Libros y fantasmas

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Por el Ms. C. José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Inmersos en la pasada Feria Internacional del Libro 2019, la vida cotidiana se llena de comentarios sobre textos, lecturas, críticas y halagos a escritores, poetas ensayistas, historiadores… en fin a todos los que llevan a la letra impresa u otro soporte sus criterios y análisis, sus sueños y esperanzas. Sin embargo, hay un universo olvidado tras cada libro. Especies de fantasmas que no vemos, pero están presentes en el doblar de una hoja, en el correr de las páginas en word o pdf a ellos va dedicado este artículo como un homenaje a quienes tanto hacen por nuestra felicidad espiritual.

Nos acercamos a Roddier Mouso Bähr, diseñador de la muy prestigiosa Editorial “Ediciones Holguín”. Nacido en esta ciudad en 1973 recibió desde pequeño una beneficiosa influencia familiar que el resume en un breve cúmulo de palabras: “Desde muy pequeño aprendí de mi padre a ser creativo. Él es una persona que llega a la esencia de las cosas y las logra descifrar, sin un manual que enseñe el cómo surgen se usan y se pueden mejorar, un empirismo que traté y aún trato de imitar”.

Continúa en su andar por los recuerdos de los que influyeron en su formación: “Estudié por tres años Artes Plásticas, en la Escuela de Arte de Holguín por lo que me gradué con título de Nivel Elemental en el año 1987. Fue una gran momento en mi formación como diseñador. Tuve maestros como Cosme Proenza, Pepe Vidal, José Emilio Leyva, el chino Ronda, entre otros.

La falta de madurez, impulsado por fantasías y deseos que solo pasan en la adolescencia, no me permitió proyectarme a mi futuro y no presente mis obras plásticas para pasar al nivel medio. Es entonces que solicito una carrera técnica, como primera opción para estudiar Construcción Civil y me graduó en el año 1992 con excelentes calificaciones”.

“Comienzo mi etapa laboral luego de graduarme en 1992, en medio del «Periodo Especial». Los trabajos como técnico de construcción eran una utopía y entonces logré contratarme en el poligráfico José Miró Argenter. Allí realicé trabajos artesanales como: orfebrería, joyería y hasta tuve que hacer una escultura de hierro para optar por una plaza de escultor que nunca se creó.

En 1996 surge el taller de serigrafía y comencé haciendo diseños para la reproducción de los mismos en pulóveres. Luego me convertí en impresor y llevaba las dos funciones de imprimir y diseñar. A partir del 2000 dedico mi profesión exclusivamente al diseño y trabajé en el departamento de comercial del Poligráfico hasta octubre del 2002”.

¿Cómo llegaste al diseño de libros?

-“Fue una casualidad o una oportunidad, no lo sé, solo aspiraba a un nuevo trabajo, que no tenía que ser precisamente diseñar.

Salí del poligráfico en el año 2002 y como era afiliado a la Asociación de Comunicadores Sociales aquí en Holguín, en aquel momento Asociación de Publicistas, el entonces presidente de la asociación Fabio Ochoa, me propuso presentarme a Lourdes González y acordamos un encuentro con ella en Ediciones Holguín. Ella era la directora. En esa época la editorial no tenía un diseñador y la plaza estaba disponible. Me presenté ante Lourdes y me puso a pruebas. El diseño del libro era desconocido por completo para mí. Tenía experiencia profesional, muy poca, solo seis años, como publicista y ninguna respecto al diseño editorial.

Fue el inicio de una larga y rica experiencia, aún recuerdo mi primer libro, Los dinosaurios, 2002. Ese libro fue muy difícil, pues no solo lo diseñé sino que también lo ilustré. Desde ese momento comprendí que para ser diseñador no bastaba con cualidades empíricas, había que prepararse y tener conocimientos técnicos para ejercer la profesión.

¿Cómo llevas a cabo el diseño del libro?

-Como cualquier producto que va dirigido al consumidor el libro también requiere de un diseño exclusivo, de una promesa beneficio para el consumidor, de una presentación visual atractiva, que invite al lector a tomarlo para que lo evalúe y decida llevarlo.

El libro es una importante pieza de comunicación que necesita de un equipo de especialistas para ser creado. El editor, el diagramador, el ilustrador y el diseñador se unen para materializar en un soporte, la mayoría de las veces impreso, las ideas de un escritor.

Si ese equipo de especialistas no hace un trabajo de mesa riguroso, antes de realizar el libro, se corre el riesgo de que el producto sea un fracaso, y quede inerte en un stand o punto de venta, aun cuando su contenido sea muy demandado.

El mercado del libro en Cuba es muy complejo. De forma general el libro en Cuba es subvencionado, por lo tanto lograr la venta del mismo requiere del esfuerzo de todos los que intervienen en el proceso, desde el escritor hasta de quien los vende.

Para diseñar un libro hay que tener en cuenta, y que funcione como una regla inalterable, conocimiento del contenido del libro y al público que va dirigido. El diseñador debe trabajar conscientemente para alguien y no para él.

¿Cuándo recibes un libro qué haces?

-La mayoría de las veces pido al editor que me hable de su contenido y que me dé su opinión de cómo él ve el libro terminado, es decir cómo le gustaría que quedara materializado, en cuanto a la ilustración, el color, etcétera. Es de gran ayuda intercambiar con el editor y agiliza el proceso creativo de un libro; la visión del editor es muy importante. El editor es el máximo responsable de una publicación y todo diseñador debe respetar su opinión, es el timonel del barco.

