Por el Ms. C. Jose Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia
La prestigiosa editorial Abril de La Habana acaba de publicar el libro MAU MAU Y CASQUITOS: EL REGIMIENTO 7 CONTRA LAS COLUMNAS GUERRILLERAS (1958) de los historiadores Marilú Uralde Cancio y Jose Abreu Cardet. Mientras el texto llega a las librerías ponemos a disposición de los lectores de Memoria Holguinera la introducción de esa obra:
“Existe una amplia bibliografía sobre la lucha contra la dictadura del general Fulgencio Batista Zaldívar, escrita tanto por combatientes revolucionarios e historiadores profesionales. Posiblemente, después de las guerras por la independencia desarrolladas durante el siglo XIX, estamos ante uno de los periodos más estudiados del pasado de la Isla. Esto ha creado una base muy importante de información, tanto documental como bibliográfica, para los estudiosos actuales y futuros de aquellos acontecimientos.
“Sin embargo, como una característica que se reitera, los textos escritos sobre el referido periodo están matizados por la pasión; aspecto que no es perjudicial, pero que puede entrañar riesgos para el análisis. Los héroes caídos en combates, los mártires torturados por los esbirros del tirano estaban muy cerca en el tiempo. Los vecinos recordaban su andar por calles y plazas. Dirigentes políticos o militares habían sido sus compañeros del pelotón guerrillero o la célula clandestina. Cada municipio, ciudad pequeña o grande tomó con mucho respeto la tarea de homenajear a sus caídos. Se levantaron tarjas en los lugares donde aparecieron los cuerpos torturados, en el rincón donde el guerrillero cayó baleado en desigual combate. Se erigieron monumentos escultóricos y se fomentaron peregrinaciones a la tumba del héroe, a su última trinchera, al escenario de su martirio. Los paradigmas de la revolución tuvieron sus raíces en la lucha contra la tiranía. La radio, la televisión, el cine, la prensa escrita, la literatura histórica y en general la propaganda fueron factores determinantes en mantener viva esa memoria y, sobre todo, idealizarla.
“Los miembros de las fuerzas armadas de la dictadura salieron muy mal parados en ese mundo espiritual. Se les consideró como gente unánimemente desmoralizada, tropa mercenaria cuyo límite del sacrificio llegaba hasta los dígitos de sus salarios. Inconscientemente con tales apreciaciones se tendía a disminuir la victoria de enero de 1959. Entonces, en consecuencia, podríamos preguntarnos ¿qué mérito puede tener el derrotar a una multitud de cobardes y desmoralizados? Según ese tipo de análisis las derrotas de las fuerzas revolucionarias se debieron a errores de los combatientes, en ningún caso a la eficacia enemiga.
“A más de medio siglo de aquellos acontecimientos, la historiografía paulatinamente comenzó a distanciarse del discurso político y la mera propaganda; de hecho han aparecido textos –entiéndase artículos y libros- como el de Roberto Pérez Rivero (1) qué podrían señalar o indicar una frontera, si bien los mismos poseen en su análisis un enfoque de carácter nacional.
“Se han realizado numerosos estudios de carácter regional sobre las fuerzas revolucionarias. Pero hasta el presente no se ha publicado un análisis regional sobre las fuerzas de la dictadura y que, no por contrarias, carecen de importancia para nuestra intención. En el presente texto intentamos llenar ese vacío con respecto a gran parte del norte del oriente cubano. Nuestro propósito es analizar una unidad del ejército denominado regular durante la lucha contra las columnas rebeldes en el año 1958: nos referimos al Regimiento número 7 Calixto García de la guardia rural que tenía su jefatura en la ciudad de Holguín.
“La guardia rural surgió en la primera intervención de los Estados Unidos. Durante toda la República se fue perfeccionando e incrementando sus fuerzas, llegando a ser uno de los pilares del ejército cubano. En abril de 1958 contaba nacionalmente con 12 543 efectivos. En esa fecha el ejército sumaba unos 20 877. Como expresa el historiador Pérez Rivero, “lo cual nos indica que el principal componente de infantería del ejército era precisamente la Guardia Rural”. (2) El número de integrantes del ejército posteriormente se incrementó por medio del reclutamiento realizado por el Servicio Militar de Emergencia.
