Iluminaciones de Víctor Manuel Velázquez

 Por Erian Peña Pupo

Iluminaciones, exposición que reúne dieciséis piezas del artista visual Víctor Manuel Velázquez Mirabal (Holguín, 1980) realizadas en su mayoría durante la Covid-19, se exhibe en el Hotel Ordoño, como parte del XVI Festival Internacional de Cine de Gibara. 

La obra de Víctor Manuel recuerda esa confluencia borgeana de la que he comentado en otros textos: coincidencia de escenarios, tiempos, contextos, personajes, lugares, objetos… en las posibilidades confluyentes de un mismo espacio (su pintura). Su imaginación fructífera, neobarroca, desbordante, desemboca –como si una de sus islas ebrias, como el barco de Rimbaud, encontrara playa segura para su viaje errante– en el lienzo y en los múltiples soportes que, en búsquedas más recientes, han definido también su trabajo, pues Víctor Manuel sabe, como el gran argentino, que “todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten”, y que estos símbolos van armando una cosmovisión tan peculiar como imprescindible para recorrer su obra. Adentrarse en Iluminaciones, con la seguridad del constante descubrimiento en cada pieza –estableciendo diálogos, muchas veces más sutiles, otros más complejos, pero siempre enigmáticos, interrogativos, sui generis, para nada gratuitos, entre autor/obra/receptor–, es adentrarse en un entramado de símbolos que conviven en estas piezas, que se entrecruzan y cobran autonomía, como parte de ese cuerpo mayor, el cosmos de su poética. 

El precio –escribió el propio Víctor Manuel en las palabras del catálogo– es renunciar a la cordura. “La certeza de que no siempre vas a lograrlo –dice– hace de ti un obrero distinto, un ser incompleto, un huérfano, sabedor de que una parte monumental de tu hechura caerá a la espiral del olvido. No pintarás para siempre. La musa vendrá un rato junto a ti, y luego eso será todo, tu breve racha ganadora habrá terminado”. Víctor Manuel experimenta con la acuarela, una difícil técnica que defiende aunque explore otras; y aunque insiste en decir que cada día aprende más y se le abren nuevas posibilidades con ella. Cada mancha, cada fluctuación del agua y del color sobre el soporte, cada línea huidiza, dan cuerpo a disímiles criaturas, seres que emergen de los laberintos de su imaginación y se corporizan. Dentro del caos, florece el árbol, reverbera la luz, escapa el ave, nace la isla… y un universo ilusorio y mágico (y no por ello menos real); un sitio de entrecruzamientos culturales de múltiples honduras, resultado de complejas búsquedas (literarias, artísticas, espirituales) primero como ser humano, y por consiguiente, como artista plástico. “Envanecido, en mi ambición quise crear absurdos como la nostalgia, el coraje, el deseo, chisporroteo de locas ideas bullendo por salir al unísono, desordenado canon carcajeándose en capital estampida… De eso parecen tratar estas piezas: un ermitaño dios antediluviano que vocifera un cuento susurrado, cual nana para el valiente que se hace a la osadía de pintar”.

En sus cuadros hay también cierta narratividad… Muchos “cuentan” historias, contienen “relatos”… Una mancha: un rostro. Un trazo: la amplitud de posibilidades. Aves, peces, ramas, frutas, caballos, perros, gatos… pueblan su obra. A la constante zoomórfica, se suman personajes como salidos de los más fantasiosos libros de caballería o de bestiarios medievales (o las maravillas que encontró Yambulo en su viaje por las Islas del Sol). Un carnaval de figuras acoplándose, ganando espacio, surgiendo de la nada… Barcas como islas, islas como carretas, cáscaras de nuez a la deriva, torres y ciudades emergiendo del aire… Objetos de múltiples naturalezas, simbiosis de mundos posibles que parten, varias veces, de referentes literarios, incluso que desde el título anclan la obra: desde Cien años de soledad, de García Márquez; La consagración de la primavera, de Alejo Carpentier, inspirada en el ballet de Ígor Stravinski; Extracción de la piedra de la locura, conocida obra de El Bosco, pero también motivo de un poemario de Alejandra Pizarnik, hasta El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgakov. En otras obras, símbolos de cubanía, retazos de identidad, memoria y nostalgia que han alimentado su paso por los años, conviven con los referentes clásicos. 

 

Las Hostilidades, una reflexión en torno a la violencia


Por Abel Castro Sablón

Como parte del concurso de documental en la XVI edición del Festival Internacional de Cine de Gibara se presentó Las Hostilidades, un audiovisual del mexicano M. Sebastián Molina, proyectado en la sala B del cine Jibá de la Villa Blanca.

El documental, de aproximadamente 70 minutos de duración, fue realizado en el año 2021 y retrata el estilo de vida de Santa Lucía, un pueblo del Estado de México que ha atravesado por cambios drásticos debido a la creciente violencia e inseguridad. A través de la mirada de los primos del director, experimentamos lo que implica vivir en una ciudad aparentemente estática pero constantemente cambiante.

Las hostilidades surge de la necesidad de Sebastián Molina por retratar el lugar en donde él creció y vive su familia, inmerso en una lucha entre modernidad y tradición, en donde la violencia social se mezcla con el día a día familiar.

El largometraje fue estrenado en el prestigioso festival especializado en documentales IDFA, en los Países Bajos y luego tuvo otra presentación en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde mereció el Ojo a Largometraje Documental Mexicano. Ahora ha llegado a Gibara, para mostrar la cruda realidad que se vive en muchos pueblos mexicanos marginados por la pobreza y la criminalidad.

