Entregan en FICGibara los premios Lucía

Entregan en FICGibara los premios Lucía

Por Vanessa Pernía Arias y Erian Peña Pupo

Fotos cortesía de FICGibara 2022

Con la entrega de los premios Lucía en el cine Jibá y la convocatoria a la próxima edición en 2023, finalizó el XVI Festival Internacional de Cine de Gibara (FICGibara)luego de un amplio programa multicultural que, del 2 al 6 de agosto, reunió a directores, actores, músicos, artistas plásticos y escénicos en esta urbe holguinera, como deseó Humberto Solás al fundar en 2003 una cita que potenció un cine pobre en recursos pero rico en expresión.

El jurado de ficción, integrado por el director cubano Arturo Sotto, como presidente, junto a la realizadora Laura Cazador (Suiza) y Tito Cañadas, director del Festival Internacional de Cine Social (FECISO) de Castilla-La Mancha, en España, entregó el Premio Lucía en la categoría de Mejor Largometraje de Ficción aPapicha, de Mounia Meddour, producción de Argelia, Francia, Bélgica y Qatar) “por la defensa de igualdad de derechos frente a la intolerancia y el oscurantismo religioso y cultural”, “por darle voz al colectivo femenino en un contexto en extremo hostil”, y “significar la creación artística como una expresión de libertad y reconocimiento”, asegura en el acta del jurado.

El hijo muerto, de Maysel Bello (Cuba) recibió el Premio Lucía al mejor cortometraje de ficción, por “ser una expresión universal del dolor frente a la pérdida o ausencia de un hijo. Por los matices, sugerencias y selección del escenario donde se desarrolla la historia. Por la síntesis y la fuerza interpretativa del elenco que transmite una singular emoción”. Los criminales, de Serhat Karaaslan (Francia-Rumanía-Turquía) obtuvo un Premio Especial del Jurado, yLa campaña, de Eduardo del Llano (Cuba) una Mención especial.

El Lucía a Mejor largometraje documental lo obtuvo Ophir, de Alexandre Berman y Oliver Pollet (Francia-Reino Unido), por “revelar con respeto la dignidad y lucha de los habitantes originarios de una pequeña isla situada en Papúa, Nueva Guinea; utilizando para ello el lenguaje cinematográfico en la defensa de su identidad y su territorio, logrando que empaticemos con la causa que defienden los protagonistas”, aseguró la realizadora cubana Belkis Vega, presidenta de este jurado, junto el gestor cultural español Francisco Jiménez y la directora mexicana Amaranta Díaz Carnero. Mientras que el Mejor cortometraje documental, por “mostrar que es posible construir con pocos recursos una narrativa que profundice en las contradicciones de nuestro día a día. El documental cuestiona la esencia de las imposiciones religiosas en la infancia cuando aún no tenemos la capacidad de elección ni los recursos cognitivos necesarios para comprenderlas”, fue para La comunión de mi prima Andrea, de Brandán Cerviño (España).

El Premio Lucía en animación lo obtuvoCalamity. La infancia de Martha Jane Cannary, de Remi Chayé (Francia), por “mostrarnos la fortaleza de una niña en medio de un mundo donde se niega que las mujeres puedan aceptar retos y decidir sobre su destino. Martha Jane recorre un vasto territorio mientras va construyendo su identidad, venciendo el machismo tradicional arraigado aún en nuestras culturas”, añade el jurado. Una Mención especial fue para Mata, de Ingrid Fadnes y Fabio Nascimento, de Noruega-Brasil.

La prensa –con un jurado integrado por Rafael Grillo, junto a Yudiannis González y Rubén Padrón– premió a Libertad, de Clara Roquet (España) y a La campaña, de Eduardo del Llano. Al primero “por la profundidad y la sutileza con que emprende un estudio de identidad de una adolescente, que desde su mirada permite abarcar una diversidad de temáticas y conflictos humanos relacionados con la libertad, como diferencias de clases y generacionales, roles de género, sexualidad, emigración, conflictos familiares”. Y de La campaña destacó “el ingenio y el sentido lúdico y desacralizador con que deconstruye el relato oficial de la historia, invitando a reflexionar sobre cómo la aplicación rígida, vertical y mecanicista de políticas sociales entraña el peligro de estimular la hipocresía y la simulación, así como el temor a expresar la verdad y a asumir la realidad en toda su diversidad”.

