José Martí en el nuevo milenio

Fotos: Robert Rodríguez

Para rendir tributo a nuestro Héroe Nacional no existe momento preciso, cada segundo que se dedica a su obra es imprescindible. La Hora Martiana ocupó las tardes del Museo Provincial La Periquera durante la presente edición de la Feria Internacional del Libro.

José Martí. Aproximaciones en el nuevo milenio, de la Casa Editora Abrilfue el texto de Carlos Rodríguez Almaguer que marcóla jornada de presentaciones literarias para este sábado 18 de marzo.

Muy cercano a los intelectuales holguineros, por haber nacido en Las Tunas, y mantener estrecho vínculo con los del nororiente cubano, el autor, graduado de Licenciatura en Estudios Socioculturales, nos ofrece un texto “al borde del periodismo, con artículos basados en búsquedas bibliográficas, escribiendo sus ideas sobre Martí y el antimperialismo, su visión sobre los Estados Unidos, la cultura, la paz”, resumió el Dr. C. Alexander Abreu Pupo, durante el encuentro vespertino.

“Es un libro escrito en 2016 a raíz de la visita de Obama a Cuba y donde se percibe una fuerte perspectiva política, más que académica, sobre el tema, con opiniones que parten desde la perspectiva de su militancia, desde la cultura de haber leído al Apóstol de Cuba y con ello asumir el complejo escenario cubano de hace siete años. En un libro donde Martí tiene que ser de consenso, sonar frases de tipo extremistas, excluyentes, para nada creo que muy cercanas a su pensamiento, no está en consonancia con todo lo demás genial que Carlitos ha escrito; pero ese es su planteamiento y quien le conoce sabe que no se está hablando de un talibán ni mucho menos, es alguien con una amor y una pasión extraordinaria por Martí y Gómez, excepcionalmente humano, pero igual está en su derecho de escribir y posicionarse políticamente”, agregó el prominente profesor de la Universidad de Holguín, quien a pesar de lo anterior reconoce que el texto no pierde calidad, pues “el autor demuestra que ha leído en profundidad la obra del nacido en la Calle Paula y, aunque no es un libro académico, a nuestra juventud le viene bien, porque se acomoda para entender la Maestro”.

Un texto abarcador que trasciende el haber, no solo al más universal de los cubanos, sino de Gómez, Agramonte, las relaciones con América Latina, Estados Unidos…, es este donde se aglutinan desde las dos cuartillas escritas originalmente para la revista La Jiribilla, hasta el artículo más complejo y concienzudo, a la medida del más prestigioso evento internacional.

“Es muy difícil cuando has leído al Apóstol de Cuba despojarte del estilo de su escritura -señaló el investigador holguinero en alusión al texto en cuestión y su autor-, tratas de escribir tanto sobre él que terminas queriendo escribir como él, algo muy peligroso porque te vuelves modernista, adjetivezco, y desacomoda al autor original. A pesar de ello es bueno en la lectura adquirir esa pasión. Pero lo más importante es que desde Holguín se lea y se escriba sobre Martí porque bien vale que nuestros jóvenes escuchen sobre estos valores”.

Un segundo momento de la actividad fue la presentación del audiovisual por los 25 años de la Sociedad Cultural José Martí en la provincia, a cargo de su realizador Jimmy Ochoa, un material breve en forma de documental debido a los ajustes presupuestarios, “lo que no restó en amor y dedicación con el trabajo ni su resultado”.

“Soy martiano desde niño-apuntó el reconocido productor audiovisual holguinero-, mis padres en San Andrés, me influenciaron en sus valores, mis abuelos, mis tíos también, y he vivido en ese agradecimiento a su obra.Creo que como todo buen cubano me identifico con su pensamiento, o por lo menos lo envidio sanamente, porque su obra es incomparable, como el más grande de todos los cubanos, en todas las facetas. Uno tiene que conformarse con admirarlo: recuerdo con mucho cariño una frase suya a la hora de traducir a Víctor Hugo, donde expresa ´todo esto lo hago con licencia, una licencia mía y un atrevimiento, porque Víctor Hugo escribe en Víctor Hugo, no escribe en francés, y a veces el pino es tan alto que uno tiene que conformarse con sentarse a su sombra”.

Una agrupación que rinde tributo a los valores familiares y el trabajo entre creadores con los mismos lazos sanguíneos es Vocal Monié, encargada de amenizar el espacio vespertino, de esta forma música, literatura y audiovisual se entremezclan para homenajear esa universalidad del cubano más grande, ese que nos ha legado una prolífica y trascendental obra hasta nuestros días.

La Literatura es Historia que se cuenta

Fotos: Robert Rodríguez

Descubrimiento, esclavitud, guerras de independencia, racismo…en suma diversas aristas socio históricas de nuestros orígenes y lo que es la Cuba de hoy son analizados a fondo en la Sala José Luciano Franco.

La Casa de los historiadores en Holguín acoge durante la Edición 31 de la Feria Internacional del Libro a los investigadores más prestigiosos de esta área de las Ciencias Sociales,como plataforma imprescindible para intercambiar sobre diversas áreas del conocimiento, entre ellas las que implican la historiografía, sobre todo si parte del texto impreso y digital.

Literatura e Historia se mezclan una vez más para sustentar los encuentros vespertinos en la sede provincial de la Unión de Historiadores de Cuba. Con Zaida Capote Cruz Armando Cuba, Mayra San Miguel Aguilar y Hernel Pérez Concepción, como algunos de los protagonistas de estas jornadas donde los paneles “Ser negro en Holguín. Pasado y presente”, a cargo de José Novoa Betancourt, Yoel Rodríguez y Lino Verdecia Calunga; así como,“Un acercamiento al 98 cubano desde Holguín”, por Armando Cuba de la Cruz y Hernel Pérez Concepción, sobresalieron entre las propuestas vespertinas.

Tribulaciones de España en América. Tres episodios de historia y ficción Premio Alejo Carpentier 2020 en la categoría de ensayo, devino en uno de los lujos dentro del programa de presentación de textos, ya que fue su propia autora, Zaida Capote Cruz, la encargada de incitar al consulta del título.

Una visión de la historia desde la literatura, partiendo del atractivo juego entre realidad y ficción, estrategia bien utilizada, pero igual de eficaz para atrapar al público, es el análisis de Capote Cruz para desentrañar cómo trata la literatura los temas históricos relativos a la Isla.

“No es solo una conversación con la historia, sino con la política, qué de político hay en la ficción y por qué esas ficciones que cuestionan la conquista son funcionales políticamente hoy para discutir el presente en América Latina”, apuntó la investigadora capitalina durante el encuentro.

Tres capítulos componen el impreso, y en el último de ellos se analiza la figura de Valeriano Weyler, así como su impacto psicosocial en la Isla a través de La Reconcentración, de igual forma visto este fenómeno desde la Literatura y el tratamiento que se le ofrece a través de diferentes perspectivas y autores.

“En Cuba la cuestión del racismo no tiene el mismo carácter exacerbado de confrontación como en los Estados Unidos, eso no quiere decir que no haya prejuicios, pero eso no implica linchamiento ni otras acciones en contra de las personas negras; sin embargo es más compleja la violencia y los asesinatos contra las mujeres”, aseveró el profesor Armando Cuba durante la presentación de Papeles de Libertad. Una odisea atlántica en la era de la emancipación, de Rebeca J. Scott y Jean M. Hebrart (Ediciones Unión, 2014). “El texto cuenta una historia, es un libro excelentemente escrito, se lee como una novela, me lleva a recordar a Fernando Ortiz, con Los negros esclavos, construido sobre la base de testimonios que reflejan los horrores de este fenómeno”, agregó.

De generación en generación el texto narra la historia de amor “imposible” entre un colono blanco de ascendencia belga y una joven afrodescendiente, trama donde se refleja ese indisoluble vínculo entre África y América, así como la influencia de esas culturas en nuestras tierras.

Del tráfico a la libertad: el caso de los africanos de la fragata Dos Hermanos en Cuba (1795-1837), de María de losÁngeles Meriño y AisnaraPererá Díaz (Editorial Oriente); Cepos de la memoria. Impronta de la esclavitud en el imaginario social cubano, de Zuleica Romay (Ediciones Matanzas), o Antonio Maceo Grajales. Ensayo biográfico sucinto, de Manuel Fernández Carcassés (Editorial Oriente), sobresalen entre los títulos presentados durante estos encuentros imprescindibles con los derroteros de nuestra historia.

Literatura de un gran país

Fotos: Robert Rodríguez

Hermanados por el arte y, sobre todo por estos días a través de la Literatura, Colombia y Cuba estrechan lazos culturales a través de la presente cita de la Feria Internacional del Libro.