A la vista del espectador, resultan impactantes las historias de un joven que decidió quitarse un tatuaje con una lija de carpintería para poder ingresar en el ejército y lograr darle a su familia una vida mejor; la de otro joven que vio como todos sus amigos se unieron al Cártel de Juárez para ganar mucho dinero, pero a costa, muchas veces, hasta de sus propias vidas.

Las Hostilidades es un documental que desde su título llama a la reflexión sobre la violencia, el futuro incierto que se vive en los pueblos marginales, no solo de México, sino de muchos otros lugares de Latinoamérica, donde la vida suele ser moneda de cambio; un cambio que no siempre es para mejorar.

Una acrobacia en la comunidad

Por Abel Castro Sablón

Como parte de las actividades colaterales del XVI Festival Internacional de Cine de Gibara, se presentó la compañía de variedades circenses Fantasía e Ilusiones, para el público de la comunidad vulnerable de El Güirito, perteneciente al costeño municipio sede del evento.

Con una variedad de números que incluyeron bailes, acrobacias de fuerza, equilibrio  y en altura, la compañía deleitó al público presente, en su inmensa mayoría compuesto por niños, quienes gozaron con cada una de las presentaciones.

Dirigida por el mago Reynaldo Herrera, esta compañía circense lleva más de 15 años deleitando al público holguinero y cubano, y ha servido como academia para numerosos artistas, que hoy en día ponen en alto el nombre del circo cubano por todo el mundo.

Uno de los artistas de la compañía expresó a los presentes que “trabajar para el futuro es la mayor bendición, porque como dijo Martí, los niños son la esperanza del mundo; la esperanza de la cultura y el arte”.

Otro de los artistas se refirió a que “siempre es bueno trabajar para un público en la comunidad, porque te exige dar todo de ti y te ayuda y obliga a irte superando en cada oportunidad, para ser cada día mejor profesional”.

Esta presentación se suma a un cúmulo de actividades programadas para esta y otras comunidades vulnerables, como parte del acceso de cada estrato social a todas las manifestaciones artísticas.

La comunidad de El Güirito resultó fuertemente azotada por el paso de diferentes eventos meteorológicos, especialmente el del huracán Ike en el año 2008, pero como ave fénix resurgió y cuenta con atención priorizada, en la que destaca el desarrollo cultural y artístico.

Gibara: un viaje de Cine

Sumidos en el estrés económico, político, epidemiológico, climatológico, y de tantas otras aristas de la sociedad globalizada en el que nos encontramos hoy, los supervivientes a la pandemia de Covid-19 no hemos concientizado cuanto pudo afectarnos esos dos años de incertidumbre y temor colectivos.

A un incierto final nos llevaron en muchas ocasiones las posturas fatalistas y el pesimismo que en más de una ocasión pudo apoderarse de la fe más sólida y arraigada. Analizar estos derroteros existenciales desde la óptica de nuestros adolescentes y jóvenes de temprana edad deviene en una atractiva propuesta, sobre todo si intenta desde el panorama audiovisual.

La 16 Edición del Festival Internacional de Cine de Gibara arrancó en la mañana de este martes 2 de agosto con diversas propuestas culturales donde el apartado audiovisual competitivo deviene en eje central de las propuestas. El Concurso documental de la presente cita encuentra en el Museo Municipal de la Villa Blanca escenario sui géneris para la proyección de las obras en sana disputa: La fiesta del fin del mundo (España.14’), Orgullo rural (España. 15’), Las hostilidades (México. 70’) y De Quijotes y semillas (España. 88´), fueron las sugerentes propuestas de la jornada inaugural.

Cuestiones existenciales de una etapa difícil en nuestras vidas, la adolescencia y las relaciones de pareja, son analizadas a fondo en La fiesta del fin del mundo, que, como su título apocalíptico evoca, se desarrolla además durante los momentos más difíciles de la presente pandemia. El papel de las Redes Sociales (sobre todo el Whatsapp), la creciente digitalización de las emociones y sentimientos, así como una filosofía de vida basada en la añoranza por el pasado, ante un presente y futuro incierto, devienen en temas medulares para el cortometraje hispano que nos propone un tema tan actual como preocupante en lo que respecta a los efectos psicológicos de la reciente pandemia.

Por su parte, Orgullo rural, es un estandarte de valentía y como vocero además ante la lucha de la Comunidad LGTBQ+. Un síndrome de down o un agricultor gay son figuras bastante sui géneris para nuestro contexto y, si bien es cierto que se trabaja por superar estos esquematismos y estereotipos de género tradicionales impregnados en las familias, sobre todo de estas zonas, impulsos comunicativos como este sirven para desmontar toda esta suerte de prejuicios y abrir las mentes hacia los derechos y preferencias sexuales, así como transmitir a las próximas generaciones y trabajar con las presentes en busca de posturas más flexibles en lo que refiere a este sensible tema.

Al interior de una comunidad marginal en México nos traslada Las hostilidades, documentando el modo de vida de varios sectores poblacionales expuestos a los prejuicios sociales de las clases más altas. Un Hot spot o punto rojo, como se le denomina en el país norteño, es diseccionado a través de lente de su realizador quien intenta desmontar estereotipos, sin dejar de exponer la cruda realidad de estas, donde pobreza, violencia, armas, drogas, alcohol y tantos otros problemas sociales se entrecruzan para desembocar en una suerte de destino fatal e ineludible para quienes allí habitan.

