«Ya ni el feminismo nos salva»

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Por Julio César

Atascadas en los pantanos de la existencia se encuentran estas féminas que recorren el viejo y nuevo continente desde el escenario, pero teniendo como centro neurálgico: el París de los años 20 del pasado siglo.

Disquisición sobre la fatídica y cotidiana existencia nos propone el grupo Estro de Montecallado, quienes desde Artemisa visitan Holguín con motivo de una nueva edición del Festival de Teatro Joven.

Foto: Adrián Aguilera

Bajo la dirección artística de José Miguel Díaz Pérez se nos presenta un monólogo femenino de una «fantasma», o el alma intranquila de un personaje universalmente conocido de este sexo.

«Antonieta o el suicidio» fue la propuesta de la Sala Alberto Dávalos, espacio propicio para que se realizara esta disertación sobre las penurias de ultratumba, en suma son varias las vidas que se resumen desde la sabia perspectiva de una difunta.

«Es cierto que para nosotras el mundo gira alrededor de un hombre», así, bajo esta triste pero acertada afirmación se debate la actriz sobre las tablas en una obra que se vale de la interacción e intercambio con el público para captar su total atención e incluirlo en la escena, sin dudas un ardid que no deja de cumplir su objetivo.

Tragicomedia y violencia escudada en el absurdo de la penosa existencia del personaje centran la puesta, que se jacta de situaciones cargadas de morbo, las pasiones más oscuras del «sexo débil», incomprendido,  humillado, maltratado.

El suicidio constituye, además de ser eje  central, un corte constante en la pieza para encadenar cada historia fatídica, cada triste momento de la subsistencia del personaje: Son estas reflexiones sobre la vida o la muerte: Cuál es mejor? To be, or not to be? That is the question.

Obra: Antonieta o el suicidio. Foto: Adrián Aguilera

Tomando conciencia del espacio-tiempo donde se desenvuelve, la historia intenta dar un giro en la dramaturgia y es cuando la actriz trasciende la obra para proponernos su propia visión sobre la trama que le ocupa, con un enfoque menos rebuscado que todo el texto anterior, algo más popular, y es su lógica aplastante, esa misma que vemos en cualquier espacio cotidiano de nuestra Isla: «Mujeres, ya ni el feminismo nos salva».