Ediciones Holguín, en su esplendorosa sede, acoge entre sus propuestas el Espacio Programa Profesional, donde tres amigos del país suramericano protagonizaron el panel“Colombia: viaje por la literatura de un gran país”.

Una literatura vigorosa, que han mantenido su diversidad entre las letras del continente y con figuras, textos y títulos inolvidables de nuestra lengua, catalogada entre lo mejor de nuestro panorama literario, es la colombiana, al decir de la escritora Kenia Leyva, coordinadora del encuentro.

“Hablar de la literatura colombiana es tan difícil como hacerlo de la peruana o cubana, sobre todo porque estamos determinados de circunstancias sociales complejas, para nadie es secreto nuestro conflicto interno con el narcotráfico, que prácticamente se atravesó en nuestra historia y se gesta desde sectores marginales, hasta otros más organizados que alguna vez intentaron una transformación revolucionaria para el país”, afirmó el escritor José Martínez Sánchez.

“En la periferia estamos nosotros los que queremos tener país, colombianos de origen, pero desde nuestra formación como lectores, escritores, poetas, sentimos que no hemos tenido un país a la altura de algún otro de América Latina, e incluso Cuba, donde la cultura juega un papel muy importante. De todo este contexto social lo que se muestra en literatura colombiana es un reflejo del conflicto, la narrativa es absolutamente realista, siguiendo postulados estéticos de García Márquez-Gabo-, pero nos desplazamos forzosamente por la escritura inmediata, con ausencia de una verdadera crítica literaria, que no se puede confundir con la criticonería, sino una que se hace de forma seria, que invita al lector a profundizar más en la obra”, agregó el literato suramericano durante el encuentro matutino de este viernes 17.

Por su parte, Álvaro Castillo Granada, editor de profesión, compartió una visión más promisoria de lo que actualmente se gesta en el panorama creativo de su tierra: “Existe un fuerte movimiento en nuestro país en la actualidad que está tratando de crear modos propios para expresar el mundo de todos, pero siempre a través de la originalidad y la individualidad, y esas voces afortunadamente han transcendido la estética del “Gabo”, que en su momento fue muy imitada, lo cual provoca una copia pésima del original. Autores como Ricardo Silva Romero, con un cambio particular para bien y una forma muy interesante de narrar el conflicto armado en su novelaRío Muerto, Daniel Ferreira, con Viaje al interior de una gota de sangre (2011) y La balada de los bandoleros baladíes (2011), novelas cortas brutales sobre el paramilitarismo, todas ellas de la Editorial Alfaguara, así como Juan Cárdenas, quien narra el conflicto en el suroccidente del país, dan fe de ese movimiento literario emergente en evolución que está intentando contar el conflicto de una forma más interesante, desprendiéndose del mero testimonio”.

Y como la Feria del Libro deviene en fiesta para el arte en general, Giovanny Largo ofreció su valoración del panorama suramericano desde la perspectiva de la dramaturgia: “La historia del teatro colombiano se divide en tres grandes momentos, los primeros textos de la época de la colonia, de corte religioso-histórico, luego evoluciona hasta los procesos de creación colectiva que tiene mucho que ver con el pensamiento político de la época, cuando Santiago García y Enrique Buenaventura conocen en Europa las escuelas y tendencias de ese entonces, para revolucionar el quehacer escénico hasta la fecha; momento que permite apuntalar el horizonte para un teatro colombiano, con la carencia latente de la necesidad de hablar de nosotros mismos, llegamos al teatro contemporáneo donde la premisa es hablar sobre todo lo que ha generado la guerra en el pueblo colombiano, grandes maestros como Henry Díaz, Enrique Buenaventura, Fabio Luyán, y agrupaciones como el Teatro la Candelaria, con maneras particulares de contar ese sufrimiento impregnado en la mente de la nación. Sin embargo no deja de ser un tema complejo, sensible, donde escribir es muy delicado y debe hacerse de forma muy sensible. Ello ha ido evolucionando y desde escenas clichés en nombre de la modernidad, hemos evolucionado a un teatro contundente, novedoso, que hable de un tema que nos concierne a todos pero de una manera honesta”

El toque femenino al encuentro llegó a través de la poesía de  Mercedes Carranza, un ícono de la lírica colombiana, al decir de Yenny Cabrera, coterránea y quien sigue además sus pasos, motivo por el que fundó una casa para esta manifestación en su ciudad y así ofrecer apoyo institucional a quienes deciden emprender esta epopeya artística, con la organización incluso de un premio anual a los jóvenes creadores.

Los libros: testigos fieles del tiempo

Desde las primeras ediciones en Cuba del “Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” o la impresión de “Pasajes de la Guerra Revolucionaria”, cuando se habla de literatura luego de enero de 1959 es imprescindible mencionar una casa de las letras que surgió en esos años de efervescencia social y cultural: Ediciones Unión.

No es casualidad que el sitio elegido para presentar varios textos de la prestigiosa editorial, así como conversar acerca de sus más de sesenta años en el panorama intelectual cubano, fuera la Sede Provincial en Holguín de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), tratándose del principal sello que legitima la obra de sus miembros.

La tarde este jueves 16 de marzo devino en momento propicio para realizar el intercambio que se incluye dentro del Espacio Testigos del tiempo, habitualmente realizado durante la Feria Internacional del Libro en la nororiental provincia.

Especializada en la publicación de libros y revistas, ediciones Unión pretende recoger el quehacer creador actual de los autores profesionales cubanos asociados a la Institución, sin descartar a figuras cimeras de la literatura cubana que, por su importancia en la historia de las letras, merecen ser frecuentemente reeditados.

Los escritores Olga Marta Pérez, directora por muchos años de la editorial, y Rigoberto Rodríguez-Entenza, realizaron la panorámica de los momentos más relevantes durante estos sesenta años

Creada por Nicolás Guillén en 1963, Unión es el sello editorial en activo más antiguo que tiene el país, con antecedentes en La Gaceta de Cuba, y luego en la Revista Unión, todos ellos iniciativa del Poeta Nacional.

Eliseo Diego, Reynaldo González, Pablo Armando Fernández, Roberto Fernández Retamar, Miguel Barnet, son algunos de los nombres que destacan en el decursar por la literatura cubana, sin perder de vista su objetivo de vida que siempre ha sido promocionar la obra de los miembros de la Uneac. Es importante destacar además que desde estas páginas han visibilizado su obra varios creadores noveles que con el paso del tiempo se convertirían en referentes para el panorama de las letras en Cuba, entre ellos Lina de Feria o Margarita (Maggie) Mateo, señaló Olga Marta Pérez.

Con un catálogo extraordinario que incluye todos los premios David y Uneacmencionados anteriormente, Unión es una editorial hecha por autores referentes de la literatura cubana, destacó Rigoberto Rodríguez-Entenza durante la actividad vespertina donde devino en momento especial la presentación de la Tetralogía Las cuatro estaciones, del multipremiado y popular autor cubano, Leonardo Padura.

El Dr. Agustín Mulet, ávido lector de la obraPaduriana, se encargó de realizar una breve reseña de la trayectoria de este referente para las letras cubanas e internacionales contemporáneas, quien alcanzara su fama hace 32 años con la novela policía Pasado Perfecto, donde cobra vida el célebre detective literario Mario Conde, protagonista en lo sucesivo de tres novelas más producto de la popularidad de la primera.

“A cargo de Ediciones Unión y para disfrutar del inefable placer de la lectura en papel impreso, la Tetralogía Las cuatro estaciones es puesta a disposición del público ávido por la obra del popular autor cubano, probablemente el más leído y popular dentro y fuera del país”, destacó el Dr. Mulet.

Hospitales y médicos mambises

Por el Ms. C. José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Un herido es asunto muy serio para todo ejército en campaña. Es necesario atenderlo en el lugar donde fue lesionado y luego trasladarlo lo más rápido posible a un hospital de retaguardia, donde debía de recibir las atenciones necesarias.

El asunto es más complejo cuando ese hombre o mujer mordido por la metralla enemiga pertenece a una guerrilla que cuenta con muy pocos recursos, en ocasiones ninguno, como ocurrió con los independentistas cubanos durante las guerras contra el colonialismo hispano.

Hemos seleccionado un grupo de documentos del General Julio Grave de Peralta, jefe de las fuerzas libertadoras que luchaban en el territorio de Holguín, en el Norte del Oriente de Cuba. De esa forma el lector comprenderá de primera mano la difícil situación de aquellos desdichados alcanzados por el fuego contrario y el esfuerzo de sus compañeros para atenderlos.

