Festejando entre amigos el ascenso desde la poesía de Delfín Prats

Por Vanessa Pernía y Erian Peña

Fotos Robert Rodríguez

Un homenaje a Delfín Prats Pupo, Premio Nacional de Literatura 2022, marcó el espacio La Hora Tercia especial, en la última jornada de la XXXI Feria Internacional del Libro en Holguín, realizado en la Sala Electa Arenal Huerta del Centro Provincial de Arte.

La presentación del libro-arte Un lugar llamado humanidad, realizado por el Taller de Papel Artesanal del Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL), Cuadernos Papiro y Ediciones Holguín, fue uno de los elogios al poeta nacido en Holguín en 1945, cuya obra se inscribe entre lo más significativo de su generación y de la literatura cubana del siglo XX.

Confeccionado por el promotor cultural Andrés Zaldívar, especialista del Centro del Libro, a petición de esta institución, el texto –con sugerente diseño de ventanas y vitrales– contiene tres poemas de Delfín Prats, entre los más significativos de su obra poética: “Humanidad”, “Mañana en La Demajagua” y “Tres variaciones sobre el tema del pez”.

Lourdes González, presentadora del libro-arte, celebró la obra de Delfín y destacó que su poética haya arribado, desde su natal Holguín, a puerto seguro con la entrega del Premio Nacional de Literatura, lo que supone la seguridad de reediciones y publicaciones.

La autora de El amanuense y Papeles de un naufragio resaltó el despertar de lo cubano en la obra de Delfín, quien ha acompañado el desarrollo artístico de la ciudad desde los años 70, estando vinculado a procesos culturales y al desarrollo de las editoriales en Holguín.

Una lectura poética, con los autores Gilberto González, José Luis Serrano Seik, Luis Yuseff y la propia Lourdes, fue regalo a Delfín, muchos de estos versos dedicados al autor de Para festejar el ascenso de Ícaro, como inspiración de varias generaciones de escritores.

Un ejemplar del libro-arte fue obsequiado por Andrés al propio Delfín, a Lourdes González y a Sarais Ferrer, directora del CPLL y presidenta del Comité Organizador de la Feria.

Delfín Prats Pupo, reconocido poeta holguinero, se reafirma como un autor necesario por su lirismo, la obsesión dialógica de la palabra y su amplio calado en el corpus lírico nacional. Autor de unos pocos volúmenes que ha escrito y reescrito desde su germinal Lenguaje de mudos, en 1968, hasta El brillo de la superficie, su poesía completa que publicara Ediciones La Luz, en 2019, y el poema Islas Gilbert, también por La Luz, es uno de los poetas más influyentes en los jóvenes poetas, pues más de una generación, desde la cristalizada a fines de los 80 hasta acá, ha sentido cercano el quehacer del autor.

 

Con aroma de mujer

Fotos: Robert Rodríguez

En una tarde concebida por y para las mujeres, fácilmente un hombre podría sentirse como pez fuera del agua.

El Espacio Edit-Arte, que acogió por una de la jornada vespertina de este viernes 17 en el Centro Provincial de Artes Plásticas, devino en espacio propicio para exacerbar la Literatura hecha por mujeres, con énfasis en la que se produce desde el sello editorial Conciencia Ediciones.

La tarde fue propicia además para realizar un sentido homenaje a la poeta santiaguera Teresa Melo, una de las intelectuales de mayor renombre en el país, recientemente fallecida, quien se dedicó intensamente al proceso editorial; no podía faltar tal motivo cuando las protagonistas de la propuesta son mujeres emprendedoras que luchan por el lugar que merecen en la sociedad.

YanéÁlvarez Rómulo, directora del sello editorial de la Universidad de Holguín, destacó durante el encuentro que sus logros como institución, “sobre todo, son de la mujer, desde el propio surgimiento y la incorporación de nuevas trabajadoras en el colectivo, así como su efectiva inserción en el proceso editorial”.

“Hemos tenido experiencias fantásticas, somos una familia, trabajar con ellas ha sido una experiencia maravillosa porque se han desprendido de ese ego como investigadoras universitarias para dejarse aconsejar, sorprender por conceptos en el proceso creativo, permitir asesoramiento. Ha sido todo un privilegio, soy testigo del esfuerzo que hacemos cada día para salir adelante en nuestro trabajo, estoy feliz de ser mujer y de que en la mayoría me acompañen mujeres”, agregó

Marzo, mes en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, específicamente el 8 de marzo, constituyó la excusa perfecta para concebir tal proyecto dentro de la Feria Internacional del Libro Holguín 2023, aunque no podía faltar dentro de las dedicatorias el Aniversario 170 del Natalicio de José Martí, razón por la que, la presencia del Apóstol de Cuba y sus textos a las féminas, devinieron entre las lecturas imprescindibles al encuentro vespertino.

Durante el encuentro fue motivo de análisis además los artículos que tratan el tema de los derechos de la mujer, publicados en la Revista Luz-que lleva además el sello de la propia editorial holguinera-; 16 constan en total dentro de todas sus ediciones, escritos en su mayoría por mujeres, y solo uno posee el pie de firma de dos autores masculinos. A pesar de ello, en la tarde no faltó además el agradecimiento a los hombres que le rodean, quienes también apoyan para facilitar el quehacer y realización profesional de sus mujeres.