En los premios colaterales encontramos el entregado, por primera vez en FICGibara, por un Jurado joven: Papicha, de Mounia Meddour; La campaña, de Eduardo del Llano; Un viaje hacia nosotros, documental de Luis Cintora (España) y La comunión de mi prima Andrea, de Brandán Cerviño. Mientras que la Federación de Cine Clubes de Cuba reconoció con sus premios a La gente del documental, de Inti Herrera y Reymel Delgado (Cuba) y Mujeres sobrevivientes de dos pandemias, documental de Lizette Vila e Ingrid León.

De manera especial en esta ocasión le fue entregado al actor cubano Jorge Martínez el Premio Lucía de Actuación Masculina, merecido en esta cita en 2018 por su trabajo en el filme Últimos días en La Habana, de Fernando Pérez. Se reconoció, además, la impronta de la Compañía de Danza Contemporánea Codanza, dirigida por Maricel Godoy, en su 30 aniversario, con un trabajo vinculado al Festival desde la primera edición.

El Comité organizador de FICGibara2022, conmocionado al lado del pueblo matancero y toda la nación cubana, acordaron que, tras el acto de entrega de los premios Lucía, no se realizara el concierto de clausura de Alexander Abreuy Havana D’Primera, ni el resto de las actividades festivas programadas para esta jornada de cierre de la edición XVI del evento.

Nelson Rodríguez, maestro de editores

Por Erian Peña Pupo

Con la proyección de una copia restaurada del filme Los sobrevivientes (1979) de Tomás Gutiérrez Alea (Titón), el XVI Festival Internacional de Cine de Gibara rinde homenaje al decano de la edición en el cine cubano, Nelson Rodríguez Zurbarán, quien falleció el 12 de febrero de 2020.

Nacido en Cienfuegos en 1938, y considerado uno de los más importantes editores de Iberoamérica, Nelson trabajó –además de en gran parte de la obra de Humberto Solás, como Manuela, Un día de noviembre, Cantata de Chile, Cecilia, Un hombre de éxito y Miel para Oshún, y de directores cubanos y extranjeros, como como Miguel Littín, Jaime Humberto Hermosillo, Jorge Alí Triana, Jaime Osorio y María Novaro– en varios filmes de Titón. Uno de los hitos de su trabajo es haber editado con apenas 30 años dos películas diferentes y consideradas clásicos del cine cubano y universal: Memorias del subdesarrollo, de Titón, y Lucía, de Solás, en 1968.

La historia de los Orozco, aunque ellos insistan que solo la escriben los Orozco, encerrados en su mansión, en una especie de involución histórica a través de las diferentes fases sociales, mientras afuera se desarrolla el torbellino de la Revolución cubana, tuvo el cuidadoso corte de Nelson. Aclamado por el público y la crítica, el filme –presentado en el cine Jibá de la Villa Blanca por Sergio y Aldo Benvenuto Solás, quienes destacaron aspectos humanos y profesionales del Nelson– fue considerado ese año una “metáfora cuidadosamente elaborada, en la que nada se deja al azar”, además “un ejercicio de profundización respecto a las comedias anteriores de Alea” y la culminación de “un ciclo de películas sobre nuestra historia”, solo tres de los criterios que afloran al aproximarnos a esta obra inspirada en el cuento “Estatuas sepultadas” del narrador y ensayista cubano Antonio Benítez Rojo, guionista junto a Titón de la película, y que puso en escena a mitos de nuestro cine, un elenco irrepetible, como Enrique Santiesteban, Reinaldo Miravalles, Vicente Revuelta, Carlos Ruiz de la Tejeda, Germán Pinelli y Ana Viñas.

