrá apreciar, mi querido Jefe, la conducta de dicho Soldado, que se supone prisionero del enemigo, no fue la que debió de esperarse de él, como Militar, digno y responsable y con concepto de la alta misión, de que lo ha investido la Patria.

Reciba como siempre el afecto sincero, de su leal subalterno, comp. y amigo.
D Sogo Hernández, MMNP
Brigadier Jefe Regimiento Nº 7 de Guardia Rural (10)

Años después un guerrillero que participó en aquel combate esclarecería que el referido soldado combatió con su ametralladora hasta agotar el parque bajo el fuego, sin protección alguna, ante la amenaza de que le iban a lanzar una granada se rindió. (11) La culpa del desastre era de la jefatura del Regimiento que había situado aquel puñado de soldados en un cuartelito de madera, sobre pilotes sin posibilidades de defensa, en momentos en que las guerrillas operaban en la zona. La mujer con los dos hijos fue abandonada a su suerte. Estamos ante la historia de unas dobles perdedoras; por ser esposas de soldados del ejército vencido y por su condición de mujeres. Es una visión de la historia de la guerra que esta por escribir.

NOTAS
1–Comisión de Historia de la Columna 17 Triangulo de Victorias, Columna Numero 17 Abel Santamaría. Editorial Verde Olivo, La Habana, 2008, P 200
2–Comisión de Historia de la Columna 19 “José Tey”, Columna 19 “Jose Tey” Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1982 pp. 366 -367
3–Cueto hoy es un municipio de la provincia Holguín en la época pertenecía al municipio Mayarí.
4–Comisión de Historia de la Columna 17 ob.cit., p. 231
5–Comisión de Historia de la Columna 19 “José Tey”, ob. cit. pp. 365- 366
6–Comisión de Historia Columna No 16, “Enrique Hart”, ob. cit. p. 239
7–Instituto de Historia de Cuba Archivo del Ejercito de Cuba 24/5.1/6:1.2/ 1.127
8–Mérito Militar y policiaco, una condecoración otorgado por el ejército.
9–Estaba de centinela frente al edificio del cuartel.
10–Instituto de Historia de Cuba Archivo del Ejercito de Cuba 24/5.1/5:1.2/1-127
11–Entrevista a Oscar Orozco Viltres por Jose Abreu Cardet el 15 de mayo del 2010.