La temática de género ha cobrado auge en los últimos años dentro de las cuestiones más apremiantes a resolver en nuestra sociedad, el feminicidio y la violencia contra la mujer empañan los innumerables logros de esas guerreras por alcanzar el lugar que les pertenece dentro de la sociedad; sin embargo ellas, representadas hoy por estas mujeres de ciencias, se desdoblan entre sus tantos roles de madre, esposa, hija, así como de profesionales a la altura de su labor, lidiando con todo este entramado social complejo y saliendo adelante, pero sin perder de vista que todavía les falta muchísimo para alcanzar ese lugar que se merecen, a pesar de todo lo logrado.

Dayamí Pupo, reverberaciones de la energía vital

 

Por Erian Peña Pupo

Fotos del autor

Palma es la libertad: palma más bella

Alma franca y fiel; palma, y estrella.

José Martí, de la dedicatoria en una fotografía a Bernarda (Manana) Figueredo de Pérez

El Centro Provincial de Arte de Holguín inaugura cada diciembre, desde hace algunos años, una amplia exposición de un reconocido creador de la provincia. Así cierra el trabajo de doce meses –con muestras, jornadas teóricas y eventos como la Semana de la Cultura y su Salón de la Ciudad; las Romerías de Mayo y el espacio Babel; y la Fiesta de la Cultura Iberoamericana– y al mismo tiempo, a manera de homenaje, agradece a un artista visual con la posibilidad de exhibir lo que podríamos llamar una muestra antológica de su obra. Este 2022 la Sala Principal y la Pequeña de la institución holguinera acogen Energía vital, de Dayamí Pupo Ávila (1971), una selección que deja al espectador ávido de experiencias artísticas la seguridad de asistir a un descubrimiento, a una epifanía de formas y colores, en sutil diálogo con la literatura y la historia nacional.

¿Por qué creo que Energía vital es, al menos para mí, un grato descubrimiento? Conocía la obra de Dayamí Pupo como ilustradora de textos infantiles –entre ellos los de su pareja Ronel González Sánchez, y de autores como Luis Caissés, Kenia Leyva y Quintín Ochoa– y de antologías, y textos poéticos y ensayísticos, también de Ronel y de investigadores como el historiador José Abreu Cardet. Además una exposición anterior (“El Ranacimiento y otros inventos”, en 2014) y su participación en varias muestras colectivas en la provincia, me habían ofrecido una faceta de su trabajo, la más inmediata, pero no como cuerpo que se abre a la mirada, como bosque de sentidos y resonancias –pensemos en el campo cubano, donde crece inhiesta la palma real, alcanzando el primer y el último rayo de luz–, donde cohabitan varias influencias pero hay una unidad estética, una línea de trabajo consiente y diversa que nos permite recorrer (y adentrarnos en) diferentes momentos, etapas creativas, como lo hace Energía vital.

El primer descubrimiento es precisamente comprobar la multiplicidad de miradas (y desdoblamientos) que atraviesa la obra de Dayamí, y cómo las diferentes facetas o períodos mantienen la esencia de una práctica que crece en sus búsquedas sin agotarse, y seguirá haciéndolo en nuevas series y piezas. Esta práctica se articula (sobre todo en los trabajos para libros infantiles expuestos en la Sala Pequeña, donde el predominio del color es importante) en un dibujo cuidado, dueño de una línea precisa y un imaginativo universo fantasioso que dialoga con las historias que recrea, al mismo tiempo que gana en autonomía y precisión; en el aprovechamiento de las posibilidades del pastel y los manejos de sus tonos, y en la interacción de rasgos expresionistas que, por momentos, se acercan a la abstracción geométrica, pero con la figuración como puntal. Esta coherencia recorre con su energía vital las más de 40 piezas que componen la selección, con curaduría de Bertha Beltrán y dirección de Yuricel Moreno Zaldívar.

Otra novedad parte de lo anterior: comprobar lo interesante y versátil de la propuesta de Dayamí, capaz de dialogar –a través del colorido y la riqueza expresiva de sus ilustraciones para libros como La honorable bruja Granuja del esqueleto embrujecido, El Ranacimiento y Balgamel y el Reino de las Fábulas– con las obras literarias, con la esencia de estos textos, al punto que ambos, surgidos desde la complicidad, son uno solo. Ilustración y libro, libro e ilustración en idéntica danza de los sentidos. De la misma manera que es interesante su trabajo con el grafito para Entre pitos y flautas, o los dibujos más sencillos de La enigmática historia de Doceleguas, donde aprovecha las posibilidades de la acuarela.

Muchas de sus obras, desde hace aproximadamente veinte años, y en crecimiento expresivo, han nacido para poemarios de Ronel González, y textos de Ronel han surgido de sus piezas, en un constante (y agradecible) juego de posibilidades que ahondan en la búsqueda (en ambos creadores) de elementos de la identidad nacional, relacionados con las guerras de independencia del siglo XIX, y el pensamiento martiano. “Aquí se produce una retroalimentación inseparable cuando la imagen plástica proviene del poema, y viceversa, para asegurar que existen muy pocas diferencias entre las metáforas visuales y las contenidas en la analecta literaria que participa en el imaginario puesto a relieve, porque se trata de convocar desde la muda cartulina, el empleo del pastel, la acuarela, y acrílico sobre lienzo, un mundo individual, cómplice de las aspiraciones y motivos de la colectividad que canta y se desdobla en torno a los creadores”, asegura Ronel en las palabras del catálogo. Así la isla (Cuba), la palma real y el Apóstol se corporizan en metáforas visuales en una obra que –a flor de piel o ahondando en las subjetividades– se plantea, desde sus viajes al pasado, a las contiendas bélicas, a la vida en manigua y sus dificultades, al pensamiento de los próceres y la necesaria cercanía con estos hombres-héroes, las urgentes preguntas sobre el país, la Cuba de hoy, fruto de los caminos de la historia.