“La experiencia que más me aportó fue la de Tomás Gutiérrez Alea”, le contó a Luciano Castillo, aunque en esta obra, Los sobrevivientes, que pudo ver restaurada, no logró, por problemas familiares, imbuirse en los procesos como acostumbraba en sus otros filmes, le comentó a Luciano. “Lo que me gustaba de Titón era que siempre tenía que estar preparado para sus preguntas. Esa experiencia partió de Memorias del subdesarrollo, pero después siempre sucedió igual (…) Titón es mi director de cine cubano preferido. Siempre era una persona que me cuestionaba y con quien me metía que mantener muy activo (…) De las películas que he editado en mi vida, la que más me gusta es Memorias… y luego Lucía. Inevitablemente Lucía fue muy de los dos, estuve siempre muy integrado a ese proyecto y le puse el amor del mundo”, añadió.

Memorias… significa un logro descomunal, entre muchas otras razones, por su edición anticonvencional, godardiana, sobre todo en aquel memorable final cuando el corte hace «brincar» la narración entre los cañones de la Crisis de Octubre y el personaje, desesperado, encerrado en su apartamento y en sus indecisiones”, asegura el crítico e investigador Joel del Río.

En esa película exploró un método que denominó “cortar a lo Godard”, consistente en interrumpir la continuidad de la escena con la inserción de otros planos y alterar el ritmo; tomado de Sin aliento (1959) de Jean-Luc Godard, que sugirió el final antológico del clásico cubano. Además de Memorias… y Los sobrevivientes, Nelson editó para Titón Una pelea cubana contra los demonios (1971) y La última cena (1976), dos películas bastante distintas en su estética.

En los filmes de Humberto, Nelson no solo fue el editor, pues su presencia irradia el guion, el doblaje, incluso la dirección… Así sucedió con Amada (1983), cuyo guion escribió a partir de la novela La esfinge, de Miguel del Carrión, y dirigió en buena parte, aunque no aparece en los créditos. Amada justamente será otro de los filmes que, como homenaje al Premio Nacional de Cine 2007, se presentará en el Festival, junto al documental de Manuel Iglesias, El cine es cortar.

 

 

 

 

 

 

Declaración oficial del Festival Internacional de Cine de Gibara

El comité organizador del 16 Festival Internacional de Cine de Gibara, y todos los participantes en el evento, hemos estado siguiendo con mucha angustia desde la noche de ayer la lamentable situación desencadenada en la base de supertanqueros de Matanzas. Estamos conmocionados al lado del pueblo matancero y toda la nación cubana. Con empatía y dolor, cineastas, músicos, artistas y los gibareños que nos acompañan hemos acordado que, tras el acto de entrega de los premios, no se realice el concierto de clausura de Alexander Abreu  y Havana D’Primera ni el resto de las actividades festivas programadas para esta jornada de cierre.

 

El trabajo actoral entre la realidad y el anhelo 

Por Vanessa Pernía Arias 

Fotos Wilker López

Reconocidos actores cubanos dialogaron sobre su trabajo, retos y proyecciones actuales como parte del evento teórico de la XVI edición del Festival Internacional de Cine de Gibara. 

En el foro, con el título “Palabra de actor: entre la realidad y el anhelo”, moderado por Néstor Jiménez, los actores René de la Cruz, Jorge Martínez, Bárbaro Marín, Tahimí Alvariño, Alicia Hechavarría, Denys Ramos, Félix Beatón y Amalia Gaute, compartieron sobre sus trabajos actuales y los desafíos que impuso la etapa de pandemia a la profesión. 

Jorge Martínez subrayó la cotidianidad del actor y lo que logra después con el personaje, lo que conlleva luego a la acogida o no del público del trabajo realizado. Destacó, asimismo, los esfuerzos del Icaic por mantener la realización cinematográfica y el trabajo actoral en la Covid-19; además instó a los jóvenes a no perder la capacidad de soñar en situaciones difíciles porque es algo esencial en el ser humano que hace vender los retos diarios. 

A su vez Tahimí Alvariño insistió en aprovechar las oportunidades y no tener miedo a las negativas en los castings; pues es necesario aprender a lidiar con eso ya que existen más oportunidades, vida y proyectos. “Siempre debemos ponernos retos y proponerse metas altas, así como personajes complejos que demanden mucho más en escena”, subrayó. 

Alicia Hechevarría destacó que es necesario preservar las raíces de la actuación y la realización audiovisual cubana, recordando a grandes filmes y figuras del cine y la cultura cubana, como lo son Los sobrevivientes, Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás, entre otros. 