En los documentos se hace referencia a Antonio Lorenzo Luaces Iraola, quien nació en Puerto Príncipe, Camagüey, en 1842. Combatió en la Guerra de Secesión norteamericana en las filas del ejército norteño, con el grado de Coronel. Se incorporó a la Guerra del 1868 como expedicionario del vapor Perrit, que desembarcó por la Península de El Ramón, en la Bahía de Nipe, Oriente, en mayo de 1869. Esta expedición era dirigida por el General estadounidense Thomas Jordán.

Durante junio de 1869 fue Jefe de Sanidad de la División insurrecta de Holguín. Luego desempeñó importantes cargos en el Ejército Libertador. Cayó prisionero en un combate contra una contraguerrilla hispana y fue fusilado. Ostentaba el grado de coronel mambí. (1)

Sirvan estos documentos que reproducimos textualmente de recordación y tributo a aquellos héroes que atendieron a heridos y enfermos y no pocos dieron sus vidas por Cuba Libre. Respetamos la ortografía y redacción original de los documentos.

Nº 82
Republica Cubana División de Holguín. En virtud de encontrarse algunos heridos abandonados por distintos puntos en que han tenido que batirse nuestras tropas con el enemigo se hace indispensable destinar un local en punto seguro á fin de recogerlos y asistirlos como regularen las circunstancias en ese local debe permanecer siempre un médico y barbero para lo primero se nombran al C. farmacéutico Jose Manuel Guerra y para la segundo Pedro Guillen a los que se les hara entender la obligación que contraen y responsabilidad que tienen en caso de abandono. Como quiera que tampoco tenemos un hombre inteligente que con un botiquín se incorpore con nosotros para la campaña a fin de que a tiempo se atienda y curen los heridos que resulten es de absoluta necesidad se cubra esa plaza tan importante, y siendo el C. Gonzalo Torre capaz al efecto debe recaer en el su nombramiento como practicante que ha sido mucho tiempo. También es de necesidad un barbero le acompañe y como el C. Aquino Ramírez reúne las circunstancia que se requieren debe nombrarse con tal motivo para que se ponga (ilegible) á las ordenes de Torre. Con estas medidas creo se evitasen en los sucesivo las malas conveniencias que acarrean el abandono con que siempre se ha mirado ese asunto que debemos saber apreciar y evitaremos que los C.C. se desarmen como he sabido con sentimiento lo estan algunos que han tenido la desgracia de ser heridos ó enfermos. Espero que ustedes teniendo en cuenta las poderosas razones espuestas minaron de conformidad lo que exige la republica dios Patria y Libertad. Marzo veintitrés de 1869 El Gral= Julio Grave de Peralta= Al Comité Revolucionario de Holguín= (2)

Nº 397
Al Dr Antº L. Luaces Hospital de Bijarú= Junio 2 de 1869.

Contestando su comunicación de esta fha y deseando contribuir á sus esfuerzos le remito á sus órdenes uno de los dos ayudantes que me pide y deben encontrarse en esa el uno de ellos llamado Francº Baldon; y el que falta que le será remitido á la mayor brevedad.
Los cuatro negros sirvientes cuyos nombres le indico le entregarán el caballo, y no el (ilegible) por no haberlo de momento.

Dios P y L= Juan Lisada= Marcelino Villalon=Lino Carlos=Pablo Cos= (3)

Nº 451
Al Dr Antº L. Luaces. Bijarú Junio 4/869

Con esta fha. comunico al Juez Local de este partido de á Ud. los ausilios qe le pida cuando crea U. llegada la hora de emprender sin perjuicio de los enfermos el traslado del Hospital á Camasan según orden del Gral. en Gefe del Estado. Como comprenderá que Ud. su criterio cuando pueda emprender la marcha efectuarla. D. P y L.(4)

Nº 460
Al primer Gefe de Sanidad de esta Division= BIjaru Junio 5/869

Queda U autorizado pª la organización del hospital de Sangre qe debe establecerse en Camasan según orden qe tengo dada al C. Dr Jose Manuel Guerra Almaguer quien debe hallarse en aquel puesto, puede U para llevar á cabo su cometido pedir los ausilios qe jusgue necesarios á las autoridades de la jurisdicción encargándole haga observar el mayor celo pª esta organización. D & (5)

Nº 471
Al C. Tomás Jordan Gral. en Gefe del Ejercito de Oriente Camasan Junio 8 de 1869= Es considerable el universo de enfermos y heridos que existen en este Hospital y muy escases las medicinas para facilitarles los ausilios de que carecen, por cuya razón creo muy conveniente se sirva U. disponer le sean entregados al Doctor encargado de la asistencia de aquellos, las que fueren necesarias. (6)

Notas
1—Información tomada de: Escalante, Carlos Amel y otros, Diccionario enciclopédico de historia militar de Cuba Primera parte (1510-1898) Biografías. Ediciones Verde Olivo. La Habana, 2001, T. I p. 219
2–Museo Provincial La Periquera Fondo Julio Grave de Peralta libro de Borradores de Correspondencia de Julio Grave de Peralta. Copia 82
3—Ibídem 397
4—Ibídem 451
5—Ibídem 460
6—Ibídem 471

Grados de Libertad

“¡Hemos probado al mundoque sabemos pelear como valientes, sufrir como mártires y morir como héroes!” Calixto García

En fecha tan relevante para la nación cubana, el 24 de febrero, cuando en 1895 reiniciaran las gestas por la Independencia, una institución insigne para la cultura y la historia en nuestro país, el Museo Casa Natal de Calixto García, rindió tributo a nuestros héroes y mártires a través de la exposición “Grados de Libertad”.

Los ascensos firmados por el Mayor General Calixto García Íñiguez en 1896 y 1897, así como Hoja de Licenciamiento del patriota Arturo Duque de Estrada, se incorporan de forma transitoria a la exposición permanente de la Casa Natal.

Documentos de gran valía histórica son estos donados por la nieta del héroe independentista, Magalis Duque de Estrada,quien reside actualmente en Santiago de Cuba, luego de varias gestiones del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, encabezado por su directora Evelin Hernández, así como del colectivo del Museo Casa Natal, representados por Yanislaisi Ortiz, quien se encuentra al frente de esa insigne institución.

Entre las piezas destaca el ascenso al grado de Capitán del 8 de noviembre de 1896, posterior a la toma de Guáimaro, hecho del que la institución posee las Instrucciones militares de combate, que también se exhiben en sus salas. Acompañan además a esta exposición el Tomo IV del Libro historia de Familias Cubanos, de Francisco Xavier de Santa Cruz (Conde San Juan de Jaruco), propiedad de la familia Duque de Estrada.

El Comandante Arturo Duque fue un patriota cuya hoja de vida al Servicio del Ejército Libertador inicia del 9 de junio de 1895; hasta su licenciamiento perteneció al Tercer Cuerpo, Primera División, Regimiento de Caballería de Camagüeyy, por sus servicios a la patria y méritos personales durante acciones combativas, fue ascendido hasta el grado de Comandante, el que mantuvo hasta que culmina la“Guerra Necesaria”, como la denominó José Martí.

Fieles a los designios del Mayor General, el más insigne de los nacidos en el nororiente cubano, los trabajadores de la Casa natal celan con elevado sentido de pertenencia y orgullo todas estas piezas de valor incalculable para nuestra historia, defendiendo además los preceptos del héroe mambí que el 22 de septiembre de 1898 sentenciara: “Debemos recordar a los héroes y muertos por la libertad. Somos deudores a esos héroes por sus esfuerzos en favor de la independencia cubana”.

Las contradicciones de Máximo Gómez con los caudillos regionales: Una visión desde la desobediencia (I)

Por el Ms. C. José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

En la guerra de independencia de Cuba contra España tomó parte un grupo importante de extranjeros. Una característica de estos eran que tenían formación militar. No pocos de ellos tenían la experiencia de la Guerra Civil de los Estados Unidos, la lucha del pueblo mexicano contra el imperio de Maximiliano, en la Guerra de Restauracion Dominicana, e incluso en la Francoprusiana. Una parte significativa eran oficiales de ejércitos regulares. El aporte de todos ellos fue fundamental al tratar de establecer una disciplina militar y enseñar a los cubanos el arte militar.

El grupo que desempeñó un papel en extremo formidable fueron los dominicanos. Calixto García, uno de los mas exitosos Generales de las guerras de independencia, afirmó en su diario personal, el 13 de enero de 1874, que en:

(…) esta guerra la desgracia que todos los jefes venidos del extranjero hayan carecido de aptitud para nuestra clase especial de guerra y esto ha hecho que en el país gocen de poca simpatía. Debo empero exceptuar algunos, entre ellos a los dominicanos, que han sido verdaderamente nuestros maestros y que han hecho la guerra en Cuba con cuantos recursos le ha sugerido su inteligencia. (1)

Sin embargo, estos dominicanos, muchas veces, recibieron el rechazo de los insurrectos cubanos. El General dominicano Luis Marcano fue el hombre que desempeñó un papel fundamental en la consolidación de las fuerzas revolucionarias en los primeros meses de la guerra. Fue el artífice de la toma de Bayamo en octubre de 1868. Luego llevó a cabo importantes operaciones en el Sur de Oriente.