De estas últimas destaco, en un primer momento: “El pájaro blanco de la noche”, “Paisaje interior”, “Autorretrato”, “Púrpura unitivo” y “Aves de la existencia”, piezas en pastel sobre cartulina: “mandalas hinduistas y budistas reacomodados según los símbolos de nuestra cultura”, representaciones simbólicas y rituales del macrocosmos y el microcosmos, cuyos ecos se multiplican y resuenan en la isla antillana (“el yin –recepción y negatividad– y el yan –la energía activa”, nos recuerda Severo Sarduy, conocedor de las geometrías del mandala; esa energía vital, propiedad inherente al ser vivo). Aquí, en su trabajo más reciente, y en otras obras de Dayamí, la palma (sobre todo la palma-metáfora, la palma-símbolo) juega un rol importante. Las palmas de Dayamí –palmas de-construidas y re-construidas, en espiral y crecimiento, palmas-andamiajes, geométricas y libres, palmas que son miradas desde las alturas, con el ojo de Dios– parecen resistir, como aquella canción de Sindo Garay, al empuje de los vientos del huracán y las aguas (aquellas aguas también en espiral de Martínez Pedro), y dar resguardo a la estrella, otra constante en la escritura martiana, como en su pieza “La estrella que ilumina y mata”: “Y admiré, en el batey, con amor de hijo, la calma elocuente de la noche encendida, y un grupo de palmeras como acostada una en la otra, y las estrellas, que brillaban sobre sus penachos”, escribió en su diario, a su paso por República Dominicana camino a Cuba. Para el Apóstol –el mismo de la obra “El corazón con que vivo”– la palma, dominando el paisaje cubano, es símbolo de libertad y de justicia social (“hemos de poner la justicia tan alto como las palmas”); integra el cuerpo poético de la Patria. Añado a esta relación: “Duermo en mi cama de roca”, “El viejo” y sobre todo, “Espíritu del monte”, “Familia insurrecta”, “Palmas de hierro” (“De qué le sirven las hojas a las palmas si benévolos alisios no las mueven”), “Ciudad sitiada” y “La patria furtiva” (patria femenina y mambisa, patria en cuerpo de bandera que ondea libre), pieza que sirvió de ilustración de cubierta al libro homónimo de Abreu Cardet y Ronel sobre “los entresijos del amor durante las contienda independentistas cubanas del siglo XIX”.

Otras obras –también en pastel y técnica mixta sobre cartulina– destacan en el conjunto: “La gran celebración”, “Energía eólica”, la lúdica y vallejeana “¡Señor: aparta de mí estas intertextualidades!”, “Caza de muñecas” y “Derecho a callar”, así como los trazos, sencillos y elegantes, que recuerdan naturalezas muertas o diseños de vestuarios para la escena, en “Opuestos por el vértice”, “Me estoy mirando”, “La novia” y “Ver la luz”. Lo interesante, además, de Energía vital es que la obra de la holguinera Dayamí Pupo Ávila sigue siendo, después de recorrer ambas salas del Centro de Arte, un descubrimiento que no agota sus posibilidades, sustrato a los diálogos fructíferos que crecen en suelo patrio (Tomado de La Jiribilla).

 

 

 

 

Grandes Maestros, gratitudes de Lázaro Reynaldo

 

Por Erian Peña Pupo

Fotos del autor

Entramos a Grandes Maestros, exposición del artista holguinero radicado en México desde 1991 Lázaro Reynaldo Rodríguez, que exhibe la Sala Electa Arenal del Centro Provincial de Arte de Holguín, para encontrarnos con una instalación que incorpora, además,una acción performáticaperse–y no solo en su momento inaugural–, pues Lázaro Reynaldo (1964) la ha pensado comouna puerta que luego de ser traspasada no hay forma de desprenderse del contenido que resguarda: un viaje por los sentidos. La obra de Lázaro Reynaldo es unaexploración que se expande en las honduras de la espiritualidad y que, como nos recalca el artista, se debe también a los maestros de todo tipo que le han influido en la vida y en el arte.

Grandes Maestrosnos interrogaa través de experiencias vitales, sensitivas; olores, sabores, sonidos… y nos hace partícipe de una selección reciente de obras pictóricas, dibujos, fotografías, objetos personales, textiles, artesanías y elementos de la naturaleza (tierra y carbón vegetal),pues la exposición está “concebida ad libitum no solo por la variedad de motivos, objetos, materiales y técnicas; sino por la fluidez de ideas que retienen lo primitivo del gesto pictórico, la naturalidad del dibujo, la armonía con el entorno; una voluntad de darse al goce, a la expectación, a lo ignoto detrás de lo aparentemente visible”, expresaen las palabras del catálogo de la exposición, Yuricel Moreno, directora del Centro Provincial de Arte,y quien, junto a la artista Bertha Beltrán Ordoñez, tuvo a cargo la curaduría de esta muestra.