Por su parte Marín debatió sobre las distintas vías por las que llega un actor a concretar su carrera, y ahí, insistió, es donde está el anhelo y la realidad de todo profesional del arte. 

Asimismo el joven actor Denis Ramos analizó la realidad de los actores, cómo se produce y sobre las expectativas de lo que se quiere lograr con el personaje, que no siempre se cumple.

En las próximas jornadas los foros teóricos del Festival de Gibara centrarán sus sesiones sobre la curaduría y la programación cinematográfica en festivales alternativos, espacio en que debatirán sus experiencias importantes programadores de muestras internacionales.

 

Curaduría y la programación de festivales en FICGibara2022

Por Vanessa Pernía Arias

Foto Wilker López 

La curaduría y la programación de cine en certámenes alternativos motivaron hoy el debate teórico en FICGibara2022. Moderado por Sergio Benvenuto Solás, director general del certamen, el foro estuvo integrado por el programador de esta cita, Ariel Montenegro, junto a Paco Jiménez, Tito Cañada, Héctor Ramírez, Léa Teixeira y Adriana Niemeyer.

Benvenuto destacó la labor formativa vinculada a las comunidades que ha alcanzado el proyecto Cámara Chica Voces del Audiovisual, que reúne a niños, adolescentes y jóvenes gibareños en torno a la realización, y que surgió por la repercusión del Festival. Asimismo enfatizó en la capacidad de resiliencia de este proyecto, que pese a las dificultades impuestas por la Covid-19 y la crisis económica mundial, se ha mantenido creando cultura. 

Tito Cañadas, programador del Festival Internacional de Cine Social (FECISO) de Castilla-La Mancha, en España, compartió las experiencias de este evento itinerante que involucra a diversas instituciones locales y apuesta por la inclusión y los derechos sociales desde una perspectiva formativa. 

Por su parte Héctor Ramírez conversó sobre la amplia labor que realiza el Festival de Cine de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y cómo se preserva el patrimonio audiovisual de esta casa de altos estudios, una de las más importantes de América Latina. 

Enfatizó, además, en la programación extensiva de TV-UNAM, promovida en diferentes canales televisivos de Latinoamérica con la finalidad de que se conozca el cine de la región. 

En este sentido, Sergio insistió en la protección del audiovisual cubano, a partir de soluciones que permitan la restauración del patrimonio cinematográfico de la isla. Añadió que del cine cubano solo se han restaurado seis películas, una de Humberto Solás y cinco de Tomás Gutiérrez Alea, por lo costoso y difícil de este proceso, y subrayó que lo verdaderamente importante es lo que ponemos en custodia para el futuro de la nación. A su vez la realizadora cubana Belkis Vega insistió en que se está perdiendo el patrimonio audiovisual de Cuba, sin contar lo que no se exhibe y programa en salas de cines. 

En FICGibara2022 se debatió, además, sobre los retos y desafíos de la dirección de cine en la actualidad y las peculiaridades del trabajo actoral en Cuba y en tiempos de pandemia. 

 

Cuentos de un día más

 Por Erian Peña Pupo 

Cuentos de un día más fue presentado en el Cine Jibá por su director general, Fernando Pérez. Integrado por seis cuentos que dirigieron ocho jóvenes realizadores, la película es el resultado de la colaboración entre el Icaic y varios colectivos audiovisuales independientes (i4films, Wajiros Films, DB Estudio. Cocuyo Media Lab) con el objetivo de crear una obra coral en la que la esperanza se sobreponga a las adversidades de la pandemia, complejo momento en que lograron filmarse las diferentes historias de este filme.

Componen este filme: “La trenza”, dirigido y escrito por la holguinera Rosa María Rodríguez; “Los días”, del dueto Katherine T. Gavilán y Sheyla Pool; “Mercuria”, de Carolina Fernández-Vega Charadán; “La muchacha de los pájaros”, de Alan González; “Ella y él”, de Yoel Infante, y “Gallo”, de Eduardo Eimil, que “además de compartir con el espectador soledades y pérdida de sus personajes –comenta el crítico Joel del Río– también recurre al sempiterno valor de la solidaridad y la resiliencia, que triunfan en una de las escenas finales más hermosas que nos ha regalado el cine cubano en los últimos años”. 