En diciembre de 1868 fue designado jefe de la división de Holguín. El 18 de marzo de 1869 los revolucioanrios holguineros lo destituyeron del mando de su región. Máximo Gómez designado, en agosto de 1869, jefe de Holguin también sufrió las indisciplinas de los holguineros. Gómez fue víctima de las desobediencias de los hombres y mujeres a los que defendía.

En los momentos en que el bravo dominicano se disponía a invadir el Occidente del archipiélago, en 1875, una revuelta regionalista de las tropas orientales lo dejó sin refuerzo para llevar a cabo tal empresa. Pero estas contradicciones no solo se dieron en Oriente. Máximo Gómez fue destituido del mando de Las Villas y prácticamente expulsado de ese territorio por los jefes locales. Con amargura expresaria: “…los villareños son ingobernables por jefes que no sean de Las Villas” (2). Otros jefes militares extranjeros sufrieron iguales quebrantos como el General estadounidense Thomás Jordán que llegó a ser jefe del Estado mayor de las fuerzas libertadoras. Producto de las contradicciones que tuvo con los mambises camagüeyanos se vio obligado a dejar el alto cargo que tenía y retornar a su país.

Si existe una espléndida historia de solidaridad con la causa de la independencia cubana de cientos de hombres que como afirma un historiador cubano eran almas sin fronteras hay otra más triste de revolucionarios atrapados en las estrechos límites de los intereses regionales.

La historiografía ha condenado tales indisciplinas, pero raramente ha tratado de comprenderlas. A estos caudillos regionales se les considera el grupo de los “malos” de la historia de las guerras de independencia de Cuba. Se les juzga como los culpables fundamentales de tales miserias del espíritu. Para estudiar el papel de los jefes extranjeros en las guerras de Cuba es necesario analizar las circunstancias que facilitaron una sobredimención de las fuerzas regionales.

En el caso particular de Máximo Gómez, por su relevante papel, tanto en la contienda del 68 y el 95, el estudio de esas contradicciones nos permitirá acercarnos con más objetividad a su biografía. Casi siempre en los análisis que se hacen sobre las muchas contradicciones que tuvo Máximo Gómez con los líderes regionales cubanos se destaca su mal carácter o las miserias espirituales y ambiciones de algunos jefes regionales cubanos. Menos se tiene en cuenta las características de la guerra de Cuba y lo que significó el regionalismo para sobrevivir. En fin escuchemos las razones de estos individuos demasiado apegados a su terruño y sus jefes locales.

El regionalismo en el desarrollo de la guerra de 1868 no fue solo el gusto o preferencia por una región en específico por el simple hecho de haber nacido o ser vecino de ella. Si no se convirtió en una urgente necesidad o mecanismo de sobrevivir. Es cierto que existe una añoranza por la Comarca natal. Un deseo de los vecinos de cada jurisdicción el de ser dirigidos por líderes coterráneos. Hay diversos ejemplos de esto. Por solo citar uno de los muchos en Holguín al ser destituido del mando de la división y detenido Julio Grave de Peralta, el líder local por Thomas Jordán se producen deserciones. Un testigo afirma que “Decían los hombres que no peleaban sino con Julio Peralta” (3).

Este interés estrecho por la comarca llegó a crear un regionalismo respecto a las expediciones que enviaba la emigración cubana del exterior. Sobre esto escribió Carlos Manuel de Céspedes, presidente de la República de Cuba en Armas: «Con la tendencia que hay a apoderarse cada uno de las expediciones, como si fueran propias, muchas dificultades había promovido éste al gobierno, no llegando dirigida a él, sino en particular a determinados jefes; pues éstos se habrían creído más autorizados por eso a disponer de todo a su antojo.” (4)

Esta es una parte del regionalismo de 1868 y que también ayudó a conformar una espiritualidad en estos hombres y mujeres que sentían un orgullo desmedido de su región.

No podemos simplificar los conceptos regionalistas de los revolucionarios de la guerra contra España de 1868 a 1878 viéndolo desde un esquematismo estrecho. Una buena parte de la elite política militar sabía que extender la guerra a otras comarcas les era favorable. Incluso, se mostraron partidarios de invadir otras regiones. Algunos realizaron un esfuerzo considerable para apoyar a los revolucionarios de otros territorios. Tomemos, por ejemplo, al General Julio Grave de Peralta, muy vinculado a Holguín. En el momento en que las fuerzas de Bayamo refugiadas en Tunas, ambas regiones limítrofes con Holguín, decidieron regresar a su territorio, en febrero de 1870. Julio Grave de Peralta esta consiente que los españoles al producirse esta operación: “… acudirán allí y nos sacaran alguna fuerza de esta…” (5)

El 31 de enero de 1870, Julio le escribió al General dominicano Modesto Díaz, jefe de los bayameses dislocados en Tunas, que: “… le agradeceré me avise cuando vaya ha hacer su entrada en aquella jurisdicción para ocupar con el mayor numero de fuerzas que pueda el camino de Holguín a Bayamo, pues creo seguro han de salir tropas de este para aquel punto á auxiliar aquella parte.” (6)

Pese a tales criterios y ejemplos Grave de Peralta siempre operó estrechamente vinculado a su región natal. Incluso alcanzó cierta fama de ser un individuo de pensamiento bastante regionalista. No es nuestro objetivo valorar el pensamiento y la acción de este revolucionario. El asunto es que fuera o no regionalista en su criterio personal este líder y la mayoría de ellos debían de adaptarse a las condiciones de la guerra. Esta estaba estrechamente ligada a la comarca.

Existen otros ejemplos del pensamiento y la acción de no pocos líderes que tuvieron una connotación regional pero que actuaron en ocasiones fuera de los límites de su comarca. El mas elocuente fue el envío de un contingente de orientales a Máximo Gómez, en esos momentos jefe de Camagüey para la invasión a Las Villas.

Los mambises realizaron movimientos entre las jurisdicciones que eran verdaderas invasiones. Calixto García en una proclama a los holguineros, el 6 de abril de 1872, les comenta sobre una de estas operaciones.

“Compatriotas:

Hace unos dos meses que nombrado interinamente Jefe de Operaciones de este Distrito por el Gobierno de la República vine con algunas de las aguerridas y gloriosas fuerzas de Cuba y Jiguaní a levantar otra vez nuestro espíritu” (7)

En este sentido es necesario también analizar el regionalismo, no tanto por el pensamiento o los criterios personales de estos líderes, sino por las circunstancias en que se desarrollaban las acciones de ellos y sus compromisos con los vecinos de determinadas comarcas. En especial por todo este entramado de familias e intereses locales que lo rodeaban.

Casi siempre al analizar el ejército libertador tomamos los parámetros inculcados en el ciudadano común sobre las normas de un ejército regular. No se ha realizado un estudio hasta el presente sobre los mecanismos mentales de estos soldados de fila que los llevaban desde una obediencia ciega y en ocasiones a cumplir órdenes temerarias hasta inesperados motines donde destituían desde presidentes hasta Generales. Nos detenemos en la frontera de ese gran desconocido de la historia cubana: el soldado de fila mambí.

Los estudios sobre el regionalismo debían de comenzar desde ese análisis de las posibilidades reales de cada región a enviar hombres a otro lugar, más que concentrarnos en lo que pensaban o dejaban de pensar determinadas figuras de la Guerra de 1868.

Cualquier movimiento de tropas, por un tiempo considerable fuera del territorio, era en extremo doloroso para las familias mambisas que residían en la zona de donde eran extraídas las fuerzas. No por un concepto abstracto de amor desmedido al terruño natal sino por las duras realidades de la guerra. Desde el inicio de la contienda quedaba en evidencia lo complejo que significaba trasladar fuerzas fuera de la región donde operaban.