900 kilómetros a bordo de una ‘verducleta’ (carretilla-bicicleta para vender verduras), desde su Tudela natal hasta Málaga, recorren los protagonistas del documental “De quijotes y semillas” (España. 88´), para acudir al encuentro de hortelanos, “los últimos quijotes del país”.

Estos aventureros del siglo XXI emprendieron su “viaje de cine” por varios pueblos ubicados en medio del trayecto, intercambiando saberes populares, tradiciones y sobre todo una conciencia ecologista. Las semillas del conocimiento son plantadas durante este periplo que busca avivar esa “España vacía”, pueblos prácticamente abandonados, donde se encuentran esta suerte de tesoros ocultos al conocimiento global. Soberanía alimentaria y agricultura ecológica constituyen conceptos indisolubles al audiovisual donde incluso puede apreciarse una biblioteca de semillas dentro de la propia Biblioteca Municipal; todo ello en pos de la salvaguarda de la cultura popular, tarea emprendida por esta suerte de quijotes bajo el precepto de que “Si te rondes hoy, de nada sirvió el esfuerzo que hiciste ayer”.

Los 35 años de la AHS en Holguín desde la creación artística

Por Vanessa Pernía Arias

Fotos AHS Holguín

La AHS en Holguín ha preparado una amplia programación cultural para la actual etapa de verano, jornada que celebra, además, los 35 años de fundada la filial el próximo 13 de agosto.

La Casa de Iberoamérica acoge la presentación de proyectos electrónicos, mientras que el Festival de Radio Joven, que por primera vez se realiza desde la ciudad de Holguín, se realizó el 14 y 15 de julio, comentó Norge Luis Labrada, presidente de la AHS en la provincia.

Este certamen se dedicó al centenario de la radio cubana y propició el intercambio de jóvenes realizadores, menores de 35 años, miembros o no de la organización. El locutor y director de programas César Hidalgo Torres impartió un taller sobre guion radiofónico, habilidades que demostraron los participantes con una intervención en un espacio radial insertado especialmente en la programación de la emisora provincial Radio Angulo, añadió.

En esta etapa se retoman las cruzadas culturales los próximos 25, 26 y 27. Las Brigadas de Arte Rebelde llegarán hasta las montañas de Pinares de Mayarí, con más de 25 artistas de todas las manifestaciones, quienes estarán compartiendo su arte con las familias del Plan Turquino.

El Festival de Música Electrónica Stéreo G, evento que convierte a Holguín en el epicentro de la música electrónica en Cuba, se encuentra entre los momentos más esperados de la fecha.

Stéreo G, además de la presentación de proyectos de asociados del país, incluirá acciones de saneamiento ambiental en la playa de Caletones, en el municipio de Gibara, sede habitual del Festival, así como intercambios sobre música y literatura con los pioneros de la zona.

La AHS suma también sus espacios habituales, en el gabinete Caligari, en Ediciones La Luz y la Casa del Joven Creador, entre ellos el taller de narrativa “La fiesta secreta”, iniciativa del Centro Provincial del Libro y la Literatura que estará a cargo del escritor y editor Adalberto Santos, los segundos y cuartos viernes de cada mes, en la sede de esta casa editora.

El 13 de agosto, fecha en la que se celebran los 35 años de creada la AHS en la provincia, se develará una tarja conmemorativa, creada por el reconocido escultor Lauro Hechavarría.

Este mismo día se presentará un audiolibro bajo el sello de La Luz, que recoge, desde las voces de los asociados de la Sección de Literatura, diversos textos de poesía y narrativa de Luis y Sergio Saíz Montes de Oca, conmemorando los 65 años de su asesinato, añadió Labrada.

 

Volver al cine en Gibara

 

Por Erian Peña Pupo

Fotos cartel cortesía de FICGibara2022

Del 2 al 6 de agosto y con el lema ¡Volver al cine!, regresa el Festival Internacional de Cine de Gibara (FICGibara) a la costera urbe de Holguín que en 2003 acogió la primera edición de una amplia cita multicultural creada por el reconocido cineasta Humberto Solás.

Esta XVI edición contará con el habitual programa artístico aunque priorizará la realización audiovisual de un evento que tiene un doble reto: resurgir luego de dos ediciones sin realizarse por la situación epidemiológica creada por la Covid-19, y hacerlo en un contexto económico complejo a nivel mundial, comentó en conferencia de prensa realizada en la ciudad de Holguín, Sergio Benvenuto Solás, su director general.

FICGibara apostará por retomar la esencia del evento dedicado al Cine Pobre creado por Humberto, como muestra la campaña gráfica del reconocido diseñador Nelson Ponce, un homenaje a su fundador y a los valores iniciales del Manifiesto de Solás, destaca.

Al no realizar una convocatoria como en ediciones anteriores, este será un Festival de curaduría, a partir de obras en las diferentes categorías que permitan configurar muestras internacionales competitivas. Para ello FICGibara se auxiliará de profesionales de la programación con los que han trabajado anteriormente y que participarán como programadores invitados, y en muchos casos como jurados del concurso.

Como ocurre en la mayoría de los pequeños festivales, el evento contará con la voluntad de las instituciones locales, que se esfuerzan en protegerlo; de esta manera crece buscando vías que también fortalecen el desarrollo territorial. Lo fundamental es concentrarnos en que los eventos profesionales del ámbito del cine tengan la calidad de los últimos festivales, buscando el máximo nivel de calidad en las selecciones, añadió.