Detrás de cada trazo y cada objeto, Lázaro ha escrito/descrito su vía crucis, que ha sido un viaje de aprendizaje constante, y que promete, como la propia vida, seguir siéndolo. Toda la exposición –en donde encontramos obras como “Torsos en rojo”, “Gracias por la abundancia que ya soy” y “Un caballo para Adán”– se articula con un concepto: la gratitud. Lázaro Reynaldo sabe que “la gratitud es el sentimiento que más amor genera y expande”. El viaje, el reencuentro que posibilita la creación en Holguín, parecería algo lógico, una boutade, si Lázaro Reynaldo no fuera, sobre todo, un artistasincero consigo y con su propuesta (dos cualidades que se advierten al adentrarse en su obra). Las piezas expuestas aquí no son solo, o no únicamente, un giro en el que la imagen se inscribe en el marco de la representación y de lo representado. Ese giro marca otras latitudes, otros sitios, tal vez mentales, emocionales, en los que el artista elabora su idea del arte, y agradece siempre por ello.

Apertrechado de las posibilidades de la abstracción figurativa, su obra se precipita como un torrente azul y traslúcido (que nos evoca la pasividad o el furor del mar), o en el rojo y el blanco (colores que junto al azul le caracterizan), o en el ocre, los tonos terrosos, sensitivos, dorados, como el sol que lo cubre todo, y que dan paso a la creación espontánea, al trazo intuitivo. Lázaro Reynaldo realiza la búsqueda de la manera más sensible y espiritual que cree posible, indaga en la armonía interior que lo equilibra todo, que explora y evoca; y en ello afloran personajes que observan de perfil, o exhiben sus cuerpos,y cuyos rostros coquetean con rostros equinos, con fuerzas de la naturaleza, y agradecentambién esa dicha.

Luego de sumergirnos en las profundidades de sus tonos, en las líneas y contornos de sus torsos desnudos, en las magníficas formas del caballo que recorren sus cuadros como pintados a galope, al vuelo impresionista, Lázaro nos abre otras puertas (¿acaso interiores, las que desea siempre abrir?) que dialogan consigo y con nosotros. Yuricel destaca en la exposición “un conocimiento sólido del arte, del manejo de estructuras, de claves de significación culturales y una filosofía de vida ampliamente sedimentados en una iconografía personal llena de símbolos. En algunas piezas, el cuerpo humano –rostros impersonales, torsos, glúteos– impregnado por una expresión sutil, se confunde con figuraciones equinas y abstracciones que dejan cierta inquietud por develar su verdadero sitio en el juego de asociaciones propuesto. En otras, salta a la vista la relación con el diseño, la moda y la publicidad”. Y añade que “la sensación de bienestar que proyecta tal ambiente, nace del sentimiento de gratitud hacia una cultura de extraordinaria fuerza y expresividad, como la mexicana. Grandes Maestros se convierte entonces, en una manera de retribuir la acogida, la savia compartida de manera generosa y fértil. La grandilocuencia del título, como podría pensarse, no rinde pleitesía a nombres reconocidos en determinad ámbito, sino que hace reverencia a quienes han nutrido la cotidianidad del artista, sus esencias y hasta veleidades”.

El artista va armando artilugios de su memoria, fragmentos a salvaguarda de los días, maderos a los que agarrarse; y con ellos ofrece señales de su espiritualidad y su identidad. Sus trazos sencillos, minimalistas (subrayamos lo antropomórfico de las figuras, que metamorfosean en cuerpos de animales, caballos por ejemplo, presentes como señales de luz, en los complementos verbales que intensifican el mensaje de algunas piezas) nos remiten a los contextos de una paz interior deseada y encontrada, que se desea compartir aquí. Todos miran el universo, todos buscan.El ojo milenario (ojo poético) ofrecesu luz de sol.

Residente en una urbe tan cosmopolita como la Ciudad de México,propicia para experimentaciones creativas, para el arte sin aprensiones, Lázaro Reynaldo realizó en Holguín su carta de agradecimiento al mundo, a través de la exposición Grandes Maestros, una muestra para adentrarse con todos los sentidos (y también las emociones) bien despiertos en este viaje emotivo, afectivo, esencial, lírico, por los pasajes que nos ofrece la vida.

 

Energía vital

«Energía vital» es la propuesta del Centro Provincial de Artes Visuales en Holguín para el último mes del año.

La exposición bipersonal de Dayamí Pupo fue inaugurada este 3 de diciembre en la Sala Principal y Pequeña de la prominente institución cultural.

Más de 50 piezas dedicadas a un público variado, que incluye a los más pequeños de casa, componen la muestra diseñada en diversas técnicas y teniendo como soporte la cartulina.

Por esa retroalimentación inseparable de poesía con la imagen plástica apuestan Dayamí y Ronel González, compañeros de vida y quienes ahora incursan en esta aventura creativa para el deleite de los espectadores, donde no podía faltar la evocación a ese símbolo de la cubanía que es José #Martí, nuestro Héroe Nacional.

Una especie de trabajo antológico de la artista holguinera que ofrece varias facetas de los más de 20 años dedicada a las artes visuales constituye la muestra que con curaduría de Bertha Beltrán, exhiben el universo de la autora y su labor de ilustradora de libros, acompañada además por varios de los títulos que ha intervenido, así como parte de sus primeras obras y otras más recientes, en las que destaca la técnica del pastel sobre cartulina.