Donato Mármol y Felix Figueredo, dos Generales insurrectos cubanos, en una carta, de 22 de marzo de 1869, dicen: “Jiguani hace pocos días ha sido teatro de algunas escenas terribles. Aprovechándose el enemigo de que nuestra columna se había alejado por tener que operar en otra parte, hizo varias salidas, en las cuales puso fuego a muchas casas, asesino a unos cuantos sitieros pacíficos…” (8)

Esta historia lamentable se repitió de nuevo en este mismo lugar cuando, en agosto de 1869, las tropas fueron enviadas a Holguín bajo el mando de Máximo Gómez: “… como después de la salida de Gómez á operar en Holguín quedara sin defensores la zona del Cautillo. Los Negros, Contramaestre y el Mogote, se verificaron las terribles carnicerías por las guerrillas capitaneadas por Lolo Benítez (…) en una de las excursiones por la Loma del Infierno entre Guisa y Cautillo, mataron a machetazos 26 mujeres, algunas embarazadas. (9)

La invasión a Guantánamo realizada, en 1871, por Máximo Gómez fue una de las operaciones mas exitosas pues según Céspedes: “Gómez ha dejado a Guantánamo en buen estado: los enemigos quedan a la defensiva y destruido casi todo ese centro de producción.” (10)

El intelectual y mambí Ignacio Mora hizo otro análisis sobre la invasión a Guantánamo. En esa ocasión el General dominicano llevó consigo a la mayoría de las tropas de la División Cuba. (11). El territorio defendido por esas tropas quedó prácticamente indefenso: “… tiene distraídas nuestras pocas fuerzas en ese lugar, dando ocasión á que guerrillas de 15 hombres recorran toda la prefectura de Palma Soriano, asesinen impunemente á los infelices que viven en sus ranchos, destruyen las labranzas y cometen cuanto excesos les inspira el odio, sin que nadie se oponga a sus tropelías, y no se oponen por falta de hombres, que los hay de sobra, sino por falta de armas. La imprevisión y mal calculo de Gómez con la invasión de Guantánamo, es la causa de que el enemigo se ría de nuestros planes…” (12)

Ignacio brinda diversos ejemplos de la impunidad con que actuaban las fuerzas enemigas en el referido territorio. Entre otros asesinaron a la madre y hermanos del Teniente Coronel Camilo Sánchez: “En fin han recorrido impunemente en toda esta parte de Río Arriba. Ni un solo tiro han recibido: todas las fuerzas se hallan en Guantánamo…” (13)

Mientras la correlación de fuerza fuera favorable a los enemigos de la Revolución no era pensable dedicar hombre y medios para llevar la guerra a otras comarcas de forma permanente o por largos periodos sin producir serios contratiempos en la región de donde se sacaran las fuerzas. Estas posibilidades de extraer tropas y defender al mismo tiempo la región esta muy vinculada a la demografía mambisa.

Un líder mambí al referirse a esta operación hacia un peculiar razonamiento: “Con poca gente como tenemos es una ilusión figurarse que podemos tomar la mitad del ejército para hacer una empresa de difícil ejecución”. (14)

Por lo que es necesario ver una empresa de ese tipo también desde el punto de vista de la capacidad del Ejército libertador. Los líderes regionales que entraron en contradicciones con Máximo Gómez se enfrentaban a una situación que no parecía tener solución. Si subordinaban sus intereses regionales a los nacionales como quería el General dominicano y trasladaban tropas a otras regiones podían dejar a los vecinos de sus comarcas indefensos ante las operaciones enemigas. Por otro lado si no subordinaban los intereses regionales a los nacionales era imposible ganar la guerra.

NOTAS

1.-Diario de Calixto García, Archivo personal de Juan Andrés Cué Badé, Santiago de Cuba.
2.-Yoel Cordoví Núñez. Máximo Gómez tras las huellas del Zanjón. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005, p 125.
3.-Ibídem, p 69.
4.-Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo. Carlos Manuel de Céspedes. Escritos. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1982, p 156.
5.-Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Libro copiador, número 1171, del 27 de febrero de 1870.
6.-Museo Provincial de Holguín, Fondo Julio Grave de Peralta, Libro copiador, Copia número 1035.
7.-En: ANC, Donativos y Remisiones, Legajo 157, núm. 46-14.
8.-Félix Figueredo Díaz. La Guerra de Cuba en 1878. La Protesta de Baraguá. Publicaciones del Consejo Científico. Número 56, Ministerio de Salud Pública, La Habana, 1973, p 111.
9.-Antonio Pirala. Anales de la Guerra de Cuba, Madrid F. González Rojas, 1895, t I, p 660.
10.-Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo. Carlos Manuel de Céspedes Escritos. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1982, t III, p 91.
11.-La división Cuba comprendía el territorio de la antigua jurisdicción de Santiago de Cuba.
12.-Nydia Sarabia. Ana Betancourt Agramonte. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1970, P 152.
13.-Ibídem, P 143.
14.-Ibídem, p 207.

Dos de enero de 1959: el fin de la guerra en el regimiento 7

Por el Ms. C. José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

El 31 de diciembre de 1958 en Cuba las fuerzas del gobierno y las guerrillas que lo combatían se enfrentaban en dramáticos y sangrientos combates. Desde el 2 de diciembre de 1956 en que había arribado a las costas de la isla la expedición del Granma dirigida por Fidel Castro esa situación se repetía y parecía que se mantendría eternamente. No era creíble que aquellas guerrillas sin formación militar ni la logística necesaria para una contienda lograran vencer. El ejército de la dictadura tampoco había sido capaz de exterminarlas.

¿Qué sucedía en el norte de la antigua provincia Oriental en el último día del año 1958, un territorio que hoy se encuentra en la jurisdicción de las provincias Tunas y Holguín? Esta área estaba bajo la potestad del Regimiento número 7 de la guardia rural. Por el lado de los revolucionarios actuaban allí las tropas del Segundo Frente Oriental “Frank País” y del Cuarto Frente “Simón Bolívar”. Veamos que aconteció en este fin de año de 1958.

En general no podemos hablar de una desmoralización significativa de las fuerzas del Regimiento 7 pese a las derrotas sufridas en Sagua de Tánamo, Puerto Padre y Cueto. Los dos primeros poblados fueron capturados por los rebeldes. En el último la guarnición fue rescatada por una poderosa columna que en la retirada fue derrotada en un lugar llamado Los Palacios. Logró llegar a San Germán en un estado deplorable. Entre el 30 de diciembre y el 1º de enero de 1959 mantuvieron intensos combates entre rebeldes y soldados.

El día 30 las fuerzas destacadas en el central Jobabo libraron un encarnizado combate que se desarrolló desde la media noche del 29 hasta la tarde del 30. (1) Esta guarnición estaba formada por treinta y cuatro militares; los mismos, luego de más de doce horas de combate abandonaron la plaza y trataron de llegar a Camagüey, pero fueron capturados en los límites con la provincia de Oriente. (2) Las fuerzas del Escuadrón 74, en Mayarí, comenzaron a ser hostigadas en su sede por las tropas del Segundo Frente. El día 31 de diciembre trataron de llegar al central Preston porque desde allí tenían la posibilidad por escapar por mar, pero los rebeldes habían instalado una emboscada en un lugar de la carretera llamado Guanina, entre Preston y Mayarí. La ruidosa explosión de una mina dio inicio al combate.

Un grupo de soldados apoyados por una tanqueta logró escapar, pero otra parte quedó cercada. El enfrentamiento se desarrolló intensamente por ambos bandos. Un testimonio, confeccionado por los excombatientes, relata en estos términos la situación de sus enemigos. “Los guardias se defendían en las cunetas y debajo de los carros, desde donde hacían fuego. Los combatientes rebeldes avanzaron más, cerrando totalmente la carretera e impidiendo el paso. Se veían los cuerpos de varios guardias muertos o heridos. La situación para ellos era muy difícil. No tenían escapatoria”. (3)

Las fuerzas que guarnecían Preston intentaron rescatar a sus compañeros y avanzaron por la línea del ferrocarril hasta caer en una emboscada donde fueron rechazados, entonces se llegó a un acuerdo con los sitiados: las tropas entregarían las armas y el parque, los oficiales podían conservar sus pistolas y todos serían trasladados a Preston; los heridos, por supuesto, serían atendidos. A las 3:00 pm del 31de diciembre se había producido la rendición total de estas tropas. Las bajas del ejército fueron doce muertos y un número mayor de heridos. Los rebeldes tuvieron un fallecido y dos heridos de los que uno murió posteriormente.

En la noche del 31 de diciembre al 1º de enero el dictador Fulgencio Batista Zaldívar, con su familia y un grupo de altos oficiales y políticos muy cercanos a él, escapó hacia República Dominicana. Entonces quedó formado un gobierno provisional dirigido por José Miguel Piedra, el magistrado de más antigüedad del Tribunal Supremo. Era un golpe bajo al mando del general Eulogio Cantillo con el propósito de frustrar el triunfo popular, pasemos a ver qué ocurría en el Regimiento 7.

Las fuerzas de este conjunto de tropas tomaron diversas actitudes ante esta nueva situación. La compañía destacada en Nicaro se negó inicialmente a rendirse. En horas de la mañana del 1º de enero de 1959 trataron de escapar en un barco, pero el fuego de los rebeldes los obligó a detenerse y luego aceptaron la rendición. (4) La guarnición de Buenaventura, un poblado situado en la carretera central entre Tunas y Holguín, fue atacada por los rebeldes en la noche del 31 de diciembre, al enterarse de la caída del tirano los rebeldes intentaron convencer a la guarnición para que se rindiera. El jefe de los revolucionarios, Arsenio García, “…les envió como tres veces un viejito del pueblo como emisario, y la última le dijeron que si volvía allí lo iban a fusilar” (5) El combate se desarrolló durante todo el día del 1º de enero, aunque sabían de la fuga del tirano. Al atardecer la guarnición se rinde.