Añade Joel del Río que “el filme manifiesta la justificadísima confianza en el talento no solo de los realizadores jóvenes, sino, sobre todo, la de las realizadoras, porque tres de los cuentos están dirigidos por mujeres, y esta no es una victoria pequeña cuando recordamos la deuda que el Icaic acumuló con las cineastas en sus primeros 40 años de historia”. 

Para Fernando: “Cada director es responsable de su película y su mirada. La asesoría termina donde comienza la mirada del realizador. Por eso me he definido en este caso como coordinador. Por supuesto, en la etapa de guiones los leí y discutí con ellos, di mis puntos de vista… pero cada director fue el que decidió como iba a ser su corto, qué final iba a tener… y muchos me escucharon y otros no, lo que lo hizo muy lindo, porque también es lo que yo pido cuando hago mis películas, pensar no por cabeza ajena, sino propia”. 

Mientras trabajaba en su próxima película, El mundo de Nelsito, el director de Clandestino, Martí, el ojo del canario e Insumisas tomó el timonel de un proceso que fue “muy enriquecedor. Hay cuentos más logrados que otros desde mi punto de vista, que no son los mismos que los espectadores. Lo que hay en la película son diversidad de miradas y maneras de contar, más clásicas, más desdramatizadas, más abiertas… para que no todos los cuentos fueran iguales, sino que mostraran un mosaico con diversas maneras de contar”.

Seis historias, ocho directores jóvenes, la necesaria mirada de Fernando Pérez, maestro artístico y ético de generaciones de creadores, la Covid-19 sobrevolando los diferentes cuentos, la vida, el cine, la esperanza asomándose en los momentos más oscuros, el futuro… se entrecruzan en Cuentos de un día más, un filme que agradecerá el amante del cine.

 

Fernando Pérez y Beat Borter escuchan juntos la música de la vida

Por Erian Peña Pupo y Vanessa Pernía Arias

Fotos FICGibara2022

El cineasta suizo Beat Borter fue un amigo del Festival Internacional de Cine de Gibara, donde fue jurado. Fallecido en junio de 2020, Borter colaboró durante años en visualizar el cine cubano en Suiza y emprendió proyectos cinematográficos como el documental La vida es filmar, de 1998, crónica del rodaje de la película La vida es silbar de Fernando Pérez, y Yo sé de un lugar, música y vida de Kelvis Ochoa (2004), presentado en este Festival. 

La admiración por la obra de Fernando le llevó a realizar La música de la vida. El cine de Fernando Pérez y la realidad cubana, un homenaje al que, público y crítica, reconocen como nuestro cineasta contemporáneo más importante; y a trabajar en la digitalización de parte de la obra inicial del autor de Clandestinos y Madrigal, proyectos en los que Borter contó con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude).

Con guion y producción de Delia Coto y el propio Borter, el filme –que se acerca, como punto de partida, al autor de Madagascar desde una mirada martiana– es una colaboración entre la firma ojalá-film y el Icaic, en el que intervienen cuatro colaboradores cercanos a Fernando: el fotógrafo Raúl Pérez Ureta y los actores Laura de la Uz, Isabel Santos y Luis Alberto García. La edición estuvo a cargo de Pedro Suárez y de Borter. 

La música de la vida –que tuvo su estreno mundial en FICGibara2022– constituye un hermoso acercamiento a la vida y obra de Fernando y al mismo tiempo a Cuba y La Habana, urbe donde nació el cineasta en 1944, a través de la presencia, como un personaje más, en su cine. Borter repasa la infancia, los inicios en el séptimo arte, la cotidianidad cubana, en diferentes etapas, y como ella permea toda la cinematografía de Fernando.

Delia Coto, presente en el estreno, aseguró que “para Beat este fue su proyecto más importante y más preciado, un proyecto que nació de una amistad y admiración profundas por la obra y la vida de Fernando Pérez. Fernando fue para Beat su maestro, su mentor, siempre una inspiración y más que un amigo, un hermano. Así que impregnada por esa confianza mutua pasa esta conversación infinita marcada por la curiosidad y la indagación de quien fue un gran estudioso del cine de Fernando, del arte y la cultura cubana”.