Integran la selección piezas dedicadas al mundo infantil, interpretaciones de la realidad nacional, abordajes de las gestas independentistas, mandalas hinduistas y budistas reacomodados según los símbolos de la cultura cubana, muchos creados a partir de poemas del escritor Ronel González, pareja de la artista.

Una retroalimentación inseparable entre la imagen que proviene del poema, y viceversa, para asegurar que existen muy pocas diferencias entre las metáforas visuales contenidas en el imaginario puesto de relieve, se produce en cada una de las piezas, al decir del compañero de vida de la artista plástica.

Son 20 años de búsquedas, inmersiones conceptuales y vivenciales que intentan convocarse en una exposición soñada hace mucho tiempo, que tuvo como antesala “Caída libre” y “El renacimiento y otros inventos”, de 2011 y 2014, respectivamente, subrayó.

Graduada de nivel medio de la Escuela Profesional de Artes Plásticas, Dayamí Pupo Ávila es escultora, dibujante e ilustradora de libros; ha obtenido diversos premios y reconocimientos por su labor creativa y ha participado, además, en numerosas exposiciones personales y colectivas.

(Con información de la ACN)

La flauta mágica, selecciones para un concierto memorable

Por Erian Peña Pupo

Fotos Bernardo Cabrera

Como un acontecimiento artístico relevante en Holguín –una de nuestrasmás importantes plazas culturales, por sus eventos y espacios significativos,por la calidad de sus creadores y su reconocimiento nacional y foráneo–, puede calificarse la presentación de selecciones en concierto de La flauta mágica, la ópera con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en alemán de Emanuel Schikaneder, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Holguín (OSH) y el Teatro Lírico Rodrigo Prats, con dirección artística y general del maestro Oreste Saavedra.

Para la ocasión Saavedra, titular de la Sinfónica, cedió la batuta al alemán Michael Elvermann, en un programa que contó con once momentos, incluida la Obertura, de una obra que tiene forma de singspiel, como se conoce al tipo de ópera popular cercana a la opereta, surgida en el siglo XVIII y cantada en alemán. En elsingspielse intercalan partes habladas o recitativas, y musicales, que pueden ser en forma de aria, emsemble o canción (lied).

En esto último destaca el trabajo del Teatro Lírico Rodrigo Prats, dirigido por la maestra Liudmila Pérez, y de su coro, con Damaris Hernández al frente. El Lírico, como he apuntado otras veces, se caracteriza por la calidad de sus voces, por las cualidades interpretativas, fruto de lo que podríamos llamar la escuela holguinera, con influencia del maestro Camayd, de Náyade Proenza… y más recientemente, consolidándose en las aulas de la filial de la Universidad de las Artes (ISA) en Holguín y en el propio Lírico como unidad docente. Para estas selecciones de La flauta mágica, los solistas y el coro trabajaron sus interpretaciones en alemán, dotándoles de la verosimilitud y la elegancia necesaria en la obra; y que nos reafirma que tanto el Lírico como la Orquesta –que aquí demostró, una vez más, la ejecución brillante de unaagrupación integrada en su mayoría por jóvenes, y que puede asumir los más disímiles retos a los que el ímpetu de su director los convide– pueden acometer un empeño mayor anhelado por ambos: presentar en Holguín la obra integra estrenada en el Theater auf der Wieden, de Viena, en 1791, el año del fallecimiento del maestro austriaco nacido en Salzburgo en1756, y la última obra representada en vida de Mozart.

La ópera –cuyo argumento parte de varias historias, entre ellas cuentos de hadas, y que mezcla escenas de simbolismo y referencias a la masonería– es reconocida, además, por sus difíciles arias, algunas famosas por su complejidad técnica, como el de la sopranoque interpreta el personaje de La Reina de la Noche, “Der Holle Rache”, compleja por su nota aguda que obliga a un alto grado de destreza. En la presentación –realizada en el Centro Provincial de Arte– esta aria fue interpretada virtuosamente por la joven Dania López Camejo, a quien escuchamos también en su dúo con el personaje Papageno, junto al barítono Alfredo Más, quien interpretó antes, con carisma y comicidad, “Ein Madchen oder Weibchen”.Otro momento complejo de La flauta mágica es el quinteto de Papageno, Tamino y las Tres Damas,“Hm! Hm!Hm!”, en la voz de Camilo Hijuelos, Alfredo Más, Isabel Torres, Sheyla Sánchez y Eyesmela Diéguez. Participaron, además, Senia López, Carlos Manuel González y el jovencísimo José Gabriel Reyes, estudiante de Primer año de Canto Lírico en el ISA holguinero, quien recibió los aplausos por su “Alles fuhlt der Liebe Freuden”.

La presentación de La flauta mágica contó con el auspicio de la Embajada de Alemania en Cuba –y la presencia de su embajadora, la Excelentísima Señora Heidrun Tempel, y parte del personal diplomático acreditado en La Habana–, y la organización de la Dirección Provincial de Cultura, el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la propia Orquesta Sinfónica de Holguín, en homenaje a los 22 años de este colectivo y las seis décadas del Teatro Lírico Rodrigo Prats, ambas instituciones que son consideradas baluartes de la cultura holguinera y cubana (La Jiribilla).