Las fuerzas batistianas acantonadas en San Germán se encontraban en un gran estado de desmoralización. El cuartel estaba defendido por la guarnición de la guardia rural a la que se sumó una compañía enviada a mediados de diciembre. A esta tropa se agregó la columna de Sosa Blanco que había rescatado la guarnición de Cueto. Estas últimas en la retirada han tenido numerosos heridos y muertos, conocen el poder de fuego del enemigo, su valor y ya no tienen ningún deseo de combatir. Sumaron ese espíritu de derrota a la guarnición de San Germán. Establecen contacto con el mando de los rebeldes el 31 de diciembre, pero no se rinden incondicionalmente y piden la presencia del teniente coronel Nelson Carrasco y Artilles, capturado por los guerrilleros en el combate de Paraná, para negociar la rendición. Es la única unidad del Regimiento 7 que sin entrar en combate está dispuesta a rendirse.

El jefe de la Columna 17 que dirigía a los revolucionarios que bloqueaban a la guarnición de San Germán se trasladó a la zona de Santiago de Cuba, en busca de ese oficial, pero estaba herido. Y pese al estado de desmoralización no se produce la rendición hasta las primeras horas del día 1º de enero. (6) Es posible que su petición de que el oficial prisionero sirviera de mediador fuera una artimaña para ganar tiempo en espera del refuerzo del Regimiento porque, si realmente tenían pretensiones de rendirse, lo pudieron haber hecho apenas se enteraron de la huida de Batista.

El 1º de enero las fuerzas rebeldes bajo las órdenes de Eddy Suñol iniciaron las conversaciones con el teniente Pérez Palacio, jefe de la guarnición de Gibara. El cura del pueblo y un hermano del oficial sirven de intermediarios, hasta acordar que la rendición se produciría al día siguiente en horas de la mañana. (7)

Mientras en Holguín el primer día del año no se ha llegado a un acuerdo y las fuerzas del Regimiento se niegan a rendirse. El jefe del Cuarto Frente, Delio Gómez Ochoa, había elaborado un plan para conquistar la plaza de Holguín y según el testimonio ofrecido al autor de este texto:

“El plan era rodear el Regimiento con algunos pelotones y escuadras, para aislarlo de la ciudad y tomar la Estación de Policía y otros puntos custodiados como el Ayuntamiento, la zona Fiscal y la Audiencia. Controlados esos lugares, recrudecer el sitio sobre el Regimiento, atacándolo por el frente y por detrás; establecer una emboscada grande con los ciento veinte o ciento treinta hombres de Suñol en Aguas Clara para impedir cualquier retirada hacia la zona de Gibara y un pelotón con una ametralladora en la carretera central entre Holguín y Buenaventura, cerca de Matamoros, cumpliría la misma función en esa otra dirección.” (8)
El Ejército Rebelde fijó la fecha del ataque para el día primero a las 7:00 pm y solo se producen intercambios de fuego entre las postas del Regimiento y avanzadas rebeldes.

El combatiente Otto Munster Oliva recuerda que “…el 31 de diciembre por la noche, se avanzó sobre los puntos acordados de antemano, alrededor de la media noche empezaron a sonar los primeros tiros, se hizo un fuego intermitente durante toda la noche y al amanecer del día primero” (9)

La última operación realizada por el Regimiento fue él envío hacia Tunas de un refuerzo que a las once de la mañana del 1º de enero salió del recinto militar. Este estaba integrado por una tanqueta y varios camiones blindados. (10) En un lugar conocido por el Club de Cazadores, a pocos kilómetros del Regimiento, se enfrentó a las fuerzas rebeldes. Arístides Aguilar Sánchez, un miembro de la tropa guerrillera que combatió contra la caravana enemiga recordaría años después:

“Estábamos emboscados en el club de cazadores en la carretera central entre Holguín y Buenaventura y como a las diez y pico u once del día primero mandaron una tanqueta y varios camiones con chapas blindadas y nos prendimos con ellos; no pudimos hacerle nada porque no teníamos armas competentes para enfrentar los equipos blindados, combatimos un rato, tiraban cantidad y tuvimos que retirarnos hacia el campamento de Matatoros.” (11)

Mientras los soldados combaten el coronel Ugalde Carrillo, jefe del regimiento, escapa en un avión al extranjero. La nave salió de la pista militar de esta institución ante los ojos de muchos oficiales y soldados responsables de crímenes y torturas y que horas después responderían ante los tribunales revolucionarios. Algunos acabarían frente a un pelotón de fusilamiento. Aquellos esbirros, fieles al tirano hasta el último momento, eran abandonados por la alta jerarquía militar y como jefe del regimiento fue designado el coronel Aguilar, quien llegó vía aérea desde Bayamo. Entonces una comisión de civiles integrada por miembros de una logia masónica comienzan a mediar entre ambas fuerzas, poco después de las 11 de la noche del día primero se realizó un encuentro entre oficiales del regimiento y el mando rebelde en un templo masónico de la ciudad. Allí se llegó al acuerdo de que las fuerzas del regimiento se rendirían, algo que se efectuó al día siguiente.

En Antillas, el jefe de la guarnición, teniente Castellano, al enterarse de la huida del tirano se trasladó en un jeep acompañado de otros militares y el cura del poblado hasta una avanzada rebelde situada en las inmediaciones del puerto. Allí se negoció la rendición que se consumó.

En Banes, que tenía una guarnición más numerosa, el mando trataba de ganar tiempo para ver el desarrollo de los acontecimientos. Por eso se realizó una entrevista entre el Jefe de la Columna 16 y el de la guarnición de Banes, que proponía suspender las hostilidades dada la existencia de un nuevo gobierno en La Habana. Esto hizo que se decidiera por parte del comandante rebelde una tregua hasta las 6:00 pm y, luego de esa hora, atacarían. Al día siguiente el Escuadrón 75 de Banes se rindió. (12)

El combate más intenso librado el 1º de enero de 1959 en el territorio del Regimiento 7 fue la defensa del central Báguanos. Esta guarnición ocupaba el edificio de la llamada sociedad de color. (13) Este era una construcción de mampostería que había sido protegido con sacos de tierra.

En la noche del 31 los rebeldes penetraron en el batey y ocuparon el central azucarero. Como si fueran los dueños del silencio los Mau Mau dominaron posiciones cercanas al cuartel sin ser descubiertos. Sobre las ocho de la mañana dos soldados salieron, como siempre lo hacían, con un cubo en busca de leche para el desayuno. Los rebeldes abrieron fuego sobre los dos militares. El combate se inició a estómago vacío. Pero a los radios de batería de los vecinos llegó una noticia sorpresiva: Batista había escapado. Los rebeldes le gritaban a los soldados que Batista se había ido pero estos incrédulos siguieron disparando. Se envió a la joven esposa de uno de los soldados con un mensaje para el jefe de la guarnición. Pero no lo creyeron. El fuego se incrementó por ambos bandos.

El jefe enemigo solicitó apoyo a Holguín y a media mañana le enviaron una avioneta que disparo alrededor del cuartel y lanzó cajas de parque que cayeron en manos de los rebeldes. Luego llegó un B 26 acompañado de una avioneta que ametralló y bombardeo el indefenso batey; todo esto provocó varios incendios e hirió a una niña. Era la última acción de las Fuerzas Aéreas del Ejército, pero los rebeldes mantuvieron el cerco. Obtuvieron una bazuca con abundante parque y le hicieron dos disparos al edifico. La rendición se producía a las 5 de la tarde del día 1º. Los rebeldes consideraron que “la capitulación pudo haberse producido mucho antes, pero el jefe del cuartel tenía que responder por ciertas cuentas pendientes con el pueblo.” (14) Dos soldados estaban heridos. La guarnición fue puesta en libertad menos el jefe que quedó detenido.