“Queremos agradecer primero la generosidad y sinceridad de Fernando en esta entrega de sí mismo y de su cosmovisión como realizador y como ser humano”, comentó Delia, y además hizo extensivos los agradecimientos al Icaic, a Cosude y al equipo de filmación y posproducción que hizo posible el estreno gibareño de la película luego de seis años de trabajo. 

“Muchas gracias por estar hoy aquí para compartir algo que nos complace muchísimo, y que sé que Beat allí donde está, está orgulloso de estrenar su película en este festival del que participó como jurado en los últimos años y al que le tenía un cariño especial”, añadió. 

Alcarrás: una historia de arraigo familiar

«Hay muchos motivos por los que adorar a Alcarràs. (…) La idea es que la cinta emerja delante de la mirada del espectador como un milagro (…) de simple y elemental belleza. Es cine que nos hace mejores”. Luis Martínez: Diario El Mundo

El amor por la tierra natal y la identidad que nos impregnan esas localidades, el sentimiento de pertenencia a ese lugar de dónde venimos, centra el guion de Alcarrás (España, 2022), pieza que engalana las salas expositivas de Gibara por estos días de la 16 Edición del Festival Internacional de Cine.

El segundo largometraje de ficción de la directora Carla Simón, ganador del Oso de oro del Festival de Berlín, fue presentado de forma especial este miércoles 3 de agosto en el Cine Jiba de la Villa Blanca.

Emilia Force, productora delegada del filme por la parte española, expresó su agradecimiento al comité organizador del FICG por invitarlos a las jornadas culturales que ocupan el nororiente cubano por estos días.

Verano 1993 (España, 2017) es la primera obra de ficción dirigida por Carla Simón, ésta, por su parte, cuenta con una narración coral, desde varios integrantes de una gran familia donde persisten los entramados de las tensiones intergeneracionales comunes a estos heterogéneos núcleos.

Inspirada en su familia para esta película, pues el pequeño pueblecito de Leida, región dentro de Cataluña, es donde ha pasado todos sus veranos como niña, de ahí que tome el punto de partida para la historia de Alcarrás, localidad del mismo nombre.

En 120 min Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós y Berta Pipó, nos condensan parte de la cotidianidad de su tierra natal, con todos los dilemas existenciales propios de una comunidad que defiende fervientemente sus tradiciones ancestrales ante la imposición voraz del progreso.

Un gran reto para la producción y dirección del largometraje constituyó el hecho de que casi todo el elenco está conformado por autores no profesionales, lo que, al decir de su productora, devino en una tarea titánica, no solo de casting, sino de conseguir que formasen creíblemente una familia personas que no comparten lazos sanguíneos ni emocionales: “Este era uno de los grandísimos retos, pero es algo que Carla tuvo claro desde el principio porque como la película retrata esa vida, quiere meterse en la piel de estos campesinos que viven en una parte del mundo un poco olvidada de nuestro país”.

“Ella tenía clarísimo que fueran personas que generaran credibilidad a la hora de hacer sus tareas diarias; pero siempre existió el temor porque es una película coral donde todos los actores son inexpertos en el mundo, por ello trabajamos durante mucho tiempo en el casting, aproximadamente un año, entrevistando a unas 9 mil personas, encabezados por Mirella Juárez en el papel de directora de casting. Fueron muchas semanas de ensayos con gente que son maestros de escuelas, campesinos, u otros, y solo organizar este proceso inicial fue una auténtica producción, pero al final todo ello dio el resultado esperado e incluso todo el elenco hoy se considera una gran familia”, apuntó Emilia Force durante la presentación.

Gibara: un viaje de Cine

Sumidos en el estrés económico, político, epidemiológico, climatológico, y de tantas otras aristas de la sociedad globalizada en el que nos encontramos hoy, los supervivientes a la pandemia de Covid-19 no hemos concientizado cuanto pudo afectarnos esos dos años de incertidumbre y temor colectivos.

