Por José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia
Yadira Rojas Espinosa nació en Holguín en agosto de 1985, graduada en Promoción Cultural y Lic. En Historia por la Universidad de Holguín (2013). Es sobre todo una es una apasionada a la arqueología. Buscamos un rincón cualquiera en la amplia casona situada frente al parque San Jose donde en siglo XX Eduardo García Feria estableció el primer museo de la ciudad, continuado por su hijo Jose Garcia Castañeda.
Allí se encuentra la sede de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, entre sus especialistas se encuentra Yadira, quien pausadamente responde nuestras preguntas que intentan ofrecer al lector una visión sobre la arqueología cubana desde la óptica de esta joven.
¿Cómo llegas a la arqueología?
A decir verdad la primera vez que estuve en contacto con la arqueología fue empíricamente, en la Isla de la Juventud, donde viví mi niñez y parte de la adolescencia. Recuerdo verme junto a mi madre y hermano, explorando las cuevas de la loma a la que nombran la Marmolera, en Nueva Gerona, contaba con unos escasos seis años, y todavía siento la frialdad del lago subterráneo de la cueva, y como me intimidaba la oscuridad en ese entonces. Me apasionaba escuchar sobre las cuevas de Punta del Este, las que me maravilla observar en los libros sus pinturas rupestres. Fue allí en Nueva Gerona a los 14 años, que decidí que quería estudiar historia.
La arqueología de forma más concreta llega a mi durante el primer año de la carrera de Historia (2006), cuando el historiador Benedicto Paz comienza a organizar un grupo de aficionados a la arqueología. En la lista fui la primera en anotarme.
Coincidió la formación del grupo, con un curso de arqueología que impartirían los arqueólogos Ángela Peña Obregón y Juan Jardines, y con las excavaciones en la Casa del Teniente a Gobernador, como parte del proyecto Acercamiento a la historia temprana de Holguín a través de la investigación arqueo-histórica.
A la excavación asistíamos cuatro estudiantes, Daniel Naranjo, Serguey y Yulemis, para mayo de 2007 solo quedaba yo. La Arqueología es idealizada de cierta manera por muchos, disciplina esta, que aunque logra atraer a muchas personas, por las historias que descubre y las imágenes del pasado que nos brinda, es una rama que requiere de esfuerzo físico. Otros con desconocimiento del tema, ven ajeno, que para obtener un resultado en arqueología se requiere, cargar cubos de tierras o trabajar a pleno sol, además de lavar y retirar el lodo y la tierra de las evidencias arqueológicas.Para adentrarse al maravilloso mundo de las picoletas, palas y cernidores, se debe tener mucha dedicación y aportar un tanto de sacrificio personal.
En el 2009 empiezo a trabajar en la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, al lado de la arqueóloga e historiadora Ángela Peña, a partir de ese momento inicio verdaderamente mi superación y enriquecimiento profesional. Fue para mí una etapa en la que tuve que dar un esfuerzo extra, pues llevaba al unísono, la licenciatura, el trabajo y el ser madre de dos niñas.
¿Por qué vías has logrado superarte en arqueología?
Mira siempre digo que he sido privilegiada en cuanto a la búsqueda y obtención de conocimientos prácticos sobre arqueología, también me caracterizo por ser perseverante, y cuando quiero conseguir un objetivo me empeño a fondo.
Un aparte necesario para agradecer a aquellos que confiaron en mí, a pesar de mi juventud, fueron ellos los primeros en notar mi interés por la arqueología, los que trataron de moldear mi potencial, preparándome para el futuro, Ángela Peña Obregón, Hiram Pérez y Juan Jardines, para quienes guardo un lugar muy especial.
Privilegiada de contar en la provincia con un departamento Centro Oriental de Arqueología, en el que laboran arqueólogos de la talla de Elena Guarch, Juan Guarch, Roberto Valcárcel, y Juan Jardines, responsables de parte de la superación que tengo. También me favorece el rico patrimonio con que cuenta la provincia, con un importante número de residuarios de los grupos agricultores ceramistas y sitios de interacción indo hispana, por estudiar.