“En 1958, que es el momento que analizamos, el ejército batistiano había estructurado las fuerzas de la guardia rural en 7 regimientos. En cada provincia había una de estas unidades excepto en la de Oriente que tenía dos; el número 1 tenía su jefatura en la ciudad de Santiago de Cuba y el número 7, en Holguín. Este último tenía en su jurisdicción a los norteños municipios de Victoria de las Tunas, Holguín, Puerto Padre, Gibara, Antilla, Banes, Mayarí y Sagua de Tánamo.
“Este texto no es la historia del Regimiento número 7 Calixto García. No es esa nuestra intención sino tan solo analizar la acción de la referida unidad contra las columnas rebeldes del Segundo Frente Oriental Frank País y el Cuarto Frente Simón Bolívar en el año 1958. Se han divulgado numerosas historias de las acciones de las guerrillas rebeldes contra las fuerzas de la tiranía. En este caso trataremos de ver el asunto al revés.
“La falta de un estudio publicado sobre el Regimiento 7 nos sitúa ante un espacio vacío en los análisis de las estructuras represivas de la tiranía de Batista en la región. Esa es una de las dificultades que encontramos al emprender esta obra. Aunque algunos autores que han investigado sobre el siglo XX holguinero hacen referencia, en mayor o menor medida, a esta unidad militar no se ha llevado a la imprenta hasta el presente un libro sobre ese tema. Sabemos por referencia de la existencia de tres monografías sobre el Regimiento 7. Una es del historiador Armando Cuba de la Cruz, otra un trabajo de diploma de Anais Repilado Cabrera y un texto de Sonia Mariño. Los tres permanecen inéditos.
“El año 1958 era recibido con optimismo por los revolucionarios que se enfrentaban al régimen batistiano. Este se había establecido por medio de un golpe de estado, el 10 de marzo de 1952. Las fuerzas de la dictadura habían actuado con éxito frente a sus opositores. El asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, de Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, habían fracasado. Si bien en el combate murieron muy pocos asaltantes una parte importante de estos fueron hecho prisioneros y asesinados. El régimen logró aplastar el movimiento dirigido por García Bárcenas, una conspiración militar llamada de los ´Puros´ también fue liquidada. El ataque al cuartel Goicuría de Matanzas, en abril de 1956, fue rechazado.
“El desembarco de la expedición del Granma, desde las miras de la dictadura era un fracaso. Los expedicionarios fueron dispersos, no pocos de ellos murieron en acción o tomados prisioneros fueron asesinados. El alzamiento del 30 de noviembre tuvo que replegarse luego de un éxito inicial y las calles de la ciudad de Santiago de Cuba volvieron a manos de las fuerzas represivas. El desembarco del Corynthia, en mayo de 1958, fue liquidado. La sublevación de la marina de septiembre de 1957, en Cienfuegos, fue aplastada.
“Pese a esa larga aritmética de fracasos los revolucionarios iniciaron el año 1958 con nuevos bríos. La guerrilla de la Sierra Maestra que había logrado sobrevivir y fortalecerse envió dos columnas, la tres y la seis bajo las órdenes de los comandantes Raúl Castro y Juan Almeida respectivamente que crearon dos nuevos frentes guerrilleros. Desde la Sierra Maestra mandaron a los llanos del Cauto a Camilo Cienfuegos con un pequeño destacamento que organizó las guerrillas de la zona. Incluso, por órdenes de Fidel un grupo de combatientes irregulares de la zona del Cauto invadieron Camagüey. Mientras el movimiento clandestino organizó una huelga nacional revolucionaria cuyo objetivo era liquidar a la dictadura.
“La huelga fue aplastada y la dictadura dio una prueba de fuerza organizando una gigantesca ofensiva en el verano de 1958 contra la guerrilla de la Sierra Maestra. Utilizó el grueso de sus fuerzas aéreas, terrestres y navales. Derrotada la ofensiva el ejército rebelde con las armas capturadas organizó columnas que envió a diferentes territorios del país. Durante el año 1958 varias de estas, unas procedentes del Primer Frente José Martí y otras del Segundo Frente Oriental Frank País comenzaron a operar en la jurisdicción del Regimiento 7. El enfrentamiento durante 1958 entre las fuerzas del Regimiento número 7 contra estas columnas es el tema fundamental de este texto”.
Así termina la introducción de este libro que pronto estará a disposición de los lectores.
NOTAS
1— Roberto Pérez Rivero, Desventura de un ejército. Premio Ensayo Emilio Bacardí 2002, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2003,
2— Ibídem, p. 43.