 

 

 

 

La mujer en el muralismo mexicano y su presencia en Holguín

La mujer en el muralismo mexicano y su presencia en Holguín

Por Abel Castro Sablón

México es el país invitado de honor a esta XXVIII Edición de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana; tierra de una enorme riqueza artística en disímiles manifestaciones, como el cine, la danza, la música o la plástica, con creadores reconocidos a nivel mundial.

Una de estas expresiones artísticas fue sin dudas el muralismo mexicano, un movimiento pictórico muy importante en este país en el siglo XX, especialmente entre las décadas de 1920 y 1970, con artistas de la talla de Siqueiros, Orozco y Diego Rivera.

Y aunque este fue un movimiento mayoritariamente ejecutado por hombres, existió un grupo de mujeres que también tuvieron una obra menos conocida, pero no por ello menos importante ni apreciable.

Para arrojar un poco de luz sobre el tema, el Centro Provincial de Arte acogió un conversatorio sobre la presencia femenina en el movimiento del muralismo mexicano, que condujo el profesor de la Academia de Artes Plásticas “El Alba” y curador del Centro de Arte, Ronald Guillén, quien compartió materiales audiovisuales y reveló temas poco conocidos sobre la obra de las mujeres muralistas.

Resultó muy interesante para los presentes el hecho de que más allá de los grandes nombres conocidos de esta corriente artística, también hubo cerca de una treintena de féminas quienes, sobrepuestas a la sombra del machismo social imperante en el México de la época, lucharon por crear y exponer sus obras, muchas de las cuales perduran hasta la actualidad y son íconos en varios sitios dentro y fuera de México.

Solamente el 13 por ciento de los muralistas fueron mujeres y, especialmente una de ellas, tuvo su paso también por la Ciudad Cubana de los Parques, donde a su corta estancia dejó huellas destacadas; hablamos de Electa Arenal, de quien toma el nombre una de las salas del Centro Provincial de Arte de Holguín.

A propósito de este tema, en el mismo espacio se realizó la presentación del libro digital titulado Electa Arenal: La imagen absoluta, que bajo la autoría de Abel Sastre Matos fue realizado por la editorial La Mezquita, perteneciente a la Unión de Historiadores en este territorio.

El texto constituye una aproximación biográfica a la vida y obra de Electa Arenal desde su infancia hasta su prematura muerte, con 34 años, el 12 de junio de 1969 e incluye fotografías, poemas, epistolarios, declaraciones y testimonios de personas que la conocieron.

En Holguín, Electa tuvo una actividad creadora destacada, como ejemplos de ello, existen el Monumento a las Pascuas Sangrientas, el bajorrelieve Infancia, ubicado en el policlínico Manuel Díaz Legrá,  así como el primer mural pictórico de la ciudad, que se conserva en el Museo Provincial La Periquera.

Electa Arenal, una mujer amante de Cuba y comprometida con su gesta revolucionaria, es solamente uno de los muchos ejemplos que unen a la cultura mexicana con la cubana y, especialmente, con la holguinera, desde donde se le rinde homenaje en esta XVIII Fiesta de la Cultura Iberoamericana.

Holguín celebra la Cultura Cubana

Por Vanessa Pernía Arias y Erian Peña Pupo

Un amplio programa de actividades, que incluye paneles, conversatorios, exposiciones de artes plásticas, conciertos y presentaciones escénicas, literarias y audiovisuales, caracteriza en Holguín la Jornada de la Cultura Cubana, que se realiza hasta el próximo día 20.

Destaca la presentación del Teatro Lírico Rodrigo Prats de Holguín, con una selección de arias de la ópera La flauta mágica, de Wolfgang A. Mozart; y una muestra de artes visuales de artistas holguineros en homenaje al maestro Cosme Proenza, recientemente fallecido.

Colectivos como el Teatro Guiñol de Holguín, la Compañía Folclórica La Campana y el Circo Fantasías e Ilusiones realizarán múltiples acciones comunitarias en sitios y barrios priorizados del municipio cabecera, precisó Náyade Smarth, subdirectora Provincial de Cultura, y añadió que todas las instituciones culturales del territorio se suman con variadas actividades, pues las comunidades son los principales protagonistas de la Jornada.

Hasta el día 15, el Centro Provincial de Artes Plásticas desarrolla la V Jornada Nacional de Teoría y Crítica de las Artes Visuales “Un disparo en el hueco”, evento bienal que alterna con el Salón Provincial de Artes Plásticas. Este espacio pretende teorizar y debatir sobre temas emergentes en el panorama de las artes visuales, mostrando las diferentes aristas de zonas específicas del arte, en esta ocasión, el criptoarte y el mercado del arte digital en Cuba. Además de paneles con especialistas, conversatorios y presentaciones de libros, en la Jornada se inaugurarán dos exposiciones, comento Yuricel Moreno, al frente del Centro.

Las 29 casas de Cultura –añadió Náyade Smarth– abrirán sus puertas a las comunidades con talleres, paneles y exposiciones. Por su parte, la Brigada de Instructores de Arte José Martí celebrará sus 18 años con la Guerrilla 50 Aniversario que llegará a zonas de difícil acceso.