En esta edición se recordará especialmente a Nelson Rodríguez (1938-2020), Premio Nacional de Cine 2007 y editor de la obra de Solás y de importantes filmes de la cinematografía cubana y latinoamericana. “Es un homenaje que le debemos desde hace mucho tiempo y que concretaremos en Gibara en 2022”, insistió Benvenuto Solás.

Se entregarán los habituales premios “Lucía”, por el que competirán filmes de todos los continentes, y además los premios “Lucías de Honor” a figuras destacadas del ámbito. Este año tres jurados oficiales –dos internacionales y un tercero de la prensa nacional– evaluarán las obras en concurso, además de un cuarto jurado joven que estará a cargo de las premiaciones a los largos y cortos de ficción, documentales y animados.

Concebido como un encuentro que reúne diferentes manifestaciones artísticas alrededor del cine, FICGibara 2022 tendrá puestas escénicas, musicales, literarias y eventos teóricos que llegarán a plazas, parques, comunidades y centros culturales del municipio.

Esta cita apostó en sus inicios por un cine pobre en recursos pero rico en propuestas estéticas. En su dimensión internacional actual, FICGibara tiene entre sus premisas fortalecer la participación de los cineastas jóvenes cubanos y extranjeros en un encuentro para el cine alternativo, independiente e institucional y sus múltiples relaciones (web de la Uneac).

La escritora y las costas de Holguín

Por José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Colón halagó las costas holguinera escribiendo sobre su belleza. Pero desde aquel octubre de 1492 este litoral parecía abandonado por los viajeros que han escrito memorias sobre la isla. No sería hasta 1914 que otros ojos fueron deslumbrados por estas playas y bahías. La escritora española Eva Canel visitó Cuba en ese año. Emprendió un recorrido por toda la isla desde Pinar del Río hasta Baracoa. En 1916 publicó un libro donde refleja sus impresiones de ese viaje.

Foto: V.M. de la Tejera

Una buena parte del recorrido lo hizo en un buque de cabotaje. En esta embarcación fue desde La Habana hasta Santiago de Cuba. Del libro de la escritora española seleccionamos sus anotaciones sobre los momentos en que el buque navegaba frente a las costas de la actual provincia de Holguín. Avancemos junto con ella por esta costa fascinante. Lo interesante de este texto es que junto con las descripciones de hermosos paisajes la escritora penetra en la geografía humana. Démosle la palabra a esta enérgica y sensible asturiana.

“Pero si Puerto Padre se parece a los Dardanelos; (1) en cambio la entrada de Banes (2) no se parece más que a sí propia. Dudo que haya en el mundo otra que mayores admiraciones arranque. ¡Y pensar que la inmensa mayoría de los cubanos no conocen estas excelsitudes naturales de su tierra!

Hay momentos en que el barco entra en un círculo y no es posible adivinar por algunos minutos cuál será la ruta a seguir; cuando la proa queda enfilada definitivamente, entonces nos asalta la duda de sí cabremos por aquella boca tan estrecha.

La navegación del Alto Magdalena en Colombia guarda semejanza con la entrada de Banes. Tiene aquélla la majestuosidad que las montañas le prestan y saltos que allí se llaman “chorros”, saltos que en las grandes bajantes del río dan ocasión a escenas pintorescas para ayudar a subir los vapores.

La entrada de Banes no se desliza entre montañas, pero el terreno de sus orillas es feraz, hermosísimo y de vez en cuando adornado de viviendas soñadoras, aunque para soñar hay que olvidarse de los Mosquitos, única bestia feroz, enemiga de estos admirables parajes.

El embarcadero de Banes, donde atracó “Las Villas”, (3) es muy hermoso: profusión de palmeras y de árboles colosales, calles, viviendas amplias… pero todo propiedad de la compañía del ferrocarril, dueña del muelle y de cuanto se ve: viviendas que alquila por precio mínimo, es verdad, a los empleados, prácticos, y demás familias que de ella dependen.

Estuvimos de visita en casa del práctico mayor, D. José Martínez, un viejecito asturiano más antiguo en la isla que D. Andrés Nogueira. En casa de este buen paisano, encontramos a la maestra de Embarcadero, una simpática y distinguida joven que tiene muchos más niños bajo su inteligencia y su cuidado de lo que materialmente puede atender, pero no se lamenta ni se queja de nada: cumple su deber, tomándolo como debe tomarse: con el carácter de Apostolado para que surta efecto.

Otro practico, asturiano también, he conocido en Banes; y éste es joven, avilesino, simpático y está casado con una hermosa y simpática cubana. Carlos Morán nos llevó asimismo a su casa y pasamos algunos momentos en su elegante morada.

Tanto la familia del práctico mayor como la señora de Morán nos llenaron de atenciones.

Estas visitas las hice con el capitán Bilbao, y algunos otros tripulantes; el primero recibía en todos los puertos felicitaciones entusiastas por ser el primer viaje que mandaba “Las Villas” como capitán suplente y que no era cortesía banal bien quedaba patentizado.