A un incierto final nos llevaron en muchas ocasiones las posturas fatalistas y el pesimismo que en más de una ocasión pudo apoderarse de la fe más sólida y arraigada. Analizar estos derroteros existenciales desde la óptica de nuestros adolescentes y jóvenes de temprana edad deviene en una atractiva propuesta, sobre todo si intenta desde el panorama audiovisual.

La 16 Edición del Festival Internacional de Cine de Gibara arrancó en la mañana de este martes 2 de agosto con diversas propuestas culturales donde el apartado audiovisual competitivo deviene en eje central de las propuestas. El Concurso documental de la presente cita encuentra en el Museo Municipal de la Villa Blanca escenario sui géneris para la proyección de las obras en sana disputa: La fiesta del fin del mundo (España.14’), Orgullo rural (España. 15’), Las hostilidades (México. 70’) y De Quijotes y semillas (España. 88´), fueron las sugerentes propuestas de la jornada inaugural.

Cuestiones existenciales de una etapa difícil en nuestras vidas, la adolescencia y las relaciones de pareja, son analizadas a fondo en La fiesta del fin del mundo, que, como su título apocalíptico evoca, se desarrolla además durante los momentos más difíciles de la presente pandemia. El papel de las Redes Sociales (sobre todo el Whatsapp), la creciente digitalización de las emociones y sentimientos, así como una filosofía de vida basada en la añoranza por el pasado, ante un presente y futuro incierto, devienen en temas medulares para el cortometraje hispano que nos propone un tema tan actual como preocupante en lo que respecta a los efectos psicológicos de la reciente pandemia.

Por su parte, Orgullo rural, es un estandarte de valentía y como vocero además ante la lucha de la Comunidad LGTBQ+. Un síndrome de down o un agricultor gay son figuras bastante sui géneris para nuestro contexto y, si bien es cierto que se trabaja por superar estos esquematismos y estereotipos de género tradicionales impregnados en las familias, sobre todo de estas zonas, impulsos comunicativos como este sirven para desmontar toda esta suerte de prejuicios y abrir las mentes hacia los derechos y preferencias sexuales, así como transmitir a las próximas generaciones y trabajar con las presentes en busca de posturas más flexibles en lo que refiere a este sensible tema.

Al interior de una comunidad marginal en México nos traslada Las hostilidades, documentando el modo de vida de varios sectores poblacionales expuestos a los prejuicios sociales de las clases más altas. Un Hot spot o punto rojo, como se le denomina en el país norteño, es diseccionado a través de lente de su realizador quien intenta desmontar estereotipos, sin dejar de exponer la cruda realidad de estas, donde pobreza, violencia, armas, drogas, alcohol y tantos otros problemas sociales se entrecruzan para desembocar en una suerte de destino fatal e ineludible para quienes allí habitan.

900 kilómetros a bordo de una ‘verducleta’ (carretilla-bicicleta para vender verduras), desde su Tudela natal hasta Málaga, recorren los protagonistas del documental “De quijotes y semillas” (España. 88´), para acudir al encuentro de hortelanos, “los últimos quijotes del país”.

Estos aventureros del siglo XXI emprendieron su “viaje de cine” por varios pueblos ubicados en medio del trayecto, intercambiando saberes populares, tradiciones y sobre todo una conciencia ecologista. Las semillas del conocimiento son plantadas durante este periplo que busca avivar esa “España vacía”, pueblos prácticamente abandonados, donde se encuentran esta suerte de tesoros ocultos al conocimiento global. Soberanía alimentaria y agricultura ecológica constituyen conceptos indisolubles al audiovisual donde incluso puede apreciarse una biblioteca de semillas dentro de la propia Biblioteca Municipal; todo ello en pos de la salvaguarda de la cultura popular, tarea emprendida por esta suerte de quijotes bajo el precepto de que “Si te rondes hoy, de nada sirvió el esfuerzo que hiciste ayer”.

Félix, feliz por partida doble

La 12 Edición del Concurso Nacional Taguabo concluyó en la noche de este sábado 11 de junio con una velada cargada de emociones y agasajos.

Foto: Wilker López

Su organización rectora y sede habitual, la filial provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), acogió el encuentro amenizado por el Mago Denny, las agrupaciones de danza española Encuentro, y de música Vocal Enserio, así como la Compañía de modas Tempo.