La Banda Provincial de Conciertos, que celebra su centenario, se insertará en la Jornada con la presentación del documental Cien se escribe con C, de Idalberto Betancourt; y realizará hasta el próximo día 30, conversatorios, retretas y presentaciones diferentes barrios.

La Jornada de la Cultura Cubana en Holguín, que culminará el día 20 con una gala en el Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol, se dedica a la impronta de la obra del maestro Cosme Proenza, al centenario de la Banda Provincial de Conciertos, al 140 aniversario de la Orquesta Hermanos Avilés, al 60 del Teatro Lírico Rodrigo Prats de Holguín, al 50 del Teatro Guiñol de Holguín y a los 30 años de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Codanza, 30 años del espíritu vivo del fuego (Primera parte)

 

Por Erian Peña Pupo

Fotos del autor y Archivos del CPAE Holguín

Las imágenes del fuego

La inauguración de la exposición Codanza, el espíritu vivo del fuego, que reúne carteles a partir de imágenes realizadas por diferentes fotógrafos avarias de las principales coreografíasde la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, de Holguín, marca el inicio de la jornada por el aniversario 30del colectivo, liderado por la maestra Maricel Godoy.

Diseñadas por Raúl Barea, las gigantografías parten de instantáneas realizadas en el transcurso de estas tres décadas, sobre todo en los últimos años, por los artistas del lente Juan Pablo Carreras, Carlos Rafael, Wilker López y Frank Batista a emblemáticas coreografías estrenadas por Codanza, como Casita, de Robert Priore; Nada, de Norge Cedeño; Pasajera la lluvia, de Nelson Reyes; Non, de Osnel Delgado y Lisbeth Saad Godoy; Seis grados de separación, de Vianki González, y Memoria fragmentada, de Aldo Siles.

“Codanza arriba a cada aniversario con avances indudables, que reafirman su singular personalidad expresiva, con bailarines virtuosos y coreografías matizadas por la variedad temática, pues a los códigos de la danza contemporánea agregan el eclecticismo de la danza teatro”, comentó el escritor y periodista Rubén Rodríguez en las palabras inaugurales de la exposición, abierta al público en el Centro Provincial de Arte.

En la vida de Codanza –comenta Rubén en sus palabras de presentación– “se marcan varias etapas: la primera, virtuosa y fiel a su canon danzario contemporáneo; la segunda, caracterizada por la diversidad estilística y la pluralidad de poéticas; la siguiente, deudora de la danza teatro; la próxima, más conceptual y compleja, abierta al trabajo con otros coreógrafos y directores artísticos que han enriquecido su universo referencial”. La compañía “continúa arriesgándose contra todo pronóstico y asume su destino de escuela, donde se forman artistas integrales, que luego vuelan a donde el corazón les lleve. La renovación constante de su cuerpo danzario reafirma su voluntad de permanencia y corrobora una frase de su fundadora: A esta ciudad solo le daremos gloria”.

Al recorrer la sala principal del Centro Provincial de Arteencontramos imágenes que son parte de la esencia de clásicos del repertorio de Codanza, piezas ganadoras de premios en disímiles certámenes en Cuba y el extranjero, memoria de la escena, comoMuerte prevista en el guion, de Susana Tambutti; El espíritu de la tierra, Ritual y Yényere Gumá, de Maricel Godoy;Todo de mí, de Tangin Font; Estación para pensar, de ViankiGonzález;Suelo, de Osnel Delgado, Imagen en el lente, de Gilberto Pérez, y Eva y él, de Nalia Escalona.

Además, piezas recientes en el repertorio de la Compañía, como Tráiler, de Norge Cedeño;Segundo sexo, de Vianki González; Imagen, et similitudinem y ABC.ASÍ.NO (Población flotante) de Yoel González; Árbol de fuego, de Pepe Hevia, y Tú, hombre de Dios (oculto, asustado, extraviado) de George Céspedes, el más reciente estreno de Codanza, integran parte de la memoria escénica desde la imagen que ofrece la muestra expositiva.

Rubén Rodríguez señala, además, que “es suya, además, la impronta del Concurso de Danza Vladimir Malakhov-Atlántico Norte, devenido festival internacional y espacio contemporáneo de aprendizaje, confrontación y confluencia, una apuesta por la calidad artística”. Una imagen de esta figura del ballet mundial, tomada por Carlos Rafael, interpretando La muerte del cisne, en su visita a Holguín en 2013, génesis del festival, forma parte de los momentos que destaca la exposición Codanza, el espíritu vivo del fuego.

Los fotógrafos supieron atrapar –cuestión nada fácil cuando nos referimos a la fotografía para la escena– parte de la escencia del misterio-Codanza, de la fuerza y la destreza que sus bailarinesle impregnan, esos que hoy “bailan en Las Vegas, Londres o New York, está todavía la huella de la lluvia pasajera, el espíritu del campo o un banco que muere de amor en esas tardes holguineras, hechas a la medida de los amantes”. Estas imágenes dejan testimonio del fructífero y hermoso tránsito por tres décadas de esfuerzo y creación.

Desde hace 30 años –nos recuerda Rubén Rodríguez– los nuestros son también los días de Codanza, días en los que hemos presenciado al espíritu vivo del fuego crecer en la danza.