El primer curso en el que participé con el profesor Juan Jardines, sobre Métodos y procedimientos para la clasificación y catalogación del material arqueológico, me preparó para identificar la variedad de materiales arqueológicos que pueden aparecer en una excavación.
Durante el 2010 participé en el curso de Arqueología colonial, en el Centro Nacional de Conservación Restauración y Museología, que impartió el arqueólogo Darwin Arduengo, aquí me acerqué a la arqueología industrial, en el ingenio Santa María de Gibara.
Me llena de orgullo haber sido alumna de Caridad Rodríguez Cullel (Cacha), en el curso de Arqueología aborigen, de Juan Guarch que me enseñó la forma de dibujar la piedra tallada aborigen, o de Jardines como maestro en el postgrado de Introducción a la Arqueología, conocimientos que obtuve gracias a la actividad científico técnico del Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales y Tecnológicos del CITMA en Holguín.
En noviembre de 2012 fui aceptada para el curso de Digitalización de los datos arqueológicos de campo, que el arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, Rubén Manzanilla. Allí compartimos especialistas de diferentes provincias, aprendimos distintas técnicas de prospección y topografía, además nos dejó material para desarrollar y actualizar la disciplina en las maneras más avanzadas. En esta fecha también pude presentar como coautora junto a Ángela Peña y Juan Jardines, la ponencia La Casa del Teniente Gobernador. Resultados de una excavación arqueológica en un contexto temprano de la ciudad de Holguín, en el III Coloquio Internacional de Arqueología. Este tipo de evento le ayuda al historiador a ver desde otra perspectiva el desarrollo y evolución de la arqueología contemporánea. Además de que conoces personalmente a las figuras representativas de la disciplina en Cuba e internacionalmente. Para mí fue un suceso compartir con Lilian Moreira, Lourdes Domínguez, Roger Arrazcaeta, Alfonso Córdova, Osvaldo Jímenez, Lisset Roura, Sonia Menéndez y otros que tuvieron la oportunidad de conocer y valorar el trabajo de la provincia Holguín en la arqueología histórica.
¿En cuántas excavaciones has participado?
Te digo que apenas estoy dando mis primeros pasos como dice el buen cubano, en la arqueología, pero si tengo bien definido que me siento muy cómoda realizando arqueología histórica e industrial. Puede ser consecuencia de mi poca participación en proyectos de arqueología aborigen, no porque no me motive sino que hasta el momento no he tenido la oportunidad en la provincia.
Entre los proyectos de investigación en los que he participado están:
-Gestión y Manejo de la Plaza de la Parroquia San Isidoro de Holguín. Estudio Histórico, urbanístico y arquitectónico del entorno de la Plaza Parroquial San Isidoro de Holguín, 2010-2012.
-Hatos Fundadores de Holguín. Un estudio desde la historia y la arqueología, 2013-2015.
-Cultura material en sitios de interacción Indo hispánicos, 2013-2015.
-Indios en Holguín, 2015-2018.
He podido excavar en la Casa del Teniente a Gobernador, la Casa de Los Reyes, la Casa de los Ochoa, el Ingenio Santa María en Gibara, Managuaco, el Cuartel de Caballería, el Bazar, Las Guázumas, Ingenio San Isidro de los Destiladeros en Trinidad, Guara en la provincia de Mayabeque.
¿Qué te aportó participar en la excavación de Guara?
Guara es una zona de la provincia de Mayabeque, conocida por los especialistas como región pictórica de Guara, caracterizada por la existencia de cuevas entre las que se encuentran, la de Los Muertos, Los Plátanos, Los bichos, y El Aguacate, que tienen la presencia de pinturas rupestres verdaderamente espectaculares, sitios de filiación preagroalfarera. Entre el 2 y el 15 de noviembre de 2017, se desarrolló allí la sexta campaña de trabajo. La excavación para mí fue toda una experiencia, primero porque nunca había tenido la oportunidad de acercarme de forma práctica a un estudio de arqueología aborigen. El trabajo estaba dirigido por los arqueólogos Roger Arrazcaeta y Jorge Garcell, y en él participaron especialistas de las provincias Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Mayabeque, La Habana, y Pinar del Río.Creo que el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Habana con Roger Arrazcaeta y sus investigadores, han logrado integrar a los arqueólogos de todo el país, mostrando y brindándoles las metodologías contemporáneas de hacer arqueología. Trabajar junto a ellos me sirvió para entender una mejor forma de interpretar el registro arqueológico, a partir de las excavaciones extensivas. Lo que permite realizar una lectura horizontal del sitio en estudio y así poder quizás tener una imagen de lo que pudo haber ocurrido en el lugar excavado. En esta campaña Jorge Garcell continuó con los estudios, para fundamentar su tesis, sobre la vinculación e influencia de la luz del sol y la luna, en correspondencia con los lugares de las cuevas, escogidos por los grupos humanos preagroalfareros para realizar los enterramientos.