Hasta donde sabemos en el Regimiento 7 se libraron los últimos combates contra la dictadura en la isla y en su territorio se efectuó el último bombardeo de la Fuerza Aérea del Ejercito. Pese al cúmulo de derrotas sufridas en los días anteriores y los ataques rebeldes y sobre todo la sorprendente noticia de que el tirano Batista había escapado estos hombres entraron en combate o trataron de eludir el entregar las armas con conversaciones para ganar tiempo o ventajas de la rendición. El análisis demasiado esquemático de que el ejército de la dictadura estaba desmoralizado en su conjunto no es aplicable al Regimiento número 7 y a otras unidades. En los estudios sobre la lucha contra la dictadura de Batista se considera, como idea subliminar, de que el ejército carecía de moral combativa. Esta última es una generalización que entra en contradicción con el desarrollo de los acontecimientos. Si analizamos la prolongada defensa de los cuarteles, la intensidad de algunos combates nos damos cuenta que hay que replantearse tales criterios. La propaganda argumentada por los revolucionarios durante el desarrollo de la lucha no ha sido sometida a una crítica histórica y se da como una verdad. La victoria del primero de enero no fue fácil. No pocas unidades del ejército combatieron intensamente.

Podríamos terminar esta aproximación a los últimos días de un regimiento batistiano afirmando que el coraje con que combatieron no pocos militares merecía una mejor causa y tal vez parezca una frase elegante y salomónica. También podríamos dejar a la crítica del tiempo para que juzgue a aquel ejército, pero el tiempo en ocasiones es un aliado de los injustos, hay diversos ejemplos de esa desmemoria: hoy no se recuerdan a las víctimas de Atila, el humo de la pólvora de las descargas de los pelotones de fusilamiento contra los comuneros en París se disipó. El muro donde fueron acribillados los cuerpos es un sitio turístico en un cementerio parisino.

El Regimiento número 7 dejó una profunda huella de sangre en la jurisdicción bajo su mando. Tan solo entre 1956 y 1957 fueron asesinadas más de cincuenta personas. En todos los casos los ultimaron luego de ser detenidos. En la lucha contra el movimiento guerrillero el listado es largo. Numerosos colaboradores o personas de las que se sospechaba que ayudaban a los rebeldes fueron asesinados. Era una costumbre el tomar represalias contra la población civil cuando los guerrilleros le propinaban un golpe a las fuerzas de la dictadura. Por citar un ejemplo, en Puerto Padre los rebeldes en noviembre de 1958 ajusticiaron en un bar a dos militares en una acción comando. La guarnición local detuvo a las ocho personas que estaban en el local, las torturaron y asesinaron. Ninguno de ellos tenía vínculos con aquel acontecimiento. El joven rebelde Joel Nieves fue herido en una acción en un lugar conocido por Los Novillos. Se ocultó en una casa vecina. Fue descubierto y ultimado. Era una historia que se repetía con cada prisionero.

El 26 de julio de 1953 y en los días posteriores decenas de jóvenes asaltantes de los cuarteles Moncada y Céspedes fueron torturados y asesinados. Las fotos de los militares del cuartel Moncada junto a los cuerpos de sus víctimas, sus poses tranquilas y satisfechas anulan, en el sentido moral, el valor desplegado por no pocos oficiales y soldados durante la guerra. Las salpicaduras de gotas de sangre que seguro alcanzaron los uniformes y el calzado de los militares en las salas de torturas del Moncada, acompañaría a las fuerzas armadas durante toda la campaña, sin embargo es necesario conocer lo más objetivamente posible las acciones del ejército de Batista, escapar del análisis simplista y panfletario que tanto reduce la historia de la revolución; aquellas salpicaduras de sangre en los uniformes de los victimarios son imposibles de borrar, no por un gesto sentimental sino objetivamente porque para los crímenes no hay olvido. Al ejército como institución de la dictadura de Fulgencio Batista siempre lo acompañará, en todo análisis de la historia, la sangre de los prisioneros torturados e inmolados, los alaridos desesperados del campesino quemado vivo en un bohío en el barrio de Candelaria por las fuerzas de Sosa Blanco.

NOTAS
1–Historia provincial de Las Tunas, Editora Historia, ob. cit. 2010, P 255.
2–Ibídem p. 255.
3– Comisión de Historia de la Columna 19 “José Tey”, Columna 19 “José Tey”, Segundo Frente Oriental “Frank País”, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1982. p.399.
4–Ibídem p.401
5–Minervino Ochoa y otros, Misión especial de operaciones, ob. cit. p 181
6– Comisión de Historia de la Columna 17” Abel Santamaría “Datos tomados del libro Triángulo de Victorias, Columna 17 Abel Santamaría, Casa editorial Verde Olivo, Ciudad de La Habana, 2008. p. 398
7–Mauro Mulet Ochoa, Gente de Campo, Ediciones Holguín, 2004, p. 117
8–Dolores Feria y otros, La columna 32 en combate, Ediciones Holguín, 1987, p. 90
9–Ibídem pp. 90 -91
10–Comisión de Historia de la Columna 17, Abel Santamaría p. 399
11–Ibídem pp. 91
12– Comisión de Historia de la Columna16, “Enrique Hart” Rumbo al triunfo de enero, Columna 16 “Enrique Hart”, Editorial Verde Olivo, 2008. p. 245
13–Ibídem p 238
14–Ibídem p. 244

Como un choque de trenes

Por José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

El 10 de octubre de 1868 se produjo en Cuba un gigantesco desbordamiento de las fuerzas independentistas. En poco menos de cinco meses la guerra se había extendido por el Oriente y el Centro del país. Pero paralelamente se produjo un desbordamiento de los defensores del Imperio español conocidos por integristas. En la noche del 9 de octubre el Teniente Gobernador de Manzanillo “…recogía rumores que en “Demajagua” se estaba concentrando gente”. (1) Así se llamaba el ingenio de Carlos Manuel de Céspedes donde se produjo el alzamiento. El Gobernador de inmediato movilizó a la guarnición local, a los peninsulares y a todos los que consideraba fieles a los que armó.

Acudieron a su llamado alrededor de un centenar de hombres. Informado de esta situación Céspedes desistió de su plan inicial de atacar Manzanillo y se dirigió a Yara. (2) Desde el primer hasta el último día el proceso independentista cubano chocó con la resistencia de los defensores del Imperio español. Este abarcaba una gran cantidad de individuos e instituciones de diferentes procedencias y de intereses, algunos antagónicos, pero todos unidos por un hilo común; preservar la permanencia de España en Cuba. Los inmigrantes españoles fueron una de las bases más importantes del integrismo. Todavía a principios del siglo XX, el poeta Regino Botti fue capaz de pulsar aquella añoranza por el poder español en algunas regiones. En viaje a Estados Unidos el buque que lo conducía atracó en dos puertos de la costa Norte del Oriente donde se sentían aquellas diferencias.

Escribió al respecto:

“Gibara no tiene el golpe de vista, el relumbrón de Baracoa; pero, si no es tan pintoresca, es más población, más limpia, más moderna, más suntuosa. Baracoa es mambisa Gibara española; en aquella se ven muchos sombreros de yarey, en ésta boinas; Baracoa suspira por la libertad cubana, Gibara llora sus cadenas perdidas; aquella es Cuba esta es Covadonga con más sangre española que la original, que la auténtica.” (3)

Los integristas a los ojos de los estudiosos de la isla parecen hechos para asesinar estudiantes de Medicina contra las paredes de un barracón de ingenieros cerca de la entrada de la Bahía de La Habana, ultimar mujeres y niños sorprendidos en algún campamento insurrecto, son especie de máquinas de la muerte sin rostro. El historiador cubano Francisco Pérez Guzmán, refiriéndose a la pasión que matiza muchos de los estudios sobre las guerras de independencia de la mayor de las Antillas afirmó que no pocos de estos: “…parecen estar escritos por algún miembro del Partido Revolucionario Cubano o del ejército mambí…”. (4)

Sin embargo, esos implacables enemigos, en esencia, eran gente propietaria de no pocos sueños como los inmigrantes canarios que llegaban de sus islas de aguas escasas. Una poetisa cubana que las visitó diría de la “obsesión de las gentes por el agua.” (5) Captó el panorama árido en algunas regiones de aquellas islas:

De súbito, el paisaje da la vuelta y cambia todo en derredor nuestro como arrancados de raíz han desaparecido en unos minutos los árboles y albercas. La hierba se hace mustia, las flores palidecen y acaban por desaparecer también dejando tan solo la piedra descarnada a ras de tierra. (6)

La artista hace una afirmación terrible que nos puede hacer entender el por qué de aquella sed: “Dicen que contemplando el monte de Nublo en Gran Canaria, Don Miguel de Unamuno, nunca propenso a ceder a asombro alguno, hubo de exclamar conturbado:

– Esto es una tempestad petrificada” (7)

Los sueños por el agua, por la hierba verde por el sembradío prospero se hace realidad en Cuba con: “…. aquellas posibles tres cosechas al año que le habían hablado los guajiros. Y aquellos esquejes clavados en tierra para sostener la alambrada de los cercados, que sin raíces ni otros propósitos que el dicho, a la vuelta de una semana florecían milagrosamente, crecían hasta hacerse pronto frondosos árboles, aquellas aguas abundantes por doquier, sin tener que extraerlas a pico y pala de la entraña de un risco…”. (8)

Bastaban una o dos semanas de navegación según el andar del buque, para entrar en aquel universo de aguas y arroyos, de bosques que no dejaban entrar los rayos del sol, de pastizales que parecían infinitos a ojos acostumbrados a vivir en isla reducidas.