Foto: Aldeacotidiana

En Gibara (4) bajé a tierra de noche, lanzándonos heroicamente muelle adelante por uno más obscuro que boca de lobo: a pesar de esto y de la extensión del muelle (5) y de algún recobeco difícil en tantas obscuridades, como la novedad siempre tiene atractivos, el paseo no había de carecer en absoluto de ellos.
Me fui a la “Colonia Española”; (6) no estaba el presidente, pero encontré un amable secretario y también a D. Javier Longoria (7), que me dijo, entre suspenso y asombrado:

-¿Qué hace usted por aquí? ¿De dónde sale usted? (8)

-No necesito jurar que me causó impresión el encuentro con el señor Longoria, esta reliquia que mucho deben querer en Gibara y seguramente la quieren. D. Javier Longoria no es muy viejo, pero se conserva mucho más joven de lo que debe ser; ha cambiado poco… Su semblante es más triste…

Ha perdido un hermano querido hace poco tiempo y su tristeza tiene la más legítima explicación.

Otra sorpresa me estaba reservada en Gibara. Me presentaron un miembro de la directiva (9) de apellido Loza y al preguntarle si tenía alguna hermana en la República Argentina y si era nativo de la Caridad, me contestó:

– Sí, señora; mi hermana Antonia.

No solamente lancé un grito de sorpresa, sino de alegría. Antonia Loza es la esposa del Dr. Pérez Redondo, un distinguido médico, un caballero cumplidísimo, que goza de grandes consideraciones en Paraná, una de las capitales más cultas de la República Argentina y cabeza de la rica provincia de Entre Ríos. Encontraba el hermano de tan buenos amigos. (10)

No hay para qué decir que mi sorpresa fue satisfactoria.

Volví a bordo pronto, porque la obscuridad del muelle me asustaba un poco y no ví nada de lo que se llamó “Covadonga Chiquita” (11) porque como digo, era poco a propósito la hora; pero el edificio de la Colonia me pareció bien y el salón muy hermoso.(12) Dejé la visita para el regreso.

! La bahía de Nipe! (13)¡ Qué bahía¡ ¡ Qué hermosura¡ ¡ Que grandiosidad¡ Caben en ella todas las escuadras del mundo, pero no caben las fauces abiertas de los que allí lo mandan todo y lo dominan todo y lo absorben todo.

Hace muchos años era yo muy joven, oí hablar de la bahía de Nipe, con tono de negocio, de compañía anónima; con dejos de chanchullo, que no sé en qué consistía ni de qué se trataba. Recuerdo que desde el Perú se vino a Nipe un español empleado en las oficinas; un excelente tenedor de libros o cajero o no sé qué.

Lo habíamos conocido en Lima mi marido y yo y desde Nipe nos escribió a Madrid siendo ésta la primera vez que llegó a mis oídos el nombre de la famosa bahía. Creo que este señor fue el que habló a mi marido de los chanchullos de dicha compañía, de la cual si no era presidente el general Serrano, no le faltaba mucho, pero seguramente los chanchullos no llegaban a él, porque el duque de la Torre era de la misma madera de Martínez Campos (14): un político detestable, ajeno a negocios en que se ganase dinero con malas artes. (15)

Aquel Nipe lo tenía yo en el pensamiento; hoy lo llevo sobre el corazón después de haber surcado esa bahía que cuenta 31 millas de circunferencia al abrigo de todos los vientos, con aguas azules y tranquilas, y costas para cuya belleza hay que inventar superlativos.

Esta hermosura la dominan los extranjeros codiciosos, todo es suyo: las minas dan derecho a esto y mucha más; nadie les va a la mano.(16) ¡Oh, Martí, Martí¡ ¡ Qué falta nos has hecho a todos¡” (17)

NOTAS
1—Dardanelos: Estrecho entre la península de los Balcanes y la Anatolia Los muchos viajes y países visitados y la amplia cultura de Eva Canel le permiten hacer diversas comparaciones con lugares visitados o conocidos por referencia.
2—Banes, ciudad donde radicaba la dirección de la compañía estadounidense United Fruit Company. El municipio se fundó en 1910. En 1919 el mismo contaba con 27391 habitantes.
3—“Las Villas” era el buque de cabotaje en que Eva Canel hizo este viaje desde La Habana a Santiago de Cuba.
4– En su descripción la autora rompe con el orden cronológico de los acontecimientos, pues este barco como era usual primero llegaría a Gibara y luego a Banes.
5– La bahía de Gibara tiene poca profundidad por lo que fue necesario construir un largo muelle. Este muelle por el que desembarco Eva Canel en aquel momento era propiedad de la familia gibareña Beola. Fue destruido por el ciclón Flora en octubre de 1963.
6—Colonia española así se le llamaban en Cuba a las sociedades españolas de recreo.
7- Javier Longoria. Rico inmigrante asturiano radicado en Gibara.
8– Eva Canel había vivido en Cuba en la década de los noventa hasta el fin del imperio español. Desempeñó un importante papel como periodista combatiendo al independentismo. Era muy popular y estimada en los medios integristas.
9—Se refiere a la directiva o dirección de la sociedad de recreo española de Gibara.
10— Argentina era centro de una poderosa inmigración española en esa época. Eva vivió muchos años en ese país.
11– Covadonga Chiquita, con ese nombre fue conocida Gibara durante las Guerras de Independencia. La numerosa inmigración española establecida tanto en el puerto como en el hinterland de este actúo con gran energía defendiendo el integrismo.
12—El edificio de la Colonia española actualmente es la casa de la cultura de Gibara.
14– Bahía de Nipe, la mayor de Cuba y una de las mayores del mundo. Situada en la costa norte del oriente de Cuba en ella se encuentran el puerto de Antillas y los embarcaderos del demolido central Guatemala y de la también desmantelada planta de níquel de Nicaro.
15– Arsenio Martínez Campos, militar y político español tuvo un papel destacado en la liquidación de la guerra de 1868. Fracaso en su intento de aplastar el movimiento revolucionario en 1895.
16– En la década de los ochenta del siglo XIX se creó una sociedad anónima para la explotación de la zona de Nipe que llegó a ser presidida por el general Serrano, marqués de la Torre. La sociedad entró en relaciones con el banco Romano de París. Al fracasar la sociedad en Francia se hizo una nueva compañía con participación francesa para construir un central azucarero. La guerra de 1895 puso fin a la empresa. Para más información ver de un colectivo de autores United Fruit Company: Un caso del dominio imperialista en Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, P 41
17—Se refiere a las empresas de origen estadounidenses que explotaban la cuenca de la gigantesca bahía en esa época.
18—Eva Canel pese a ser una integrista convencida conoció a José Martí en New York y reconoció la grandeza y el profundo nacionalismo de su enemigo de ideas. Es interesante esta reflexión de esta mujer de ideas reaccionarias sobre el papel de Martí en la defensa de los intereses cubanos frente a la penetración y dominio extranjero sobre Cuba.

Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo. Link: 

La escritora y las costas de Holguín (radioangulo.cu)

Puertos en el Norte del Oriente cubano (siglo xx)

Por José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Los puertos son fundamentales para el desarrollo de una región. El proceso de construcción de estos en el periodo colonial en la jurisdicción de Holguín fue en extremo lento. No es hasta la segunda década del siglo XIX que se habilita el primer puerto. Este se erigió en la bahía de Gibara, situada a unos 30 kilómetros de la ciudad de Holguín.

Foto: Internet

La nueva obra cambió la economía de la región e incluso la demografía. Numerosas embarcaciones acudieron a sus muelles. Gran cantidad de inmigrantes, la mayoría de España, se establecieron en sus calles y en los campos de la zona de influencia del puerto. Gibara monopolizó el comercio de la región. Si en 1827 se habían importado y exportado por sus muelles mercancías por un valor de 72 mil 340 pesos, diez años después llegaban a 260 mil 290 pesos y en 1847 a 638 mil 687, cifra que se superó en 1858 con la cantidad de 666 mil 040. Durante el cuatrienio de 1861 a 1864 se importaron mercancías por un valor de 593 mil 564 pesos y se exportaron tres millones 913 mil 158 pesos.(1)

El fin del dominio colonial cambiaría por completo esta situación. En la primera mitad del siglo XX se establecieron en el territorio del Norte de Oriente poderosas empresas azucareras, ferrocarrileras y mineras de los Estados Unidos de América. Todas ellas pusieron sus ojos desde los primeros momentos en la creación de puertos y subpuertos a conveniencias de sus instalaciones. El embarcadero de Banes, por donde desde el siglo XIX se exportaba plátano, fue ampliado con nuevas y modernas instalaciones por la United Fruit Company. Se llegó a habilitar como puerto con una aduana. (2) Esta empresa, que en Cuba se dedicó a la producción de azúcar, estableció su centro de dirección en la ciudad de Banes que se encontraba cerca del puerto homónimo. La escritora Eva Canels que lo visitó en 1914 como pasajera del buque de cabotaje Las Villas lo describe en estos términos: «El embarcadero de Banes, donde atracó «Las Villas», es muy hermoso: profusión de palmeras y de árboles colosales, calles, viviendas amplias…» (3) Esta escritora recogió en sus memorias de la visita a Cuba el efecto que le causó cuando el buque entró en: «¡La bahía de Nipe¡ ¡ Qué bahía¡ ¡ Qué hermosura¡ ¡ Qué grandiosidad¡ Caben en ella todas las escuadras del mundo…» (4) No solo la escritora española se dio cuenta de la grandiosidad de aquella rada. La United Fruit Company estableció el central azucarero Preston en las márgenes de Nipe. Mientras en la bahía de Banes fundó el Boston. La poderosa compañía puso mucho interés en establecer vías para embarcar la producción de sus industrias. En 1903 construyeron un espigón en la cercanía del central Boston. Muy pronto obtuvieron de las autoridades el reconocimiento de esta instalación como subpuerto, lo que permitía el embarque de azúcar. En 1907 se creó el subpuerto de Preston. El muelle fue construido por The Nipe Bay Company subsidiaria de la United Fruit Campany. De esta forma los sacos de azúcar iban directamente de los almacenes de ambas fábricas a la bodega de los buques.

Otra empresa puso su interés en las aguas profundas de Nipe. La compañía estadounidense Spanish American Iron Company comenzó a explotar una mina en Mayarí. Para exportar el mineral construyó en la ensenada de Cajimaya el subpuerto de Felton. (5) William Van Hornet se maravilló cuando contempló la bahía de Nipe. Pero no escribió un libro sino que construyó un puerto. Este era un empresario estadounidense de origen holandés. Estaba rodeado de un hálito de misterio pues fue el encargado de construir el ferrocarril que unió en Canadá el Atlántico con el Pacífico.