Los lauros no se hicieron esperar durante el encuentro y en la categoría de audiovisual el jurado constituido por Eylin Abreu Mas, José R. Rojas Bez, y Lino Verdecia Calunga, otorgaron Menciones a las obras realizadas por niños, para “En tus manos”, realizado en técnica stop motion, por Elizabeth Álvarez González, del Proyecto Rodando Fantasía, perteneciente a Villa Clara, y para “Diana”, creado por Lucía Travieso, de San José de Las Lajas, Mayabeque. A su vez, “por la frescura con que aborda la ejecución de un esfuerzo comunitario muy educativo en concordancia con tradiciones de la región”, “Serranitas”, coproducción de Ventana Sur y el Proyecto Picacho, de Granma, obtuvo el galardón principal en el apartado para los pequeños.

En la categoría para adultos la Mención fue para “una pieza que muestra el comprobado impacto trascendente del quehacer comunitario, presentado con el título El Programa de la Vida, realizado por Diana Iglesias y Kenia Rodríguez, coproducción de Televisión Serrana y CMKX Radio Bayamo”, destaca el acta del Jurado, que de igual forma, “por los méritos integrales al plasmar sentimientos con sencilla y sugerente eficiencia, al capítulo presentado con el nombre de Migración, de la serie Plano cerrado, a cargo del realizador César Ramón Irogoyén Milián, de Villa Clara”, entregó el premio en audiovisuales.

Foto: Wilker López

En radio, el jurado compuesto por Gabino Gil Molina, Néstor Salazár Silva y Carlos René Castro, acordó entregar Premio en la categoría de programa infantil “por la excelente factura, conducción fresca de los niños, con clásicos de la música infantil que enseñan y divierten, a la Guagua del alfabeto, del grupo de niños de la realizadora María Elena Luis, de Radio Ariguanabo, perteneciente a San Antonio de los Baños, Artemisa”. Por su parte, al “reflejar de forma amena y documentada la tradición de una región de Cuba con fuertes raíces campesinas y la buena utilización de los recursos radiales, en la categoría adulto premió a De tu alma ruda dime, realizado por Ulises Hernández Expósito, de radio Camoa, Mayabeque.

La Asociación de cine, radio y televisión de la Uneac en Holguín, su comité provincial y el proyecto audiovisual Taguabo, organizan este evento como salvaguarda del medio ambiente, para potenciar la actividad comunitaria y defender el derecho de las niñas y los niños. Durante su gala de clausura en este 2022 fue conferida la distinción Yolanda Guillot, entregada por propia organización de los creadores en su filial holguinera para aquellas personas cuya trayectoria y colaboración profesional con el audiovisual del territorio sea verdaderamente distinguida y encomiable: “Por la relevancia de sus aportes en el orden cultural dentro de los medios de comunicación, así como a la enseñanza artística, fueron distinguidos el actor Filiberto Beatón Rivera, más conocido como Félix Betaón; así como el locutor, escritor y director de la Radio Cubana, Félix Encarnación González Vega”, señaló el acta de este 11 de junio de 2022.

Foto: Wilker López

Los agasajos matizaron la velada y por ello el Colectivo Municipal de las Artes Plásticas en Holguín obsequió al propio Beatón una réplica del Baibrama, dios de la fertilidad; al tiempo que el artista de la plástica Salvador Pavón, regaló una obra del profesor Lauro Hechavarría al consagrado actor holguinero.

Ante tantos obsequios Félix se sintió sumamente contento pues “por primera vez le llaman a su tierra para un homenaje de este tipo, del cual está muy agradecido”.

Un agasajo más protagonizaría la jornada de clausura y fue la entrega de la Distinción 60 Aniversario de la Uneac a Daer Pozo, poeta del municipio Calixto García que defiende el arte desde su territorio.

La convocatoria a la próxima edición de 2023 marcó el inicio de la expectativa de sus participantes por regresar el próximo año a estas prolíficas jornadas de intercambio, aprendizaje y disfrute de la hospitalidad que tipifica a nuestra provincia.

Foto: Wilker López