El intercambio define si es necesario un encuentro con el escritor. Pido al editor, si fuera necesario, un encuentro con el ilustrador para mostrarle las peculiaridades de las colecciones y la gama cromática a trabajar. Luego me reúno con el diagramador y le doy las pautas a seguir para el montaje del interior: tipografías, portadillas interiores, uso de blancos, ilustraciones, índice, etcétera. Mientras el diagramador hace su trabajo por las pautas que le orienté yo me dedico a la creación de la cubierta. Cuando todo ese proceso está terminado hago una revisión completa del interior del libro y evalúo, junto al editor, si es necesario, hacer algún tipo de cambio o corrección al diseño.

¿Contactas con el autor o el editor?

-Al escritor si fuera necesario, al editor siempre.

¿Desde cuando estas en Ediciones Holguín?

-Ediciones Holguín me ha permitido estar allí desde octubre de 2002.

¿Me puedes decir cuál es ese personal que está detrás del libro y ni el autor ni el público conocen?

-Todo libro tiene una página legal que expone las personas e instituciones que intervienen en su creación, pero hay muchas personas involucradas que no aparecen: programadores, impresores, vendedores de libros, directores o jefes, etcétera. También hay otros que cumplen un papel muy importante, al menos así lo veo yo y son esas personas que de buena fe hacen críticas en beneficio de una publicación o de la editorial que motivan a la creación de un mejor libro. A esos doy gracias por alentar.

Desafortunadamente a algunos autores o escritores no les interesa quienes están detrás de su publicación, es decir, los que intervienen en su realización, solo les interesa su libro y no tienen idea del «trabajo» que genera materializar un libro, pero igual hay muchísimos que si son agradecidos y hasta se vinculan directamente con el equipo editorial, tanto que hasta llegan a formar parte de ese personal anónimo que con esmero hacen libros.

Más de 700 textos se han publicado en todos los géneros. Foto: Archivo

¿Quiénes son y qué hacen cada uno?

-Formo parte del equipo profesional Ediciones Holguín, aunque he trabajado para otras editoriales, es allí donde me identifico, por supuesto, respondo la interrogante haciendo mención a ellos, al equipo Ediciones Holguín.

Lourdes González es la directora y vela por cada una de las publicaciones editadas y diseñadas, aprueba y evalúa con mucho rigor cada una antes de ir a imprenta.

Dunia Verdecia, Fidel Fidalgo y Eugenio Marrón son editores por plantilla pero también a ellos se le suma José Luis Serrano que, aunque es el responsable de la corrección, también es un excelente editor.

Rebeca Pantoja es la de diagramación y muy consagrada a su trabajo. En el proceso editorial es ella el enlace de todos los especialistas, respondiendo a las exigencias del editor y del diseñador.

La mecacopia es muy importante, en ella Silvia Guillén realiza transcripciones, correcciones y propone en ocasiones cambios. Es el apoyo de editores y diseñador y ayuda en correcciones de diagramación.

Kenia Leyva es nuestra activista y programa presentaciones y presentación de libros. También cumple función de editora.

Muchas son las instituciones que brindan servicios de impresión y nuestras publicaciones son impresas en diferentes poligráficos dentro del territorio nacional y en ocasiones fuera de nuestras fronteras.

¿Qué importancia tiene para ti el diseño?

-Sin diseño hoy no tuviéramos mercado, no tuviéramos un espacio agradable, fuéramos más insensibles.

Los productos se venden o consumen gracias al diseño, al ofrecimiento visual que propone y a la promesa beneficio representada gráficamente. Un diseño de algún producto, conocido incluso, que no sea capaz de atraer al consumidor y no muestre mayor nivel que el de la competencia, sin una promesa beneficio, trae consigo que dicho producto no sea aceptado y, por ende, no se consume, no importa si el producto tiene alta demanda. Por ejemplo, en el sector alimenticio, dos helados del mismo productor: uno con un envase atractivo y mostrando el helado en todo su esplendor a través de una gráfica en su etiqueta, con la marca y especificaciones de consumo; otro en un recipiente de nailon y sin presentación gráfica a un precio menor y sin que se sepa quién lo hizo. El primero, incluso a un precio mayor, ofrece más garantía y promete al consumidor un beneficio, por lo tanto en la competencia de ventas gana.

El diseño evoluciona con el desarrollo humano, y ofrece mejores productos, más confortables, seguros, prácticos y hasta a través del mismo nuestro cerebro nos hace sentir sabores y olores sin interactuar con el producto tangible que provoca adquirirlo.

Muchas editoriales cubanas no le dan importancia al diseño y lo marginan. También muchos diseñadores piensan que el diseño es una actividad exclusivamente artística y no es así. El diseño tiene arte, pero es comunicación.

Un artista realiza su obra por un placer personal, inspirado en algo. El espectador trata de construir una imagen de lo que ve y que no tiene que ser, precisamente, la misma que quiso expresar el artista.

El diseño se realiza por encargo y el diseñador tiene que ser capaz de comunicar al receptor una promesa beneficio real del producto diseñado que brinda su dueño. Una falsa lectura se interpreta sencillamente como un engaño.

Así de sencillo e importante es el diseño.

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