Hasta 1902 era muy difícil viajar de La Habana a Santiago de Cuba por tierra. Los caminos cubanos en tiempo de lluvia se hacían intransitables para cualquier tipo de transporte de la época. El ferrocarril tan solo llegaba hasta Santa Clara. Al producirse la ocupación de Cuba por los Estados Unidos el primero de enero de 1899 esta situación comenzó a variar rápidamente. Una empresa ferrocarrilera estadounidense dirigida por William Van Hornet emprendió la tarea de unir el occidente con el oriente de la isla. A finales de 1902 La Habana y Santiago de Cuba estaban enlazados por el ferrocarril. Van Hornet comprendió las ventajas que podía tener para su empresa el disponer de un puerto en la inmensa bahía de Nipe. Construyó un ramal del ferrocarril hasta punta Corojal en la referida rada. Allí levantó un puerto al que llamó Antilla. El puerto contó con aduana desde 1911. (6) En 1919 lo utilizaban 16 centrales azucareros para exportar su producción. (7) En 1925 se constituyó en municipio. Otro de los puertos vinculados al azúcar fue el de Juan Claro, en la bahía de Puerto Padre, por donde se exportaba la producción de los centrales Chaparra y Delicia. Este fue construido en 1911 por la Cuban Sugar Company. Allí se erigió el primer pedraplen de la isla.

La Manatí Sugar Company fundó el puerto de Manatí en 1912. Por su muelle se exportaba la producción del central del mismo nombre. En 1916 fue reconocido como subpuerto el de Vita por donde se expedía el azúcar del central Santa Lucía. (8) Aunque desde antes de esa fecha ya se utilizaba con esos fines. El subpuerto de Cayo Mambí en la bahía de Sagua de Tánamo fue construido en 1921 por la Atlantic Fruit Sugar Company para exportar la producción del central Tánamo. (9) Aunque desde 1908 la referida empresa construyó un pequeño muelle en esa bahía para exportar bananos. En la década de los años 40, al iniciar su producción la planta de Nicaro, se construyó el subpuerto de esa industria en la bahía de Levisa. Mientras en los 50 se edificó el de Moa por la Moa Bay Mining. Este fue utilizado por la también planta niquelífera construida en sus inmediaciones.

Foto: Internet

Este universo de puertos cambió profundamente el paisaje y la economía de esta zona. También fue un factor clave en la ruina de Gibara. La producción azucarera y minera del Norte del Oriente de Cuba se exportaba por estos puertos y subpuertos. El ferrocarril y luego la Carretera Central unieron a todo el país con La Habana donde radicaban los grandes comerciantes importadores y exportadores. A esto se agregaba que la bahía de Gibara tiene poco calado para los buques que cada vez eran mayores. Sin industrias Gibara cayó en la ruina. Las grandes empresas azucareras y mineras y sus puertos dejaron una profunda huella en esta región.

NOTAS:
1–Herminio Leyva y Aguilera: Gibara y su jurisdicción. Datos históricos y estadísticos .Taller tipográfico de Martín Bim Gibara l894 pp. 161/171.
2–José Vega Suñol: Norteamericanos en Cuba. Estudio Etnográfico,Fundación Fernando Ortiz, 2004, p. 70.
3–Eva Canels: Lo que vi en Cuba, Introducción y notas de José Abreu Cardet y Elia Sintes Gómez, Editorial Oriente Santiago de Cuba, 2006, p. 30.
4–Ibídem. p. 32.
5–José Vega Suñol ob. cit. p. 71.
6–Ibídem. p. 70.
7–Ibídem. p. 73.
8–Información brindada al autor por Enrique Doimeadios Cuenca, historiador de Gibara.
9–José Vega Suñol ob. cit. p. 71.

Publicado en Memoria Holguinera Radio Angulo. Link:

Puertos en el Norte del Oriente cubano (siglo xx) (radioangulo.cu)

El poder de los museos

Dedicación, desinterés, apego profesional sin límites, sacrificio sin quizás las mejores condiciones ni medios, a ellos les quedaría bien la frase, trabajar por amor al arte, pero en este caso, al conocimiento.

Sin lugar a dudas los museólogos cubanos son un ejemplo de consagración y amor profesional. Foto del autor

Sin lugar a dudas los museólogos cubanos son un ejemplo de consagración y amor profesional, por ello, más allá de todo lo que pueda festejarse este 18 de mayo, cualquier día es idóneo para felicitarlos por el tesón con que asumen las arduas jornadas documentación, conservación y estudios en pos de preservar el patrimonio con que cuentan sus instituciones.

Hasta la Villa blanca de los cangrejos, esa encantadora Gibara, arribamos para celebrar junto con los trabajadores de uno de sus centros culturales más importantes el Día Internacional de los Museos.

Como un viaje en el tiempo a la Colonia y parte de la República en Cuba es visitar al Museo de Arte de la ciudad costera, donde se atesoran piezas de exquisita factura y elevado valor coleccionable, resumiendo la historia de localidad contada a través de las pertenencias de algunas de las familias más representativas del territorio nororiental.

Un encomiable bregar en varias de las principales áreas que respectan al patrimonio exhibe esta institución, no es de extrañar entonces que fuesen elegidos como sede provincial para celebrar tan importante fecha establecida por el Consejo Internacional de los Museos (ICOM), la cual se celebra desde 1977.

Una institución que exhibe resultados satisfactorios, con importantes colecciones y valiosísimos exponentes, correctamente documentados y conservados, así como con una divulgación activa en cada una de las plataformas, es la del Museo de Arte de Gibara, al decir de Evelyn Hernández Cobas, directora del Centro provincial de Patrimonio Cultural en Holguín, quien elogiara al colectivo bien documentado e incondicional además, pues se incorporan a todos los procesos que se les convoca, unido a la acertada dirección con que cuentan. Asimismo, el encuentro fue propicio para recordar a la persona de Antonio Lemus Nicolau, con una presencia insustituible en todo el sistema de la cultura gibareña.