Asturianos hastiados de sus minas sin sol, santanderinos agotados de andar por sus senderos de tantas montañas encuentra una geografía más generosa en la mayor de Las Antillas. Desde el día que tomaron la decisión de ir al Caribe se les despertó la ilusión de convertirse en ricos indianos. Así se les llamaba a los emigrados que se enriquecían en América Latina y regresaban a su tierra natal. Llevar la vida y la estampa que describe un intelectual español sobre los indianos era una callada esperanza de cada peninsular, balear o canario que llegaba a Cuba:

“Eran inconfundibles, orondos, sonriendo a diestro y siniestro, enseñando un puñado de dientes de oro que les iluminaban la boca y con sus leontinas, también de oro puro, colgándoles del chaleco descaradamente. Con el veguero entre los labios, bien machacado, babeado de gusto a punto de apagarse, y el jipijape cubano cubriéndoles la cabeza. Con las barrigas hinchadas como bombos de tanto arroz con frijoles y tanta yuca y quimbombó. Y es que la mayoría venía de Cubita la Bella que por aquel tiempo era la niña bonita de la emigración.” (9)

Los guajiros del Cauto soñaban con ser libres de tantos cobradores de impuestos, tantos funcionarios inútiles para los que el ingenio Demajagua no era la residencia de un poeta y traductor culto y sensible como Céspedes sino un destino para saquear legalmente. Un mambí en catarsis furiosa les pidió en una proclama: “volved a los áridos de Asturias y Cataluña”. (10) Aquel 10 de octubre fue también choque de ilusiones, de sueños de los emigrantes españoles de alcanzar riquezas y de los campesinos y terratenientes de esta Antilla de alcanzar dignidad. Fue como choque de trenes, de moles de acero que ponen a prueba su resistencia.

El más convencido de los independentistas y que desde muy joven sufrió en carne propia los excesos de los integristas fue quien reclamó un análisis objetivo sobre sus implacables enemigos. Refiriéndose al crimen abominable de los estudiantes de Medicina en noviembre de 1871 Jose Martí solicitó de la posteridad una condena pero un análisis de aquellas sangrientas pasiones:

En verdad, aquel crimen, concreción y estallido de fuerzas hasta entonces confusas, no tan claramente manifiestas, puede ser, y ha de ser, objeto de hondo estudio, en que se acomode el resultado sangriento a los agentes sordos, y de siglos, que se enconaron y revelaron en él. (11)

Hay un asunto demográfico y era qué peso tuvieron los integristas en la población cubana. En 1862 residían en Cuba unos 48 mil canarios y 67 mil 600 peninsulares y baleares. (12) En total sumaban unos 115 mil 600. Si tenemos en cuenta que el total de la población que era de un millón 426 mil 475 (13) nos encontraremos con más del 10 por ciento de los vecinos de la isla. (14) Además una parte significativa de ellos eran jóvenes varones por lo que en una contienda bélica tendrían un peso importante en el bando al que se inclinaran. Martí haría un retrato antológico de los intereses de estos al valorar las motivaciones que llevaron a los voluntarios a asesinar a los ocho estudiantes de medicina, en La Habana, en el crimen: “…tuvo su expresión culminante la ira del español bajo y logrero contra el criollo que le pone en peligro el usufructo privilegiado de la tierra donde vive en gozo y consideración que no conoció jamás en su aldea miserable o en su ciudad roída o pobretona.” (15)

Estos míseros habían conocido en esta isla antillana una vida que no era imaginable en la península: “Cada tendero defendía la tienda. Cada dependiente defendía el sueldo. Cada recién venido defendía la colocación del hermano o el primo por venir”. (16)

A estos debemos de sumar otros grupos como los descendientes de los inmigrantes de origen francés que se establecieron en el archipiélago, luego de la Revolución de Haití. Muchos de ellos lucharon con gran encono contra el independentismo. Además de una cantidad de cubanos que tomaron igual partido y militaron en los cuerpos auxiliares del Ejército español. Eran los llamados voluntarios criollos y contra guerrilleros. A ellos se refirió Carlos Manuel de Céspedes en un vibrante poema.

Los Traidores
No es posible, ¡por Dios!, que sean cubanos
Los que arrastrando servidumbre impía
Van al baile, a la valla y a la orgía
Insultando el dolor de sus hermanos (17)

No podía entenderlos cuando pensaba en su hijo Oscar del que prefirió su muerte que ceder a la petición colonial de cambiarle la vida por su traición.

Esos que veis a la cadena uncidos,
Lamiendo, ¡infames!, afrentoso yugo,
Son traidores sin patria envilecidos
Que halagan por temor a su verdugo:
Son aborto del Báratro profundo
Para afrentar la humanidad y el mundo. (18)

Además de las fuerzas armadas españolas que desataron su furia sobre la isla, los independentistas se enfrentaron a no pocos vecinos de la mayor de Las Antillas que combatieron por mantener el dominio español en la isla.

NOTAS

1.-Portuondo, Fernando, Estudios de Historia de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973.p 41.
2.-Ibídem, p 55.

3.-Regino E. Botti, Harvardianas y otros saltos al norte, Editorial el Mar y la Montaña, Guantánamo, 2006, p. 30.

4.-Pedro Pablo Rodríguez, Radiografía de un historiador, En La Gaceta de Cuba Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, marzo abril, 2006, p 19.
5.-Dulce María Loynaz, Un verano en Tenerife, Editorial Letras Cubana, La Habana, 1994, p. 67.
6.-Ibídem p. 64.
7.-Ídem p. 64.
8.-Ibídem, p. 46.
9.-Los Indianos. Por Leocadio Machado, En Internet http://mgar.net/cuba/indianos.htm
10.-Proclama de Calixto García firmada en Las Cabezas el 1 de junio de 1870. En Antonio Pírala Criado, Antonio. Anales de la Guerra de Cuba. En tres volúmenes Imprenta F. González Rojas. Madrid, 1895-1898. Tomo 1. p 763.
11.-José Martí, La Revolución de 1868, Instituto del Libro, La Habana, 1968, p. 330
12.-Ismael Sarmiento Ramírez Cuba: Entre la opulencia y la pobreza, Agualarga editores S.L. Sin año de publicación. P. 45.
13.-Ibídem, p. 51.
14.-Sobre la cantidad de habitantes de la isla y el número de peninsulares, canarios y baleares existen diferentes cifras que varían según la fuente que consulta el autor. Los que todas coinciden en que la población de Cuba entre 1862 y 1868 era de alrededor de millón y medio de personas y que había una presencia significativa de aquellos inmigrantes. Por lo que al ofrecer esos números lo que queremos es referirnos a las proporciones, a las tendencias.
15.-José Martí, La Revolución de 1868, Obra citada, p. 329.
16.-Le Roy y Gálvez Luis Felipe “A cien años del fusilamiento de los Estudiantes”. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1971, p. 221.
17.-Carlos Manuel de Céspedes, Los traidores, Roberto Manzano, El bosque de los símbolos Patria y Poesía en Cuba. Editorial Letras Cubanas La Habana 2010. Tomo I . p. 487.
18.-Ibídem, pp. 487- 488.

91 aniversario del natalicio de Camilo Cienfuegos

Por Evelyn Aguiar Rodríguez (museóloga del Complejo Monumentario Plaza de la Revolución Calixto García)
Este día nació, en la barriada habanera de Lawton, el Comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán. Conductor, junto con el Comandante Ernesto Che Guevara, de las columnas que protagonizaron la invasión de oriente a occidente, Camilo fue el héroe indiscutido de la batalla de Yaguajay, el Señor de la Vanguardia, el hombre de absoluta confianza de Fidel.
“Te conozco porque me conozco, porque eres pueblo, nación porque cien fuegos forjan un hombre con su sombrero alón”.
Dio a luz la patria, llena de amor y jubilo un niño que al crecer dejará su impronta en cada cubano.
Camilo Cienfuegos Gorriarán conocido como «El Comandante del Pueblo», «El Señor de la Vanguardia», «Héroe de Yaguajay» o «El Héroe del Sombrero Alón» fue un destacado revolucionario de extracción humilde y amplia ascendencia popular «por su carácter jovial y natural desprendimiento».
Se le considera uno de los fundadores del Ejército rebelde y de sus jefes principales en el tramo cruento de la Revolución contra la dictadura de Batista, fue un revolucionario cubano y una de las personalidades más paradigmáticas de la Revolución Cubana.