¿Proyectos futuros que quisieras desarrollar en la provincia?
Me interesaría potenciar la arqueología industrial en Holguín.La provincia cuenta con un rico patrimonio industrial azucarero hacia la zona de Gibara, donde aún quedan vestigios de esta actividad económica. En la actualidad los historiadores YasmaniPeña y Enrique Doimeadios, desarrollan un proyecto que tiene como objetivo, la localización, identificación e inventario de los ingenios del siglo XIX en toda la parte norte de los municipios Gibara y Rafael Freyre. En la comunidad de Yareyal, también se encuentra en estudio la zona rural de El Coco, allí todavía queda una importante representación de lo que fue la manufactura azucarera, con una supervivencia hasta la actualidad de la tradición en la confección de raspaduras. Estimo que el resultado de estas investigaciones serán bases para proyectar futuras intervenciones arqueológicas en el patrimonio industrial azucarero holguinero.
¿Qué importancia tiene la arqueología para el patrimonio?
Es muy fácil de apreciar, y lo explicaré de forma simple. El patrimonio y la arqueología caminan entrecruzando sus cursos constantemente, el patrimonio es reconocible por el hombre, el que identifica sus valores. Se relaciona con la arqueología, pues esta, lo rescata y preserva; el patrimonio intervenido se enriquece con el valor agregado por la disciplina, además de aportarle información que autentifica el patrimonio cultural en sí mismo.
¿Qué logros has obtenido como historiadora?
Me siento bien trabajando los documentos históricos, los archivos son para mí como abstraerse y adentrarse en los siglos pasados. Soy apenas una aprendiz de historiadora, pero he logrado hacer un espacio para diferentes eventos que promueve la provincia, donde trato de divulgar y difundir mis investigaciones. Desde el 2011 participo en el Evento Nacional Estudios sobre Guerras de Independencia, del que guardo varios reconocimientos. Me interesa investigar las mentalidades de los bandos en contienda, durante las guerras de independencia en Holguín, también descubrir las historias de las gentes de pueblo.
Aunque algunos historiadores piensan que debo centrarme en un tema específico, me atrevería a recorrer la historiografía colonial holguinera.
Para la provincia fue un logro que para el XXII Congreso de Historia, se aceptaran 14 ponencias de ellas 6 de la Comisión de arqueología, que parte de los autores sean historiadores y arqueólogos jóvenes dice del buen camino que llevan estas disciplinas en la provincia.
¿Éxitos en la arqueología?
La arqueología en los últimos tiempos se ha vinculado en los proyectos investigativos de corte histórico en la provincia, y no es que esto sea nuevo, pero en ocasiones se hace un tanto difícil lograr acciones interdisciplinarias. El día 5 de junio de 2013 fueron exploradas las sabanas, donde la tradición popular ubicaba el primer cementerio de la ciudad, cercano al río Guásumas en la finca La Escondida del Naranjo.
Considero un éxito para ambas disciplinas, la localización y ubicación geográfica del sitio Las Guazumas. Lugar de importancia clave para el entendimiento del proceso y evolución de la fundación del pueblo San Isidoro de Holguín. Enclave de la primera iglesia erigida en curato al norte de la villa bayamesa durante la primera década del siglo XVIII.
Al sitio Las Guazumas, en el Hato Las Cuevas, fue trasladada la ermita que existió en el de Managuaco, en el año 1709 a petición de doña María de las Nieves Leyte y Rodríguez.