Hasta la Villa blanca de los cangrejos, esa encantadora Gibara, arribamos para celebrar junto con los trabajadores de uno de sus centros culturales más importantes el Día Internacional de los Museos. Foto del autor

Bajo el lema “El poder de los museos” se celebra tan importante fecha a nivel internacional y en nuestro país que, para la ocasión, encontró en el Museo de Arte de Gibara la sede provincial de los festejos, espacio cultural que cumple además, en este 2022, el venidero mes de julio, 45 años de fundado.

La ruina de Gibara

Por el Ms. C José Abreu Cardet, Premio Nacional de Historia

Durante el siglo XIX Gibara se convirtió en el puerto de una gran parte del territorio del norte del oriente de Cuba. La ciudad alcanzó un gran auge. Se construyen muelles y almacenes.

La ciudad se detiene con el final del siglo XIX. Tal parece que el tiempo ha dejado de transcurrir. Foto: Patrimonio Holguín

Si en 1827 se habían importado y  exportado por sus muelles  mercancías por un valor de 72,340 pesos, diez años después llegaban a 260,290 pesos y en 1847 a 638,687 cifra que se  superó en 1858 con la cantidad de 666,040. Durante el cuatrienio de 1861 a 1864 se importaron mercancías por un valor de 593,564 pesos y  se exportaron 3,913,158 pesos. (1) Los enriquecidos comerciantes levantan bellas mansiones que hoy todavía podemos contemplar.

El siglo XX será el desastre. No tanto por los efectos de las guerras de independencia  sino por la suma de toda una serie de factores que le fueron adversos a este puerto. Uno de ellos es geográfico y tecnológico. Los barcos han aumentado sus dimensiones y calado mientras  la profundidad de la bahía ha continuado disminuyendo. Dos ríos, el Gibara y el Cacoyugüin,  vierten en ella. Pero esa no es la causa  fundamental de la ruina. El eje económico de la región holguinera en el siglo XX  se ha desplazado para la gran industria azucarera, en especial las grandes compañías azucareras estadounidenses establecidas en el norte de oriente. Gibara ha quedado por entero fuera de esa expansión azucarera. Se construyen varios centrales azucareros de grandes dimensiones como el Boston y el Preston en las márgenes de la Bahía de Nipe. El Chaparra y el Delicia en el territorio del municipio Puerto Padre. Otros centrales se construyen en el municipio Holguín como el San Germán, Báguanos, San José y Maceo. (2)

Los ingenios de los hinterland del puerto de Gibara en extremo afectados por la guerra de 1895  acaban cerrando definitivamente en los primeros años del siglo XX con la excepción de uno que logra dar el salto tecnológico y económico y se convierte en un central azucarero. Nos referimos al central Santa Lucía ya demolido.

El puerto pierde toda su importancia pues varios centrales azucareros construyen sus propios puertos y sub-puertos. Otros exportan su producción por el moderno puerto de Antillas recién construido por una empresa estadounidense. Este se encuentra en Nipe  la bahía más grande la isla. En la bahía de Puerto Padre también se construye un puerto azucarero.  Prácticamente todos los buques de la época podían llegar hasta sus muelles.

La construcción del ferrocarril central en los primeros años del siglo XX se agrega a las dificultades. Se puede traer directamente hasta los principales centros urbanos la mercancía importada por los muelles de La Habana y Santiago de Cuba. Al mismo tiempo el ferrocarril de Holguín a Gibara es de vía estrecha lo que incomunica a la población con las demás vías férreas nacionales. Por ultimo la carretera central y el desarrollo del transporte automotor en el siglo XX se suman a estas “desgracias”. (3) El comercio de Gibara se ha arruinado o se ve profundamente afectado. Gibara se convierte en sinónimo de la miseria republicana.

La ciudad se detiene con el final del siglo XIX. Tal parece que el tiempo ha dejado de transcurrir. Gente pobre viviendo en mansiones decadente. Trepando por una verde colina con sus edificios de tejas rojas esta pequeña ciudad portuaria ofrece al visitante un mundo que parece estrechamente vinculado al pasado y que amenaza de forma muy real con desaparecer. Gibara es un testigo silencioso  del enfrentamiento durante el siglo XIX de la metrópoli y la colonia. Luego en el siglo XX seria victima de la acción de los grandes capitales  estadounidenses que desplazan la economía hacia los centrales que construyeron y los nuevos puertos y sub-puertos vinculados a sus intereses ferrocarrileros. Quizás su futuro y reanimación económica este en su esplendoroso pasado. Cada día hay más gente de  remotos confines interesados en visitar esta ciudad y su bella bahía.

Durante el siglo XIX Gibara se convirtió en el puerto de una gran parte del territorio del norte del oriente de Cuba. Foto: ahora.cu

NOTAS

1-Herminio Leyva y Aguilera Gibara y su jurisdicción. Datos históricos y estadísticos .Taller tipográfico de Martín Bim Gibara l894  pp. 161/171

2- Los nombres actuales de esos centrales son los siguientes:

Boston, Nicaragua, Preston, Guatemala (demolido), Chaparra, Jesús Menéndez, Delicia, Antonio Guiteras, San Germán, Urbano Noris, Báguanos, López-Peña, San José, Cristino Naranjo, Maceo,  Antonio Maceo

3- Para más información sobre la ruina de Gibara se puede consultar a José Vega Suñol Norteamericanos en Cuba Estudio Etnohistorico Publicado por la Fundación Fernando Ortiz La Habana 2004