Una jornada con la fuerza, la agilidad y la destreza de Codanza

La jornada, de aproximadamente dos semanas, está dedicada al maestro Cosme Proenza Almaguer, fallecido recientemente. Cosme, comenta Maricel Godoy, fue un creador bastante cercano y cómplice de los proyectos de Codanza, entre ellos la coreografía Año cero, un tributo a los 50 años del pintor, grabador y escultor, a partir de la serie Boscomanías, y también el montaje de Los dioses escuchan, ambas premiadas en festivales.

En su primer momento la jornada incluyó la realización de performances e intervenciones con estudiantes de la Enseñanza Artística y otras compañías escénicas, en el salón principal del Centro Provincial de Arte, espacio céntrico de la ciudad de Holguín. En la primerajornada, junto a estudiantes de la Academia Regional de Artes Plásticas El Alba, y el profesor y artista Ronald Guillén Campos, con quienes realizaron una acción creativa que mezcló la expresión danzaria con las manifestaciones plásticas; además la Compañía de Narración Oral Palabras al Viento, dirigida por Fermín López, le dedicó sus “Palabras para Codanza”, un atractivo espectáculo que congenió –a partir del rodaje de un “programa de televisión” titulado “Danza externa”, con su entrevista central y sus secciones– el humor y la actuación junto a la presentación de los bailarines de Codanza con fragmentos de varias de sus coreografías, como Titiritero, Interiores y Casita.

Este domingo 25, día del aniversario 30 de la compañía, los estudiantes de la especialidad de Danza de 3ro, 4to y 5to año de la Escuela Elemental de Arte Raúl Gómez García, realizaron un homenaje a la Compañía, con el nombre “Codancero quiero ser”, al interpretar las obras Zapateo para una bella dama y Vida, de los profesores Ernesto Benítez y Yazmín Sarmiento, respectivamente, y Friends y Picatrix, de la primera bailarina Vianki González. El espacio posibilitó el intercambio y la improvisación entre integrantes de Codanza y los alumnos, cantera con la que ha crecido en estas tres décadas.

Otra exposición, Memorias de un Festival será inaugurada en el lobby del Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol, y repasará con imágenes las cinco ediciones del Concurso de Danza Malakhov, así como el encuentro, en 2014, del bailarín ucraniano con el público holguinero.

La jornada cerrará con las presentaciones, en el Eddy Suñol, de las coreografías ABC.Así.No (Población flotante), de Yoel González; Tú hombre de Dios (Oculto, asustado, extraviado), de George Céspedes, el más reciente estreno de la compañía; la exitosa Muerte prevista en el guion, de la argentina Susana Tambutti, y Árbol de fuego, de Pepe Hevia (Publicado en Cubaescena, sitio web del Consejo Nacional de las Artes Escénicas:http://cubaescena.cult.cu/codanza-30-anos-del-espiritu-vivo-del-fuego-primera-parte/).

 

 

 

 

Las manos prodigiosas de Blanca Rosa

Por Lissett del Carmen Creagh Frometa (Licenciada en Historia del Arte y promotora en el Centro Provincial de Artes Plásticas).

Cuando se habla de arte popular en Cuba sin duda alguna Blanca Rosa Chacón está presente. Madera que pasaba por sus manos dejaba de ser un simple pedazo de palo para cobrar vida con la incansable creatividad de la escultora. Desde el pasado 20 de julio y durante todo el mes de agosto el Centro Provincial de Artes Plásticas de Holguín exhibe, en su Sala Transitoria, la muestra antológica Por siempre Rosa.

Con instrumentos tan disímiles como inimaginados para lograr tal perfección, Blanca Rosa conseguía reflejar hasta el más mínimo detalle en sus figuras, sorprendiendo a todo el que se acerca.

 

Desde las más genuinas tradiciones del país, nuestros antepasados (aborígenes y esclavos), el trabajo campesino —ya poco común en nuestros campos—, ese vecino que todos conocemos y personajes habituales de nuestra realidad, incluso conocidos mundialmente, podemos encontrarlos salidos de las manos incansables de la talladora. Escenas populares que cuentan una historia. Está presente el tradicional retrato familiar de la pareja recién casada con la voz de la experiencia a su alrededor, la abuela que, desde detrás del pilón, siempre tiene listo el café para todo el que llegue de visita, la que se abre camino en las noches con el candil encendido en una mano y un bastón guía en la otra, el conjunto musical que ameniza el guateque campesino junto a la pareja de baile que defiende el zapateo al compás de la música y hasta el gran Hidalgo y su fiel escudero en busca de molinos por los campos cubanos, todas las figuras con un nivel de perfección tal que no creeríamos que son esculturas de una artista sin escuela, su academia fue la persistencia y el amor puesto en cada trabajo.

Es su casa, en el poblado de Uñas, municipio holguinero de Velasco, una gran exposición de sus tallas, tan queridas como si de hijos se tratara, donde posó sus manos también en la decoración, apreciándose la unión de lo utilitario con el toque exclusivo de su autoría (desde el umbral de la entrada hasta camas, lámparas y tapas de enchufes). De estas se lograron trasladar hasta el Centro de Arte solamente 33 esculturas de madera doblemente preciosa (pues la escultora trabajaba sobre todo la caoba, el cedro, el roble y la majagua azul) que transpiran sencillez, la misma que representa al campesino y que es fruto de las manos creadoras de Blanca Rosa (Tomado de http://cnap.cult.cu/noticias-arte-cubano/las-manos-prodigiosas-de-blanca-rosa/).